“…hemos jurado amarnos hasta la muerte
y si los muertos aman,
después de muertos amarnos más”
Benito De Jesús (Nuestro juramento)
Ya desde hace algún tiempo y mucho antes de que tuvieran lugar las elecciones regionales, ya Nicolás había advertido abiertamente que los nuevos Gobernadores debían juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente, pues fue esta quien decidió expresamente: “que los gobernadores (electos) tendrán que juramentarse y subordinarse a la Constituyente como requisito sine qua non, ineludible, para asumir sus cargos”. A lo que la unidad replicó casi de inmediato, asegurando que “ningún gobernador de la oposición va a juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente”.
Fue así, de esta forma, una vez ocurrido el trauma de las elecciones regionales del 15O, y la aplastante victoria del PSUV en estos comicios, en fecha 18 pasado, que tuvo lugar el acto de juramentación anunciado de los nuevos 18 gobernadores electos por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a los que la Presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, exhortó a garantizar y cuidar la voluntad del pueblo.
En esa misma fecha, casi paralelamente si no me equivoco, la propia Asamblea Nacional Constituyente emitió un decreto, donde prohíbe a los Consejos Legislativos, juramentar a los gobernadores, sin que estos hayan sido juramentados previamente ante ellos, colocando así una espada de Damocles sobre los gobernadores electos de la oposición democrática.
Posteriormente, prestan juramento los cuatro gobernadores elegidos por el partido Acción Democrática (AD) ante la Asamblea Constituyente chavista, desacatando de esta manera, las instrucciones de la propia Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En este orden, sólo uno de los 5 gobernadores de la oposición que habían ganado los comicios regionales del 15 de octubre, no se dejó amedrentar por las amenazas de destitución y encarcelamiento que había lanzado Maduro para obligarlos a que prestaran juramento ante su fraudulenta Constituyente. Es el caso de Juan Pablo Guanipa, del partido Primero Justicia, quien resistió las amenazas y embates del oficialismo y reiteró que no se juramentará ante la ANC, por coherencia, dignidad, por amor al Zulia y a Venezuela.
Los gobernadores «adecos», por su parte, reconocieron la humillación que significó para ellos jurar ante un organismo ilegítimo y cuestionado, pero se aguantaron. De esta forma, Laidy Gómez, gobernadora por Táchira, se justificó apuntando que «la humillación de un líder es un medio para lograr Libertad», mientras que el gobernador por el estado Anzoátegui, Antonio Barreto Sira, aseguró que con el acto espera solventar la crisis que atraviesa la entidad, los otros dos gobernadores, Alfredo Díaz de Nueva Esparta y Ramón Guevara de Mérida, mutis, totalmente silentes, no se han pronunciado.
Analizando, el juramento en sí, en sentido amplio, se trata un acto mediante el cual nos comprometemos, generalmente se acompaña de algún gesto y un movimiento de las manos, como colocar el dedo índice de la mano derecha sobre los labios o levantar la mano derecha con la palma hacia el frente u otro parecido, en las películas americanas vemos que lo hacen colocando la diestra sobre el libro sagrado: la Biblia. El juramento es una formalidad donde el funcionario manifiesta “sumisión” absoluta, no es un acto de lealtad ni mucho menos simbolismo.
Con relación específicamente a la juramentación de los gobernadores es un acto formal que debe cumplir todo aquel que inicia el ejercicio de un cargo público, pues permite determinar con certeza el momento en el cual asumió el puesto y las responsabilidades inherentes al cargo, de tal forma está consagrado en el artículo 1 de la Ley de Juramento, “ningún empleado podrá entrar en ejercicio de sus funciones sin prestar antes juramento de sostener y defender la Constitución y Leyes de la República y de cumplir fiel y exactamente los deberes de su empleo” y así lo establece la propia Ley, se trata de un acto de sumisión reitero, que ratifica el carácter en que debe postrarse el funcionario público ante la Constitución y las leyes.
