A un mes del huracán, Puerto Rico batalla sin electricidad y con áreas inaccesibles

Cynthia Calderon walks past some furniture and other belongings she could salvage, after the island was hit by Hurricane Maria in September, in Toa Alta, Puerto Rico October 19, 2017. REUTERS/Alvin Baez
Puerto Rico desolada al cumplirse un mes del paso del huracán María // Foto REUTERS/Alvin Baez

 

Ha pasado un mes desde que el huracán María hizo trizas el Caribe y Samuel De Jesús todavía no puede salir de su aislada comunidad en Puerto Rico. Este territorio estadounidense sigue sin energía e incomunicado por el azote de la tormenta el 20 de septiembre. AFP

“No sabíamos qué hacer, nos volvimos literalmente locos”, recuerda Samuel, un residente de Río Abajo.





Esta pequeña comunidad en el montañoso municipio de Utuado, en el centro de la isla, sigue sin acceso vial porque el puente que la conecta al resto del mundo colapsó por la tormenta.

La ayuda comenzó a llegar al lugar por helicóptero el 5 de octubre, dos semanas después del paso del huracán.

“Fueron unos días difíciles, desesperantes. No encontrábamos salida y el huracán causó mucho daño”, dice Samuel, de 35 años.

En el lugar donde antes estaba el puente, los residentes instalaron un sistema de cuerdas para recibir suministros sobre un río contaminado con aguas negras por el colapso de una tubería.

Sobre el fragmento de puente que quedó, la comunidad instaló una bandera de Puerto Rico y un letrero que dice “Campamento de los Olvidados”.

Durante las dos largas semanas que siguieron al huracán, las 27 familias de Río Abajo vieron que sus reservas se terminaban. Samuel, que es diabético, necesitaba mantener refrigerada la insulina. “Pero ya se me estaba acabando la gasolina para la planta eléctrica”, recuerda.

Hoy en día, los residentes reciben consistentemente comida, agua y medicamentos por helicóptero, pero claman por un puente “para sacar nuestros vehículos y salir afuera en caso de una emergencia, o si ocurre un deslizamiento”, dice Samuel.

Como ellos, aún persisten en Puerto Rico comunidades que quedaron totalmente aisladas después del azote de María.