Alexander Guerrero E.: Zapatero vino, vio, venció y se fue

Alexander Guerrero E. @alexguerreroe
Alexander Guerrero E. @alexguerreroe

 

¿Un conflicto, una negociación a lo Nash…porque fracasa, si es que fracasa, tal cual como dejo rodar por los medios el propio Zapatero? ¿Como cubría Zapatero su adelantado fracaso, o acaso el fracaso de Zapatero hace ganancioso a Maduro, o a sectores dentro de la oposición? ¿Quién gana ese juego?  y porque no apuntaron a una solución negociada a lo Nash que permitía por lo menos de condiciones iniciales que obligarían a las partes a negociar. ¿Pero acaso Zapatero se lava las manos?

Venezuela un Estado Fallido





La formulación de ‘políticas’ en un entorno de libertades, en un mercado libre y competitivo, -presupuesto fundamental- es un proceso de interacción entre individuos, grupos y sus intereses, digamos que esto constituye el core en la racionalidad del mercado político. Los participantes en ese proceso político pueden compartir intereses similares, ideológicos, y otros, en la Venezuela con Estado Fallido, el narco-business es parte del pegamento social entre gobierno y criminales del oficio. Por ejemplo; en primer lugar (1) la preferencia política de los participantes puede y naturalmente diverge en la razón por la cual los conflictos de interés entre partes no son ineludibles. Ello, desde luego, no significa que una negociación se pueda realizar, en medio de esos conflictos – para quienes lo asumen en su determinado interés- pueden ser, lo son generalmente terminales.

El mercado político, grupos e intereses: Maduro ofrece acabar con su Guerra

Esta es la esencia de la teoría del poder político para la formulación de políticas; veámoslo con el prisma de Teoría de Decisiones y Teoría de Juegos. Las siguientes preguntas -principales- emergen: ¿Cuál es la naturaleza de la interacción política en un Estado como Venezuela donde el poder se ejerce bajo el fuego de las armas? ¿Y cómo se formula cuando conecta con una determinada política económica que enjuga los intereses político-partidistas con dineros fiscales?

En ese orden, ¿Cómo se resuelven entonces los conflictos políticos en un medio como el que caracteriza nuestro elevado grado de ingobernabilidad? ¿Cómo se podría modelar este proceso? ¿Cuáles variables, desde adentro afectan con autonomía el conflicto de intereses, cuál es su función política? ¿Y finalmente, porque fue revertido el proceso de casa cárcel por cárcel militar de Leopoldo Lopez? ¿Como cruzamos esas respuestas para aprender que podrá ocurrir ahora que Maduro tiene su traje a la medida -constitución- que todo mandatario venezolano ha querido desde 1836?

¿Como es posible que en un país que fue emboscado en 1999 con una nueva constitución que recortaba libertades y creaba un Estado de No-Derecho ni de Debido Proceso y que era fiscalmente inviable –como hoy nos lo muestra en vivo y en directo lo que argumentamos entonces cuando era evidente que sus costos no podrían ser pagados por el venezolano–  vuelva a ser emboscado veinte años después?  ¿Por qué aquella emboscada en 1999 se ha repetido -casi- con el protagonismo del mismo liderazgo político veinte años después? ¿Dios mío que hemos hecho malo?

Las respuestas a esas interrogantes, en el caso de la negociación “para la paz” en una Venezuela con un Estado Fallido generado por una deliberada acción de gobierno, el cual aprovecha el elevado grado de ingobernabilidad le para tener en el conflicto la mano en el juego. Cualquier reacción de la gente seria reprimida criminalmente, lo que presenciamos en la calle, lo muestra sin rubor, una represión preparada con antelación se había preparado para la represión. En su agenda política, el gobierno se había preparado con suficiente tiempo. Es natural entonces presumir que las interacciones emergen de la negociación y estas de los intereses de los participantes. Así ha ocurrido durante largos cuatro años, el proceso de acuerdo político requerido por Maduro, más como mecanismo de protección que como una venderá plataforma política dirigida a sostener la paz.

La represión cubana, y la domesticación del ciudadano

Maduro ha sido habilidoso, algunos dicen que los cubanos controlan esos conflictos, estos desde luego es cierto, la represión por largas décadas en Cuba la observamos mejor como la esencia del régimen servilismo establecido hace más de cinco décadas, los resultados les han sido fantásticos, correlativos -negativamente- en a la situación miserable que hoy representa cada cubano que ha aprendido que no está preparado para algo útil sino para delinquir y parasitar del Estado.

