Víctor Jiménez Ures: Nuestro compromiso es la libertad

Víctor Jiménez Ures: Nuestro compromiso es la libertad

Víctor Jiménez Ures
Víctor Jiménez Ures

 

Cuando asumimos este compromiso, lo hicimos conscientes de los riesgos que implicaba alzar nuestra voz al servicio de los más vulnerables, sabiendo que seríamos criminalizados, segregados y perseguidos; lo sabíamos, lo entendíamos y lo aceptamos. Años de esfuerzos y trabajo bien hecho podrían echarse a perder enfrentándonos a la sombra de un autoritarismo caudillista que no sabe convivir con quienes piensan distinto; y sin embargo, lo aceptamos con la más grande y firme de las determinaciones. Asumimos el reto guiados por nuestros valores, pues entendemos la política como un compromiso de servicio, abocados a la solución de los problemas de nuestra sociedad.

Seguimos de pie, a pesar del clientelismo, la persecución, las prohibiciones y las amenazas; seguimos aquí, somos una realidad y no abandonaremos nuestra justa causa. Es verdad, no hablamos de un simple gesto de soberbia política (a los que estamos tan acostumbrados), sino de un acto de sacrificio a favor de nuestra gente, la que nos vio crecer y nos estima, a la que tanto debemos y deseamos servir con sinceridad y transparencia.





Para nosotros, Voluntad Popular no es solo un partido político como tantos, muy al contrario, nos consideramos un movimiento social (y político), plural y democrático, que busca organizar a millones de venezolanos para juntos superar la pobreza en paz y en democracia. Creemos que nuestra organización se construye de abajo hacia arriba, y justo por ello anteponemos el bien común por encima de nuestros propios intereses, así somos, en eso creemos.

Lo que están haciéndonos no debe sorprender a nadie, es la consecuencia natural de enfrentarnos a quienes empeñados en mantener el poder, sin un fin más allá de la autosatisfacción de su ejercicio para gloria personal, hacen uso injusto y abusivo de todas las herramientas a su disposición para refrenar los cambios que, a estas alturas, son tan urgentes como necesarios.

Su conducta y doble moral discursiva les delata y desnuda ante los pocos que aún tienen estómago para seguirles (por miedo o necesidad) y reafirma la convicción democrática de quienes tímidamente, o por el medio de la calle, apostamos por un cambio verdadero y palpable.

No juzguemos las razones de cada quien para actuar de tal o cual forma, tampoco dejemos que nos gane el desánimo, antes bien, enfoquémonos en mantener vivos los sueños y esperanzas que durante años han alimentado esta magna lucha que finalmente se verá coronada con la más hermosa de las victorias: Nuestra Libertad.

¡Fuerza y Fe!

Víctor Jiménez Ures