En cuestión de espacios hemos visto reducido el nuestro, ese donde ejercer los derechos civiles y políticos, sin olvidar los económicos del todo deteriorados, desde esa óptica las adversidades que enfrentaremos se acentuarán generando una asfixia mecánica que nos ahogará a todos por igual; preocupados como están nuestros gobernantes en legitimarse y gran parte de la oposición en facilitarle la consecución de ese objetivo, no debemos extrañarnos que los problemas de inflación, carestía e inseguridad sean cada día más graves, siendo así no queda otra que tomar las previsiones que sea posible en el marco de las duras circunstancias que vive el país.
El lunes escuché, “esto se puso bueno”, es verdad, nada mejor que escenarios adversos para que la creatividad nos guie por caminos impensados como mecanismo de solución de nuestros problemas. Ese debe ser el reto, superar el guayabo electoral, que en nada nos ayuda, para enrumbarnos en un esfuerzo colectivo y personal orientado a suprimir las limitaciones que hacen más pesada la carga que nos impone desde hace un buen tiempo la crisis política y humanitaria del país. La diatriba, sobre todo la confrontación política, nos está frenando hasta en nuestras relaciones personales, calando a modo de inhibidor de la voluntad y restricción para el análisis y la comprensión de hechos como los resultados electorales de este domingo 15O.
No hay, ni habrá, una salida a la crisis que vivimos si nos dejamos atrapar por la falsedad del discurso político que convierte nuestros triunfos en derrotas, esa tendencia hay que revertirla apostando a nuevas iniciativas que desde ya se escuchan y han empezado a materializarse en la calle como alternativa de sustitución de la coalición opositora que nos ha traído más desventuras que satisfacciones. No hay, ni habrá, ciudadanos convencidos de la necesidad de la salida del régimen, del cambio del liderazgo opositor viciado, de sumar fuerzas como mecanismo de consolidación de una propuesta diferente de país, no lo habrá, si permanecemos pegados al cordón umbilical que nos une a los hechos contradictorios que se suceden a diario como resultado del acontecer político del país.
Definitivamente, las elecciones han servido para engatusarnos mientras se consolidaba en el poder una camarilla que hoy no tiene ningún escrúpulo en hacer uso del proceso eleccionario como si fuese un cuchillo que te ponen en la garganta o una pistola colocada en la sien para que accedas a las pretensiones de tu agresor, así de lamentable, pero no por eso hay que afligirse ni menos sentirse derrotado del todo, no, eso sería morir, como mueren por la falta de medicamentos y alimentos muchos venezolanos, sobre todo niños y ancianos, hay que sobreponerse a esa circunstancia bochornosa animados en ver el rechazo mundial a ese comportamiento, tal vez eso no nos sirva para ir al mercado ni para comer o vestirnos, pero si es un aliciente para reforzar las iniciativas encaminadas a retornar a la democracia.
Félix Francisco Bertomolde
@memientanchico