Primarias ilustradoras, por Leonardo Morales

Primarias ilustradoras, por Leonardo Morales

 

 

 

La oposición agrupada en la MUD acaba de terminar su proceso interno de selección de candidatos a gobernadores. Las primarias que debió incluir a los candidatos a diputados a los Consejos Legislativos fue suspendido por el CNE, posiblemente por incapacidad técnica o por algún ardid del gobierno, en cualquier caso, ambas son prácticas cónsonas con la política gubernamental.
Los resultados revelan algunos asuntos que son pertinentes dejar en claro para evitar las manipulaciones destinadas a objetar los resultados de la consulta: luego que el CNE violara la Constitución no convocando las elecciones regionales en 2016, ahora las adelantó sin ofrecer mayores razones haciendo que la MUD iniciará una rápida convocatoria de los electores para decidir sobre sus candidatos. La participación, tal como lo esperó la MUD, se correspondió con las estimaciones que se había hecho, tomando en consideración el poco atractivo que estos procesos tienen en la población, además del poquísimo tiempo destinado para convocar e informar a los electores.
Come back
Para algunos la gran sorpresa fue el número de candidatos ganadores de AD. Los que creyeron estar viviendo los últimos días del “Partido del Pueblo” no entienden qué pasó, y se preguntan, golpeándose la cabeza: cómo se retrocede al pasado. Gran equivocación en la interrogante que no observa que los partidos se crean y se constituyen para que tengan una larga y duradera vida.

Y, en el caso de AD, la razón de su nacimiento y desarrollo tienen raíces muy profundas en el ideario del venezolano. Don Rómulo Betancourt se encargó, junto a otros líderes, de la organización de un gran partido, lo lograron, llegaron al poder, lo perdieron y ocurrió lo pronosticado por Rómulo: “we will come back”.

No es la AD de otros años, la de aquellos dirigentes criticados, aunque algunos pervivan dentro de esa organización. Al parecer, al fin se da una renovación del liderazgo de esa tolda política, por lo que no resulta apropiado mantener las telarañas visuales que no nos permiten apreciar quiénes son la mayoría de los electos por el partido blanco. Solo queda esperar que no ocurra con ellos lo que había venido aconteciendo con muchos otros que hoy hacen vida política en otras organizaciones, no muy socialdemócratas que se diga.

Progresismo y socialdemocracia
La nota más resaltante del proceso es que el ideario político del venezolano afloró sutilmente deslizándose por un camino de seda a sus raíces, sembradas desde mediados del siglo pasado, y que permitió a los venezolanos inaugurar una democracia duradera; no hubo en el país una verdadera derecha y los sectores más moderados nunca tuvieron éxitos electorales. De la izquierda democrática a la izquierda radical, de la centro-izquierda a la socialdemocracia, pero nunca un paso firme del centro hacia la derecha. Por eso la centro-derecha, que se ufanaba de socialdemócrata y progresista, le ocurrió como reza el popular refrán: “Al que de ajeno se viste, en la calle lo desnudan.”

No solo se cuentan en las filas de AD: también los encontramos en Avanzada Progresista que lidera Henri Falcón; en Guillermo Call originalmente adeco ahora electo por Copei y Voluntad Popular; en Alberto Galíndez, del mismo origen que el anterior pero ahora incomodando a PJ. Andrés Velásquez de CR. A eso hay que sumar la indudable importancia política de UNT en el Zulia y del MPV en Amazonas y Trujillo, así como de otras fuerzas progresistas e individualidades como Ismael García, que se abren camino en diferentes estados.

No fue que Lázaro se paró y anduvo, sino más importante que eso, comienza a florecer y fortalecerse en el colectivo unas ideas que en algún momento claudicaron hipnotizados por las fanfarronerías de un líder carismático.

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