Hijo de tirano, por Luis Velazquez Alvaray

Hijo de tirano, por Luis Velazquez Alvaray

El dictador Venezolano ha colocado como pieza clave en su tinglado fraudulento, denominada constituyente, a incondicionales y sumisos personajes, con escasos dedos de frente.

El debut de uno de ellos, su hijo, no puede resultar más circense y bufonesco. En tono altisonante, aplaudido por aquella jerga de ignorantes, ya sabemos que anuncio bombardear la Casa Blanca (en Nueva York). Hijo de gato, el de los 5 puntos cardinales y las más inverosímiles afirmaciones. Ignorancia pura y dura, en un país de mentes brillantes.

El molde de los dictadores se ha mantenido en la historia de la humanidad, generando en sus vástagos, lo que los especialista en estudios psicológicos llaman el “síndrome del hijo sociópata”, sobre los que existen numerosos estudios científicos, con algunas conclusiones, que observaremos con especial similitud en su versión tropical.





El ex dictador de Liberia, charles Tailor, impulso a su hijo Chucke Tailor, que terminó convertido en un asesino en serie e inescrupuloso ladrón. Osmane, Hijo del dictador de Guinea, Luzsana Conte, se jactaba de asesinar a manifestantes que reclamaban contra los desmanes de su padre, finalmente presentando ante la justicia internacional por tráfico de cocaína. El retoño del serbio Milosevic, Marco, cayó como jefe de una banda de contrabandistas. Kongulu, descendiente de Mobuto en Zaire, fue acusado de ladrón de oro. Asunto minero como el del Estado Bolívar, donde casualmente han visto con frecuencia a Nicolasito.

Los Hijos de Sadam Hussein- uno de los ejemplos del tirano venezolano-, Uday y Kusay, fueron fusilados por mudar las arcas del país. Bong Bong, de Ferdinand Marcos, terminó sentenciado por robos y actos ilegales. Los de Gaddafi, Hannnibal y Saif Al Islam, fueron fusilados por ser traficantes de drogas y asaltantes de camino. Y así, la lista es interminable y las historias variadas, de quienes proclamándose dictadores, asumen que sus hijos y familiares cercanos deben continuar su ola de terror y genocidio. Nicolasito está ensayando y para eso tiene un circo de carpa maloliente que rima con constituyente.
En estos pichones de dictadores, coinciden los expertos, se observan síntomas peligrosos:
· Resalta un patrón de actos de violencia.

· Verbalizan pensamientos sobre los deseos de desarrollar dichos actos.

· Ofrecen planes, como bombardear objetivos, sin saber siquiera donde quedan.

· Notable belicosidad.

· Resaltar al padre como héroe de la humanidad.

· Su única preparación es para la actividad criminal y la violencia.

· Su ostentosidad los hace pensar que son invencibles.

Estos estudios son antiguos. Cuando se realizaron ya existía la Casa Blanca en Washington y Nicolasito ni su Padre habían nacido. Fue inaugurada en 1800.
PD. Es importante informarle al bombardero constituyentista que su objetivo de guerra está localizada en el distrito de Columbia, Pennsylvania Avenue, número 1600. Puede pasarle la dirección a Padrino para que se alisten los dos.