Para eso los Castro han ‘creado’ tres rigen generaciones de ciudadanos serviles. En estas condiciones represiva que se inaugura en el 2014 aparece Zapatero en escena, un gobernante favorecido por Chavez mientras era Jefe de Gobierno en España, órdenes de adquisición de armas y pertrechos militares. Representando una factura que alcanzo los diez mil millones de dólares durante los años que Zapatero fue Jefe de Gobierno. Junto a este armamentismo y la gruesa cobertura de legitimación de capitales, juegan igualmente grandes asociaciones y ventures en hidrocarburos en Venezuela entre REPSOL y PDVSA, ambas empresas petroleras estatales, todo en medio de una gran paz financiera que permitiera un voraz lavado y blanqueo de capitales alimentado y legitimado por la factura petrolera, exportaciones e importaciones de hidrocarburos.

Todo ello políticamente dirigido por Chavez para cubrir el manto de corrupción con el cual capturó el apoyo político de la larga cadena de políticos corruptos en Latinoamérica y resto del mundo, que permitió ver las venas abiertas de la política latinoamericana y ciertamente el atraso económico en la mayoría de las naciones latinoamericanas a los cuales se acomodan los “negritos” del Caribe, todos bajo el comando de los Castro, dueños del circo que tiene además de los idiotas -armados con poder- al narco-business y promesas de mejor vida, en realidad lo que imponen es lo contrario-  de costumbre, una buena batería de payasos que mantienen al circo ocupado. Pero no se detiene allí, se suman China, Rusia, en este caso entre el Gobierno de Chavez en Venezuela y España y Andorra, plaza esta donde el blanqueo de PDVSA ha sido masivo, e ideal para que este fructífero juego lo cual se ha ce posible con la existencia de una laxa legislación en materia de legitimación de cpaitales en España.

¿Quiénes negocian y quienes dirigen, Cual es el rol de negociador?

¿Pero cómo transcurre entonces esa negociación y como entren los que gana y pierden en ese jugo? Veamos lo que ocurre(2) con el venezolano, hoy una mayoría de ellos ya tiene una decisión tomada, razón por la cual su presencia en una negociación se haría a través de grupos de interés políticos, los cuales no tienen necesariamente que coincidir en una acción colectiva coincidente con la mayoría de esos ciudadanos. Por allí se puede trazar un camino en el cual, una nación puede llegar al borde de escoger entre la vida y la muerte.

Esta separación entre estas funciones naturales no será de fácil representatividad, es un defecto que los negociadores y las partes (3), el Gobierno, un grupo político homogéneo -hasta que no se demuestra lo contrario- y el otro, el de la oposición, un grupo heterogéneos, conformado, inclusive entre grupos donde encontramos serias diferencias que les hace casi imposible representar a todos los venezolanos en esa ecuación, o no tenemos nada para mañana.

El negociador requiere una oposición dispuesta a cohabitar

Con los parámetros del gobierno el conflicto y la negociación estaban diseñados como para no terminar nunca; es decir, el conflicto no se resolvería, el equilibrito Nash, al cual hemos acudido porque su solución implica e incluye una negociación donde todos ganen y todos pierdan algo, no se alcanzariua y ello privaría entonces en esa ‘solución negociada Nash’; en esas condiciones de no-solución, la violencia del Estado seria la que mediaría. Esta ha sido la posición del gobierno, perfectamente representada por Zapatero hasta el final, un individuo impuesto por el gobierno y encargado en la práctica de representar los mismos interese de una de las partes en el conflicto, el Gobierno, con lo cual se desnaturalizaba el esperado proceso de negociación e impida por ello la construcción de una política en la cual pudieran converger ambas partes.

Por supuesto (4), acá el fallo no corresponde al gobierno, porque al fin y al cabo este haría todo lo posible por imponer y así lo haría y era condicional del gobierno y obligante para la oposición, el árbitro. En cambio no podemos decir lo mismo de la oposición (MUD), curiosamente esta  no negoció ese ‘punto de equilibrio’ que permitiera que actuase como árbitro de un proceso de negociación, la oposición aceptaría extrañamente a Zapatero, sabiendo que él representa los intereses del Gobierno, y ello se sabía en la práctica como gobernantes afines entre Chavez y Zapatero, actuando como Jefes de Estado y gobierno en Venezuela y en España, y los beneficios que políticamente Zapatero y su partido socialista sacaría de esta relación política.

