El gobierno tiene un sinnúmero de debilidades que hay que explotar y contraponer con las fortalezas de la oposición. La hiperinflación y la escasez de alimento, generan hambre, desnutrición y la vuelta a enfermedades que estaban erradicadas. El aparato productivo está destruido. No hay confianza, ni seguridad jurídica, sino acoso a los comerciantes, empresarios y al sector privado en general. Los indicadores económicos y sociales no pueden estar peor.
Como consecuencia crece la inseguridad personal desbordada, el colapso de los servicios públicos y la diáspora de venezolanos hacia el exterior. Al gobierno apenas le alcanza para pagar las deudas y la producción petrolera decrece. Las políticas de corte marxista han originado esta catástrofe en una Venezuela gobernada por el Castro-Comunismo desde la habana.
Otro talón de Aquiles del gobierno lo tenemos en la conformación de una dictadura que viola de manera continuada derechos humanos. El continuo cierre de medios de comunicación social, que entre sus desafueros cuenta con la clausura de RCTV, la expulsión de CNN y de los tres canales colombianos de la programación. Solo en el año 2017 han salido del aire 8 canales de TV, 49 emisoras, y 17 periódicos han dejado de circular por falta de papel prensa.
En este mismo año se produjeron 5300 detenciones arbitrarias, alrededor de 1000 continúan en la cárcel, 100 con orden de libertad bajo fianza, y tenemos 391 presos políticos, entre los que se encuentran líderes como Leopoldo López, Antonio Ledezma, Delson Guarate, Yon Goicoechea, Alfredo Ramos y decenas de inhabilitados, encabezados por Henrique Capriles, y de alcaldes que han tenido que salir al exilio. El régimen absolutista se configura con el secuestro de los poderes públicos y el no reconocimiento del parlamento electo por el pueblo. Un ejemplo lo tenemos en la arremetida que hubo contra la Fiscal Luisa Ortega Díaz, una vez que se declaró contraria a la violación del Estado de Derecho. Otro en la partidización de las fuerzas armadas nacionales, que tiene una expresión en la participación que hace en el programa de TV de Diosdado Cabello.
En los últimos meses los sondeos de opinión, señalan de manera reiterada que el señor Maduro, tiene el rechazo del 80% de la población. Lo que no se corresponde con lo sucedido en unas regionales donde reinó el fraude. De cualquier manera no es lo mismo una elección regional, que una presidencial, donde la mayoría identificará al culpable de esta tragedia. Luego de las municipales el gobierno convocará lo antes posible las elecciones presidenciales, donde estará en juego y de manera definitiva el futuro. La pelea hay que darla en todos los terrenos. Hay que estar alertas. La dictadura comunista de Maduro está lista para apropiarse para siempre del país. De todos y de cada uno depende.