Por lo tanto, lo que sí está claro es que los gobernadores deben prestar juramento para asumir tal cargo, sin embargo, el artículo 12 de la Ley de Elección y Remoción de Gobernadores dispone que el “gobernador electo tomará posesión del cargo, previo juramento ante la Asamblea Legislativa. Si por cualquier circunstancia no pudiere hacerlo ante la Asamblea Legislativa, lo hará ante un Juez Superior de la correspondiente Circunscripción Judicial”.
De tal manera que la ANC no podía exigir a los gobernadores electos que se juramenten ante ellos ya que no está dentro de sus competencias, hacerlo es actuar en contravención de la propia normativa que es muy clara: los gobernadores solo deben juramentarse ante los Consejos Legislativos o en su defecto, ante el Poder Judicial.
De tal manera que la ANC, aun justificando todo su accionar “supra-constitucional”, no puede ordenar a los gobernadores electos a juramentarse ante ella, como condición necesaria para asumir el cargo, tal cosa seria nula, porque la ANC no puede ordenar nada a los gobernadores, ni mucho menos puede aplicar “sanciones” en caso de que los gobernadores las desconozcan ni pretender subordinarlos de ninguna manera. Si lo hicieren como en efecto ocurrió, debieron dictar un “acto constituyente” de derogatoria expresa del artículo 161 constitucional así como también de los artículos de las constituciones de los estados relativos a las formalidades para la toma de posesión de los gobernadores.
Sin embargo, el hecho consumado es que la juramentación de 4 de 5 gobernadores de oposición se dio, frente a los ojos atónitos de los electores, ahí estaban, cabizbajos y meditabundos, frente a Delsi Eloina Rodríguez y Elvis Amoroso, quienes haciendo gala de su poder, lucían alegres y satisfechos de haber cumplido su misión a cabalidad, dado que están conscientes que juramentarse ante la ANC es sencillamente someterse o manifestar sumisión, sin condiciones ante el cuerpo político del PSUV, de modo que no es cualquier cosa ni está fácil el asunto.
Horas después y de manera sorprendente el mismo régimen que los juramentó se encargó de nombrar organismos “protectores” en cada uno de los estados, por lo que ahora les tocará co-gobernar junto al mismo candidato que pudieron derrotar gracias a un proceso unitario que incluyó un apoyo popular, apoyo a todas luces traicionado.
Lo cierto es que Asamblea Nacional Constituyente, instaurada por el oficialismo, no había sido reconocida por los adversarios del Presidente Nicolás Maduro y en ese orden, la oposición venezolana se había comprometido a no llevar a cabo ninguna acción que supusiera un reconocimiento de la misma. Mas allá aun, los partidos de la MUD que participaron en las regionales habían asegurado que acudir a esta cita electoral convocada por la ANC no suponía legitimarla.
Por lo que esta incoherencia de los gobernadores adecos ha provocado un alud de críticas dentro de la propia MUD y entre la sociedad civil venezolana, cuyo rechazo a la Constituyente es generalizado. Esta acción trajo terribles consecuencias para la coalición opositora, que se fractura gracias a la pérdida de credibilidad, el engaño y descarado desprecio al pueblo, todo lo cual resulta imperdonable, además de críticas y descalificaciones dado lo que se consideró una burda «traición» a la alianza, de tal manera que ahora sus integrantes que poco se soportaban, encontraron motivos para dividirse.
Así empezaron los ataques de aquí y allá y a sacarse los trapitos sucios unos y otros, por un lado Capriles se refirió a Ramos Allup como el “tumor” de la MUD y ha dicho que no formará parte de ella mientras el siga ahí, digamos no se sienta más en esa mesa, Allup, no se quedó callado y respondió a Capriles recordándole el guiso con el fajo de billetes de Juan Carlos Caldera. La gobernadora de Táchira recriminó a Borges por declaración de la AN que prácticamente veta a los gobernadores, los Gobernadores juramentados intentaron asistir a sesión de la AN y Borges ordenó que no se les permitiera entrar.
