Noel Álvarez: La obediencia de los pueblos

Noél Álvarez  @alvareznv
Noél Álvarez @alvareznv

 

Étienne de La Boétie, escritor y político francés, precursor de la resistencia no violenta y de la desobediencia civil, fue un observador perspicaz de las demandas concurrentes sobre la obediencia del pueblo y de cuando, finalmente, los individuos se rebelaban. Siempre se preguntaba por qué los gobiernos parecían ser capaces de hacer cualquier cosa que desearan, sin importar cuan tiránica ella fuese. Si el viviera en Venezuela en esta época podría constatar de primera mano la certeza de sus teorías.

La Boétie se encontraba bien posicionado para observar a la sociedad a su alrededor. En aquel entonces Francia era gobernada con mano fuerte por el rey Francisco I. Debido a la incapacidad del gobernante y sus acólitos, el hambre era algo tan común que las personas tallaban cruces sobre el pan recién salido del horno para simbolizar la santidad e importancia de la comida. Algunos representantes del actual régimen venezolano deben haber viajado a través del tiempo, pero en reversa, porque las barrabasadas que cometen  con el suministro y precio de la harina, hacen que el valor del pan se multiplique hasta el infinito.





Por esos tiempos, en Francia cundían las plagas y los comunistas. Los tiranos, aparecían repetidamente y trataban de no marcharse nunca, mientras que el campesino, aplastado por los militares del régimen, luchaba por sobrevivir y los impuestos estatales consumían un tercio o más de sus ingresos. Bandas errantes de soldados robaban alimentos a su antojo y secuestraban a los hijos jóvenes para cubrir sus filas. Como siempre digo: La historia no se repite, sino que rima,  porque ahora hasta alcaldes andan saqueando negocios y algunos cuerpos represores, alistan a jóvenes inexpertos madurándolos con carburo.

La aparición de la imprenta hizo que la obediencia fuera más difícil de aplicar porque esta puso a disposición del ciudadano común las opiniones disidentes. A medida que las publicaciones se difundían, también lo hicieron los intentos de censura. El tirano Francisco tenía temor a los manifestantes y sus opiniones eran distintas a las del general Escipión el Africano,  quien  prefería salvar la vida a un solo ciudadano que derrotar cien enemigos. En estos tiempos modernos, subsisten los intentos de controlar las nuevas tecnologías.

Dice La Boétie  que  los tiranos caen dentro de tres categorías: aquellos elegidos para mandar; aquellos que heredaron el poder; y aquellos que lo detentaban por la fuerza.  Se rehusaba a darle importancia a los medios por los cuales los tiranos alcanzaban el poder debido a que su método de gobierno parecía ser el mismo.  Le interesaba particularmente la psicología de los gobernantes elegidos, quienes una vez en el poder “manipulan para nunca salir de el”. Maduro tiene las cárceles llenas de opositores y quiere una “constituyente comunal” a fin de introducir la pena máxima para así alcanzar “la paz”.  El truco en la edad antigua consistía en: generar, por distintos medios, el consentimiento futuro del pueblo a efectos de asegurar su continuidad en el poder. Por aquellos tiempos no se habían inventado las bolsas del clap y las becas, entre muchos otros artificios, que hoy garantizan la permanencia en el poder.

*Coordinador Nacional de IPP-Gente 

@alvareznv