Optimismo: somos una inmensa mayoría electoral, por Oscar Arnal

 

 

 





Pinochet fue derrotado con votos. Luego fue condenado por violar derechos humanos. Como hombre de carrera militar, conoció a fondo las Fuerzas Armadas, sin embargo fueron sus generales los que lo presionaron para que reconociera el triunfo comicial de la Concertación. En Polonia la última tiranía comunista se desplomó cuando no le quedó otro recurso que enfrentarse en elecciones al movimiento Solidaridad dirigido por Lech Walesa, cuando de cada diez votos ocho los sacó la oposición el poder constituido abrió el paso al cambio democrático. Lo mismo pasó en Ucrania con la lucha por la libertad. Después del fraude electoral, la presión internacional y la reacción popular fueron tan fuertes que los militares terminaron sumándose a la mayoría. El dictador huyó al exilio, tal y como se aprecia en el documental “Winter on fire”. Estos casos y muchos otros como el de “la revolución naranja” prueban que la vía electoral es el mejor antídoto para derrotar a las autocracias. Recordemos que la violencia genera violencia y si se usa con fines de acabar al contrario nadie sabe cuándo pararemos la espiral y los costos por tantas muertes. Nada peor que caer en el círculo vicioso de la violencia. Especialmente cuando el trasfondo marxista alienta la lucha armada, de clases y la dictadura del proletariado. Ese es su terreno natural. En la historia venezolana fue la pacificación del gobierno de Caldera a partir de 1969, lo que logró el fin de la lucha armada. Trágicamente Maduro se ha pronunciado en el otro sentido:“lo que no se pudo por el voto, lo haremos con las armas”. La idea es no darles la excusa, ni los motivos. Triunfar como Gandhi, Mandela, Martin Luther King y tantos otros que han dejado huella.

En cambio la fortaleza más grande de la oposición es que ante el desastre gubernamental: la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, la crisis de los servicios públicos, la inmensa represión, la improbidad y la inseguridad desbordada, el voto castigo se hará sentir, tal y como sucedió durante la elección de la Asamblea Nacional, donde alcanzamos la mayoría absoluta. Importante es que si antes la oposición ganó un poder deliberativo como el parlamento, ahora puede ganar 23 ejecutivos regionales si todos vamos a votar. Al darse una amplia victoria donde al menos se aseguren 18 de las 23 gobernaciones, el régimen quedará acorralado, al borde del nocaut y sin fuerzas para seguir adelante. En un país que se establece como federal, donde las policías por ejemplo están bajo el mando de los gobiernos regionales, esta victoria significa mucho. Y podría ser el principio del fin del régimen. Por ello, llegó el tiempo de renovar el ánimo y volver a ser optimistas. Estamos a pocas semanas de un triunfo sin parangón. El gobierno tiene la fuerza bruta, nosotros la fuerza del derecho, de los votos y de la razón. Unidos pronto alcanzaremos la libertad y la justicia. Unidad, unidad y unidad es la divisa para enfrentar una dictadura al borde del abismo.

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@OscarArnal