Negociador contaminado; fue nombrado por el gobierno

Así Zapatero desde el principio, contaminó (5) su presencia negociadora porque la otra parte la oposición, pese que algunos dentro de ella parecían en el corto plazo emisarios de Zapatero, era obvio que la otra oposición no podía enmarcarse en los intereses de Zapatero por el riesgo de perder su ya arruinada franquicia política, el interés de esos grupos en la oposición los llevaría a perder el trasero en la lucha política, y es así como efectivamente venía ocurriendo y ocurrió, al final, casi en el último minuto antes que se votara el domingo pasado para elegir una ANC. NO hubo acuerdo, la oposición aceptaría del gobierno lo que este entregara para poder sostener cierto margen de rentabilidad, como ayer lo hacían Sadam Hussein y Gadafi

Con este background Zapatero no podría permitir/evitar que cada bando tuviera en su función de costos los mismos riesgos, el gobierno jugaba de mano, con la violencia del Estado y su interpretación del Estado de Derecho en su mano por intermedio de un regimen político que no se funda en la democracia sino en el sentido protagónico de los grupos que representan o se hacen representantes del ciudadano, es el más poderoso, o el grupo que posee las armas, -como Chavez gustaba decir: ‘esta Revolucion esta armada’- , impondría al final con su violencia sus intereses. Los amigos del negociador dentro de la oposición juegan su agenda personal

Este entorno fue el que Zapatero (6) quiso oficializar y en el cual pudo arrastrar a individualidades de adecos, justicieros, UNT, etc., una suerte de grupos políticos dirigidos con la mano férrea del leninismo partidista que envuelve al ciudadano pensante en la organización política, lo que la literatura denomina la “dictadura de la mayoría” un curioso fenómeno que transforma la acción política en grupos de interés político y económico.

El fracaso de un acuerdo negociado: objetivo someter a la oposición

En esas condiciones los costos no podrían ser iguales y por ello la negociación no tendría una solución digamos a lo Nash, los puntos de equilibrio (7) definido por los costos a transar en la negociación no fueron impuestos por el árbitro -Zapatero no podría por ser evidentemente un factor político procedente de la coalicion internacional que el Gobierno de Chavez-Maduro habían fraguado con los años y que para Zapatero los hechos no lo fueron nunca el punto de equilibrio de una negociación, digamos como lo planteo Nash al solucionar el conundrum del dilema,  y no podía asumir a cada uno en su función de costos en un proceso de formulación de una negociación que refleje los intereses de ambas partes.

Las políticas emergentes reflejan las preferencias de las políticas así como de su poder político, en el mismo plano, la racionalidad de sus incentivos y objetivos en el mercado permite entonces conservar el fenómeno y aplicar una metodología que permitiera esta presentación, una negociación tipo Nash, que emergería de una negociación donde las partes romper el dilema del prisionero, porque el dilema no genera decisión optima, pero la negociación no permite que en cierto punto de equilibrio, una parte pierda/gane y la otra también, sin que los que ganen y pierdan sacrifiquen el costo asumido y el objetivo alcanzado.

Pasivo de la MUD: desconfianza; el negociador rinde éxitos al gobierno

De esta manera, la única solución posible, negociada a lo Nash no se podía construir, el gobierno de Maduro y la acción de su negociadora al mismo tiempo el medio del acuerdo estaba negada desde el principio, las conversaciones, negociación estarían viciadas de manipulaciones y manejos no transparentes y opacos; ¡el resultado será el que los ciudadanos deseen, mientras tantos los dirigentes políticos de la oposición terminaran sin resolver el dilema y en manos del dueño de la mesa!

La negociación al final manejada por una de las partes logra que la desconfianza (8) entre el ciudadano y sus dirigentes -del lado de la oposición- creciera sin detenerse, era una manera de evitar la solución a lo Nash, algo que se sabía desde el principio si entre los negociadores hubiese habido un serio asesoramiento de estrategia -digamos en teoría de decisiones y Juegos- para alcanzar una estrategia que le permitiría no perder en el proceso, así no se lograra la negociación que hubiese convergido en un “éxito” mutuo. De todos modos, Zapatero no tuvo un arduo trabajo en su rol negociador, pudo contener a la oposición y ayudo en todo caso a que la desconfianza hacia sus dirigentes creciera, dentro de la oposición hay sectores estructurados para cohabitar con el comunismo, es la esperanza que les queda después de casi dos décadas de fracaso político.