Oscar Arnal: La camisa de fuerza Constituyente

Oscar Arnal: La camisa de fuerza Constituyente

 

El numeral décimo primero del decreto de las bases comiciales señala: “Una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente como poder originario que recoge la soberanía popular, deberá dictar sus estatutos de funcionamiento, teniendo como límites los valores y principios de nuestra historia republicana, así como el cumplimiento de los tratados internacionales, acuerdos y compromisos válidamente suscritos por la República, el carácter progresivo de los derechos fundamentales de los ciudadanos y las ciudadanas y las garantías democráticas dentro del más absoluto respeto de los compromisos asumidos”. Aquí de manera categórica se establecen los límites de la Asamblea Constituyente. Hemos leído y escuchado hasta la saciedad que el poder que tiene el nuevo ente es plenipotenciario y todopoderoso, sin embargo nadie recuerda que tiene su propia camisa de fuerza en estas líneas. A lo anterior se suma el artículo 6 de la Constitución vigente donde se lee que el gobierno “es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables” cláusula pétrea o vitalicia. Por lo demás, a naturaleza progresiva de los derechos humanos a que se alude de manera expresa no permite ningún irrespeto ni retroceso en relación a los derechos consagrados en el texto del 99.

La importancia de recordar lo anterior, tiene que ver por ejemplo con la realización de elecciones periódicas. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos hace imperativo los comicios de gobernadores, alcaldes y presidenciales por voto universal, directo y secreto. Lo mismo la Carta Democrática Interamericana. Además la forma de gobierno democrático a que en el papel estamos sometidos establece que la soberanía no está en ninguna asamblea, sino que la ejerce el propio pueblo a través del sufragio. En fin, si creían que ahora podían hacer lo que les viene en gana, están totalmente equivocados. El propio decreto les puso la soga al cuello y la Constitución del 99 en esta materia es irreversible “per secula seculorum”.





Lástima que hayan convocado una Constituyente sin legitimidad de origen, al pasarse por alto la consulta popular. De cualquier manera, siendo optimistas esperemos retomen eso que en ciencias políticas se llama la legitimidad de ejercicio y rescatando la democracia le devuelvan al pueblo lo que es del pueblo. Lo otro y tan vital, tiene que ver con el drama económico que prometieron resolver. Ojalá y me equivoque pero creo estoy pidiéndole peras al olmo…

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@OscarArnal