El magistrado designado por la AN, Pedro José Troconis, habla sobre su huida a Colombia

Pedro José Troconis, magistrado principal de la sala de Casación Penal del Supremo nombrado por la Asamblea. Foto: Diego Santacruz / EL TIEMPO
Pedro José Troconis, magistrado principal de la sala de Casación Penal del Supremo nombrado por la Asamblea (Foto: Diego Santacruz / EL TIEMPO)

 

En un nuevo intento por separar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) del Ejecutivo, la Asamblea Nacional (AN) designó el pasado 21 de julio a 33 magistrados para sustituir a los actuales jueces, que fueron nombrados por una asamblea anterior que apoyaba al presidente Nicolás Maduro, publica El Tiempo de Bogotá.

Por: Andrés Ruiz





A partir de ese día, la vida le cambió a este grupo de juristas, pues el mandatario ordenó de inmediato su detención. Dos semanas después de una violenta persecución, tres de ellos ya fueron detenidos, seis están en condición de ‘huéspedes’ en la embajada de Chile en Caracas, dos lograron asilo político en Panamá, cinco cruzaron la frontera y llegaron a Colombia y el resto se encuentra huyendo del régimen, sin un paradero conocido.

Con solo una maleta y morral en mano, Pedro José Troconis, uno de los magistrados que lograron huir de Caracas y llegar a Bogotá, habló con EL TIEMPO sobre lo que significa para él y su familia huir de Venezuela sin haber cometido ningún delito.

Califica de “omnipotentes” los poderes de la nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y asegura que su país ya es una segunda Cuba.

¿Cómo llega a convertirse en magistrado del TSJ?

Todo fue un proceso público. La AN inicia la convocatoria de todos los abogados que tengan aspiraciones a ser magistrados del TSJ. Yo, sin ser incentivado por ningún político, tomo la decisión de presentar mis credenciales. Recibieron 305 postulaciones, y al final quedamos 33.

¿Qué pasó después del 21 de junio, cuando juramentaron ante la AN?

El asedio del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebín) ha sido total. Han violentado la casa de familiares y amigos a altas horas de la noche. Llegan con armas y pasamontañas a requisar y verificar si estoy ahí. Los han llevado a interrogatorios para que les digan qué saben de mi paradero. Ha sido igual el trato con los otros magistrados. Todo esto es duro, y más cuando no has cometido delitos. Me tienen bloqueadas las cuentas, sin una orden judicial.

¿Eran conscientes del riesgo que estaban asumiendo?

La gran mayoría de los magistrados sabíamos de los riesgos, pero coincidimos en que si no asumíamos ese peligro, Venezuela nunca tendría una justicia transparente, idónea o expedita.

¿Qué ha hecho en estas dos semanas?

He estado escondido en casa de amigos, familiares y personas cercanas que han prestado su colaboración ante esta injusticia, hasta que por fin pudimos pasar la frontera con Colombia y tuvimos una acogida inmensa de las autoridades de inmigración.

¿Usted y cuántos más?

En Colombia ya hay cinco magistrados en la misma situación. Todos ya tenemos sello en el pasaporte en condición de turista y no como refugiados ni asilados, como les ha tocado a otros. Hemos tenido reuniones en la Defensoría del Pueblo acá en Colombia, con algunas instituciones que nos han abierto sus puertas con opciones laborales mientras se supera la crisis.
¿Se arrepiente de haber tomado esa decisión?

Nunca me arrepentiré de nada porque, primero que todo, no he hecho nada malo. Todo lo hice por mi país, que merece una justicia y un Poder Judicial transparentes, independientes.

¿A raíz de este drama, se sienten respaldados por la Mesa de Unidad Democrática (MUD)?

En esta Venezuela actual, cada quien tiene un trabajo que hacer. La MUD es la parte política de Venezuela. Es una fusión de partidos políticos, y la labor es de desenmarañar todo este enredo que existe a nivel político. Creo que nos han respaldado en algún momento determinado, pero desde el punto de vista de su lucha política.

¿No esperan algún tipo de blindaje político de la AN?

Vuelvo y repito: la protección de nosotros es personal. No porque un diputado nos esté protegiendo o ayude a escondernos. Cada quien tomó su propia decisión y cada cual se protege, así como ellos se estarán protegiendo de cualquier ataque que puedan recibir.

En este momento no tenemos una orden de captura. Cuando detienen al magistrado Ángel Zerpa, lo hacen sin una orden. Después la fabrican. Lo que había dicho la Sala Constitucional del TSJ era que si nosotros tomábamos posesión en el cargo, lo cual no lo hemos hecho, íbamos a incurrir en el delito de usurpación de funciones. Antes, nada.

¿Qué viene ahora para usted?

