El Teniente Coronel retirado José Gustavo Arocha, en su participación en la audiencia pública de la OEA, relató los motivos por los cuáles solicitó su baja y su experiencia como preso de La Tumba del Sebin. “Cuando fui ingresado en La Tumba, un sebin dijo ´ha llegado otro muerto´”.
Entre sus declaraciones, comentó que la exfical Luisa Ortega Díaz se encontraba, para el momento de su aprehensión, en una investigación en contra de María Corina Machado, Antonio Ledezma y Pedro Mario Burelli, por presunto magnicidio. “Ellos querían que yo les colaboraba, estaban obsesionados con ellos”.
Detalles de su baja y experiencia en La Tumba
Recordó que sus ganas desincorporarse de la FANB comenzó en 1989, cuando se percató de la “bochornosa” actuación de la misma. “Desde entonces mi actitud generaba, en los altos cargos, la sensación de que no era una persona confiable”.
Contó que conoció al dirigente detenido Yon Goicoechea, y mantuvo lazos con estos grupos de dirigentes estudiantiles. Posteriormente, dijo que su persecución inició en el año 2007, al ser investigado por tres razones: insubordinación, por una actividad administrativa y por presuntamente haber ejecutado unos pagos.
“El objetivo era tenerme investigado y tener la posibilidad de mantenerme controlado”, precisó.
En el año 2009, luego de retirarse, sostiene una compañía de tecnología, la cual perdió en el año 2014, cuando fue detenido. “Me sembraron diferentes cantidades de dinero en el escritorio de mis socios”, comentó.
Fue trasladado a la sede del Sebin, en donde revela estar “en condiciones infrahumanas”. Luego fue trasladado a La Tumba, donde permaneció seis meses. “El lugar era frío. Estaba solo. Las celdas eran muy pequeñas y yo no tenía comunicación”.
Dijo que pudo enviar un mensaje codificado solicitando ayuda para escapar y es cuando decidí proceder a los pedidos hechos por quienes llevaban su caso. Al colaborar y grabar algunas declaraciones, se le concede casa por cárcel y es cuando escapa del país.
Reiteró, en diversas oportunidades, que el director del Sebin, Gustavo González López, lo visitó muchas veces.