Emilio Nouel: ¿Es la intervención militar la única solución internacional para Venezuela?

Emilio Nouel: ¿Es la intervención militar la única solución internacional para Venezuela?

thumbnailemilionouelNov2014

Los entendidos en asuntos de seguridad y defensa de EEUU señalan como improbable una intervención militar de ese país en Venezuela, tal y como lo asomo imprudentemente hace unos días el señor Trump.

Hasta ahora el gobierno venezolano no es considerado una amenaza seria a la seguridad de ese país, a pesar de su posición frente a él y sus vínculos con ciertos actores internacionales indeseables y peligrosos. Son otros los puntos del globo terráqueo que más requieren de la atención y de disposición de recursos para los norteamericanos.  Una intervención de esa naturaleza sería muy costosa en términos materiales y exigiría distraerse de asuntos más graves y exigentes en otras regiones. Sin mencionar los problemas de carácter político y diplomático que acarrearía una operación de esa naturaleza, por muy limitada que fuera.





De modo que seguir pensando en tal posibilidad es desconocer las prioridades concretas en esa materia, del vecino del Norte, lo cual, con seguridad, decepcionara a algunos que estarían contando con una acción militar yanqui para sacar del poder a la tiranía chavista.

Por cierto, el vicepresidente Pence, en reunión que sostuvo con venezolanos en Miami en estos días, afirmo que tal posibilidad militar no estaba planteada, contradiciendo así a su jefe, quien nos tiene acostumbrados a declaraciones irreflexivas y disparatadas. Dicen fuentes muy confiables que estas no fueron consultadas con el Departamento de Estado ni con el Pentágono. (A military option in Venezuela is not really an option for the U.S. military….Frank O. Mora en The Global Americans )

Lo cierto es que el señor Trump, con su amenaza, lamentablemente, ha llevado agua al molino de la dictadura militar al alimentar la retórica antiimperialista y antiamericana de los que desgobiernan a nuestro país.

Si a la amenaza trumpiana la vemos desde el ángulo del que mete miedo a unos desalmados tiranos que se lo merecen, es muy difícil no sentirse complacido. A semejantes salvajes hay que no solo señalarlos y repudiarlos, sino también atemorizarlos y cercarlos.

No obstante, los líderes de los países deben comportarse de manera responsable, poniendo por delante los principios del derecho internacional vigente, entre ellos, el de la solución de los problemas que a todos atañen, por medios pacíficos.

Las medidas de carácter económico-financiero son un medio útil para ejercer presión contra un gobierno forajido como el venezolano. Como sabemos, la economía del país está viviendo una debacle sin precedentes, que hace inviable el curso por el que el gobierno la ha conducido. Es en este ámbito en donde puede lograrse un resultado que obligue al gobierno y a los militares que los sostienen a doblar el brazo.

Pero no todo tipo de medidas es el indicado, pues algunas podrían afectar a la población que se desea proteger. De allí que deben ser bien pensadas y diseñadas.

Son preferibles, obviamente, las de carácter multilateral, porque gozarían de un consenso amplio. No es un solo gobierno el que las impone, aunque las unilaterales no deben descartarse. De hecho, se han instrumentado en diversas situaciones con resultados disimiles.

Las medidas que afectan el mercado de deuda (bonos venezolanos o eventuales futuros compromisos financieros) o el comercio de nuestro petróleo están siendo evaluadas cuidadosamente por el gobierno norteamericano.

Allí hay muchos dolientes, de dentro y fuera del país. Cualquier iniciativa en ese campo puede tener efectos en otros. Incluso en el conjunto de la población venezolana, más allá de los comentarios simplistas que se oyen de que peor no podríamos estar y que cualquier medida restrictiva nada agregaría a nuestra tragedia social.

Sobre la tiranía venezolana no hay que bajar la guardia ni la presión en el plano internacional.

Pero se requiere de mucho tino a la hora de adoptar sanciones que sean eficaces para llevar a los tiranos militares a ceder ante los pedimentos legítimos que está formulando angustiosa y denodadamente la sociedad democrática venezolana.

EMILIO NOUEL V.