Como magistrado del TSJ, estaré unos días en EE. UU., reunido con oenegés protectoras de derechos humanos; con el secretario de la OEA, Luis Almagro, y con el senador republicano Marco Rubio. No emitiremos ningún tipo de opinión de lo que pueda suceder en Venezuela con relación a cada persona de quien consideramos que su conducta pueda estar en curso en algún delito.

Hábleme de su entorno familiar…

Para todos ha sido muy duro. Gracias a Dios, mi familia me apoya. Fueron mi incentivo para tratar de depurar ese Poder Judicial que está corroído en Venezuela, donde los jueces todos son provisorios, es decir que son temporales, que pueden quitar y poner donde le da la gana al Poder Ejecutivo. Saben que soy luchador por esa causa. Además, soy miembro de la ONG Foro Penal Venezolano, y ese es mi norte: la protección de los derechos humanos y cuidar el futuro de cualquier persona que sea reprimida e injustamente detenida.

¿No tiene miedo de que pase mucho tiempo para volverlos a ver?

Sí. Siempre está esa zozobra, esa incertidumbre del tiempo que pueda transcurrir. Además, quedé decepcionado cuando vi que hubo elecciones para la constituyente, se instalaron los asambleístas y ya comenzaron a sesionar destituyendo a la Fiscal, sin ellos ser los competentes.

¿Qué más puede pasar con la nueva constituyente?

Si se ven las bases que maneja, esta ANC es la destitución de cualquier tipo de poder. Tienen poderes omnipotentes, plenipotenciarios, para tomar cualquier tipo de decisión sin que nadie los pueda controlar.

Eso sí es peligroso cuando nadie lo puede controlar, porque pueden crear penas de muerte, si nos vamos a los extremos.

El otro objetivo será quitar del camino a la AN. Ya quitaron del camino a Luisa Ortega y pusieron a un chavista puro. Ese punto lo iban a discutir hoy (domingo), pero, por los extraños acontecimientos del levantamiento militar, la aplazaron para el próximo martes.

Algunos analistas hablan de que Venezuela podría ser una segunda Cuba…

Somos un país tan rico, con tantos recursos y capital humano que nunca pensamos que esas predicciones se iban a cumplir, y hoy en día son ciertas. Venezuela está como una Cuba. Una Venezuela donde regalan alimentos. Una Venezuela donde para comprar un pan hay que hacer una hora de cola. En años han logrado sacar de Venezuela a las transnacionales, la inyección internacional se ha acabado.

¿Es usted optimista de que la situación mejore?

El pueblo de Venezuela ha demostrado que históricamente es luchador. Ha demostrado que ante situaciones adversas se crece. Y en este momento el pueblo ha despertado, porque más del 80 por ciento no apoya las directrices de Nicolás Maduro. Las protestas son una muestra de eso. El pueblo se ha rebelado, y el Gobierno no lo escucha. Pero claro que sí, hay esperanzas.

Ya son más de 5.000 los detenidos en cuatro meses de protestas…

Lo que esperaba el régimen era que todos los detenidos fueran condenados severamente y señalados como terroristas. Pero ahí fue el cambio de rol de la Fiscalía, y eso fue lo que no le gustó al Ejecutivo. Empezaron a enviar a ciertos grupos de simpatizantes, numerosos grupos de jóvenes, y otros no tanto, no a la Fiscalía ordinaria, sino a que se presentaran a los tribunales militares. Y, efectivamente, allí sí son privados de la libertad.

Antonio Ledezma (alcalde de Caracas) fue crítico con el régimen, pero también con la oposición. ¿Qué opina?

Yo comparto en cierta forma esa opinión. Porque cuando el pueblo se manifiesta pidiendo la salida de Maduro del poder e instituciones claras y transparentes, y se negocian otras cosas, se mantiene el régimen y las mismas autoridades, el pueblo se decepciona. Como dijo Ledezma: “No se busquen salidas en la magia, busquen salidas escuchando al pueblo. Negociadas o no”.

No hay una ideología clara y, ante esos discursos contradictorios, yo creo que los que rigen la MUD deben tomar sus estrategias siempre recordando lo que pide el pueblo.

¿Se están debilitando las protestas?

Ya son cuatro meses de estar en la calle. Son 122 muertos, miles de heridos y personas desaparecidas; eso agota. Pero ahí es donde está la valentía del pueblo. Los jóvenes han demostrado ser una resistencia digna de cualquier país. Nadie quisiera ver a nuestros hijos enfrentados con piedritas a quienes les disparan armas de fuego letales, pero lo que sí es importante es no decepcionarlos. Ese día abandonarán la calle, abandonarán el país.

ANDRÉS RUIZ
Redacción Internacional
En Twitter: @Ruizandress