La muerte de la MUD N°2, por José Machillanda

La muerte de la MUD N°2, por José Machillanda

José Machillanda  @JMachillandaP
José Machillanda @JMachillandaP

La muerte de la MUD implosiona a un grupo de operadores políticos inciertos, que se auto-creyeron líderes y ni siquiera sirven como operadores para comprender la complejidad y la refutabilidad del sistema político venezolano, que hoy se expresa por la vía de la guerra civil. Guerra civil que se instaura desde el 4 de noviembre de 2016 cuando el bestiario apoya la definición desde el régimen de la oposición política como enemigo. Si no fueron capaces de comprender su condición de enemigo, mucho menos pueden ser capaces de asimilar el destrozo del caudal político de 2016 en menos de un año.

La muerte de la MUD deja claro, entonces, que la conmoción exponencial de esta masa de inexpertos activistas, dados a la comunicación política, la especulación y la insana participación de recursos cuantitativos terminaron de no comprender que un líder es líder, y sólo líder, cuando amarrado a la epísteme accionando la doxa puede ejercer autorictas para conducir acciones políticas con motivo, dirección y sentido. La muerte de la MUD sirve para que este activismo desenfrenado, miope para comprender al bestiario militarista, termine por planificar y acelerar un proceso de auto-corrección que muestre su convicción para el inmediato devenir político.

La muerte de MUD será útil para que el grupo de activistas que hoy aprecia las maromas y un híper-activismo del Poder Ejecutivo empiece a tener control de la variable tiempo, le importe la historia mediata e inmediata del sistema político y, sobre todo, recurra a la Antropología, a la Sociología, a la Historia, pero fundamentalmente a la Ética Aplicada. La muerte de la MUD impone, obliga a que los hasta ahora activistas enfrenten a los ciudadanos que mal guiaron, que hoy les reclaman coraje cívico, responsabilidad direccional y ética política para preparar el cuerpo de acciones que, necesariamente, descubran al bestiario autocrático-militarista, la desgraciada guerra civil en la cual mantienen a una sociedad ahogada con la miseria y el hambre, así como también un supuesto liderazgo con ambiciones pequeñas, sin sentido de la historia y sin conciencia del impacto de sus acciones en el inmediato futuro.
Una consecuencia deseable y deseada después del 15-O es la reflexión y la planificación necesaria en las fuerzas democráticas, lo cual sugiere el conocimiento del ambiente político real que deviene, a su vez, del análisis sistemático de la política doméstica, la política de gobierno, la política electoral, la política económica, la política internacional y el entorno interno militar. Este último tiene especial importancia habida cuenta que el socialismo a juro devenido en autocracia militarista y en gobierno del partido político en armas propuso tal grado de deformación y depravación política, que llama a quienes responsablemente decidan reavivar las fuerzas democráticas a un permanente y sistemático estudio y seguimiento, a fin de la definición de vectores de acción, acciones políticas oportunas y conductas del sujeto democrático para mostrar fuelle político, decisión democrática y resultados que terminen por avalar la fuerza democrática en la recuperación del sistema político venezolano.





Este reto, el de forjar vectores de acción y acciones políticas oportunas, tendrá que enfrentar la miserable guerra civil que ha impuesto el régimen, en el cual Nicolás Maduro preside junto a Vladimir Padrino el Poder Ejecutivo. Indudablemente, la organización de las fuerzas democráticas, desde quienes la dirijan hasta las organizaciones sociales de masa que participen deberán tener en consideración como extremo, el empleo de la fuerza y las bocas de fuego por quienes han traicionado su responsabilidad de responder por la defensa del Estado-Nación.

El esfuerzo de quienes emerjan de este colapso político tendrá que ser único. Por único deberá entenderse que se amarrarán a la ciencia, definirán la estructura política, construirán paulatina y progresivamente a los hombres y mujeres que -con gran sentido de la responsabilidad- y con el instrumento del Ambiente Político Real irán paso a paso ganando confianza en las acciones, compartiendo la realidad de la complejidad y refutabilidad de la política, se vacunarán contra el facilismo y al final comprenderán qué es lo que significa la palabra líder.

El líder frente al Ambiente Político Real de guerra civil que vive Venezuela tiene que accionar como prohombre, que incluye a hombres y mujeres, donde la cualidad fundamental tiene que ser la ética y el objetivo único contener y derrotar a un proyecto primitivo, militarista que ahoga a Venezuela en una situación de regresión, causándole al país el más grave dolor. Este dolor que hoy aterra al venezolano muestra la miseria de la pobreza, el fracaso de la economía, la violación de las leyes en especial la Constitución y que se manifiesta como un enorme desaliento, los líderes tendrán que transformarlo en una oportunidad. Oportunidad como posibilidad, como coincidencia, como buena ocasión para que con el esfuerzo y la inteligencia de los venezolanos demócratas de bien, entrompemos la muerte de la MUD como el inicio de la reconquista de la democracia.

Es original,

Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 31 de octubre de 2017