Por otro lado, Liborio Guarulla, ex gobernador opositor en Amazonas, lanzó una maldición indígena a AD y a la MUD, el Dabukuri, ya antes lo había hecho. Henry Falcón atacó a Capriles acusándolo de responsable de todo cuanto Dios creo, Carlos Vecchio, expresó profundo “rechazo” a quienes cuestionó como gobernadores, por su juramentación. Carlos Ortega reapareció y llamó a Allup “miseria humana” y “traidor” de AD. Ramos Allup dice que el traidor no es el, sino Julio Borges y Luis Florido quienes se encontraban en República Dominicana en reuniones de dialogo con chavistas. Freddy Guevara anunció que su partido no irá a elecciones municipales. Primero Justicia saca comunicado contra gobernadores adecos, llamando “inaceptable” su juramentación. J.J. Rendón, dijo que esto “Ya es un coma retardado, ya lo que toca es la eutanasia”.
El gobernador electo del Zulia, Juan Pablo Guanipa, afirmó que el secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, trató de persuadirlo para que tomara la decisión de ir a la ANC como lo hicieron el lunes los 4 gobernadores de oposición restantes. Sin embargo, Henry Ramos expulsó del partido a estos últimos por haber tomado esta decisión de manera inconsulta.
Lo cierto es que entre dimes y diretes, la ofensiva la tiene en sus manos el régimen, de modo que el escenario de hoy día no es nada alentador, por un lado, el Consejo Legislativo del Estado Zulia, por mayoría durante sesión ordinaria, declaró la vacante absoluta del cargo de gobernador, dada la negativa del electo en los comicios regionales, Juan Pablo Guanipa, de juramentarse ante la ANC y por otro, la ANC anuncia elecciones municipales para el mes de diciembre, poniendo a la oposición de nuevo entre tres y dos, ambas cosas eran de esperarse.
Si reflexionamos sobre todo este asunto concluimos que el triunfo más importante del régimen, el 15 de octubre no fue haberse quedado, de manera fraudulenta, con la mayoría de las gobernaciones, sino haber colocado a la MUD al borde del abismo, con esta juramentación definitivamente se desataron los demonios en el campo opositor y ocurrió lo inevitable, una guerra de acusaciones suicidas, nuestra dirigencia opositora perdió la brújula, y Nicolás, no puede ocultar su alegría, feliz como una lombriz! De modo que con la oposición nuevamente enfrentada y dividida y en medio de un clima de desánimo y de dudas sobre la vía electoral, el chavismo podría volver a triunfar sin miramientos en los comicios municipales y presidenciales para asestar un golpe mortal y consolidarse en el poder de manera absoluta.
En realidad, es una tristeza lo que ha ocurrido con la MUD, esa tarjeta única era su emblema, su divisa, su más eficiente arma contra la dictadura, era el símbolo de la unidad sin embargo, el régimen, logró menguar esa formidable fuerza opositora obligando a los partidos opositores a reinscribirse en el CNE para ser reconocidos por este organismo tramposo, con la intención que luego acudieran a las elecciones regionales en forma individual, con candidatos propios, los partidos políticos, ansiosos por “contarse”, cayeron en la trampa irremediablemente.
Esta situación debería llamar a la reflexión, no es el momento para el protagonismo barato, es el momento de la unidad nacional por encima de todas las cosas, por lo que el proceso de descalabro de la MUD debe ser superado de inmediato para hacer frente con éxito a los graves acontecimientos políticos que están por suceder, ya que un nuevo error estratégico de la oposición sería fatal e impediría que la situación se resuelva pacíficamente, definitivamente la MUD necesita una intervención.
Sin embargo, creo que debemos ver el vaso medio lleno, ahora después de lo que ha pasado con los gobernadores, esta elección terminó por depurar a la oposición y mostró el verdadero rostro de la dirigencia opositora. El llamado a los líderes sigue siendo a la sindéresis y a la reflexión con humildad, al reconocimiento de los errores y a la enmienda, a los ciudadanos nos corresponde defender nuestra arma: el voto y nuestros derechos constitucionales.
Los gobernadores genuflexos, convertidos ahora en simples títeres del régimen, no podrán ejercer libre y efectivamente, de manera autónoma, las competencias inherentes a sus cargos, al no lograr deponer a la ANC. Ahí les dejo eso, mírense en ese espejo, las regionales son solamente un ejemplo de lo que puede ocurrir si no damos un paso al frente en la restitución de la democracia constitucional.
@mauxi1