Siete pasos para olvidar un amor imposible

Siete pasos para olvidar un amor imposible

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Un amor imposible es ese que nunca logra convertirse en una relación estable, o que termina antes de haber empezado o madurado. Resulta paradójico, pero son esos amores los que dan origen a los duelos más profundos, a veces son más difíciles de olvidar. Y es paradójico porque si finalmente no florecieron, en teoría no deberían dar lugar a tanto sufrimiento, reseña La Mente es Maravillosa .

1. Define lo que lo convierte en un amor imposible





Hay una gran diferencia entre un amor difícil o tormentoso y un amor imposible. Este último no tiene posibilidad de existir. El caso más típico, y también el que más dificultades emocionales entraña, es el de alguien que ama y no es correspondido. Quizás sería más exacto decir que una persona quiere y necesita a otro, pero ese otro no siente lo mismo. El amor de verdad siempre es de dos.

Claro que se puede intentar conquistar a alguien que no muestra interés en un comienzo. Al mismo tiempo, también es importante entender que hay un punto en el que es necesario aceptar que la empresa no tiene futuro. Lo mismo aplica para otras imposibilidades que suelen tener en común ese mismo elemento: uno quiere y el otro no. Si no hay sentimiento mutuo, no hay viabilidad.

2. Examina tus fantasías en torno al amor

Es muy usual que la dificultad para renunciar a un amor imposible venga de algunas fantasías que se han instalado en la cultura. Por ejemplo, la de “la media naranja” o la del “amor de la vida”. A partir de esos imaginarios surge la idea de que solo hay una persona “predestinada” para ser nuestra pareja.

Aunque es una linda fantasía, no corresponde a la realidad. Los seres humanos tenemos una capacidad infinita de amar. Cuando se vive una relación, se afronta su final y se saca de allí la experiencia y la sabiduría que aportó, por lo general, la siguiente relación es aún mejor.

Siempre podemos volver a empezar y toda nueva experiencia puede ser mejor que la anterior. De hecho, los años nos preparan para amar con mayor generosidad y tolerancia cuando que no nos quedamos anclados en esos deseos imposibles; los mismos que a veces se atraviesan.

3. Reconoce los aspectos negativos

El enamoramiento, y no el amor, nos lleva fácilmente a idealizar a las personas y las situaciones. En ocasiones les otorgamos virtudes y atributos que realmente no tienen, o que solo poseen en una medida modesta. Para diluir esas construcciones mentales resulta importante que también pasemos a evaluar los elementos negativos.

¿Qué defectos tiene esa persona que crees amar tanto? ¿Qué aspectos insatisfactorios hay o había en las situaciones que compartías con ella o él? ¿Podrías pensar en cómo se manifestarían esos defectos y errores dentro de unos 10 años? Esas son las preguntas que debes formularte y tratar de contestarte con total honestidad. Es probable que al final tu perspectiva sea más realista.

 
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