Nelson A. Pérez: Clap versus Default

 

 

Nelson A. Pérez
Nelson A. Pérez

 





Definitivamente los clap conforman la estructura económica que el chavismo contrapone a la economía de mercado como salida al rentísmo petrolero.

Este instrumento de distribución social de bienes de consumo masivo tiene como objetivo:

Romper con la estructura tradicional del mercado de producción, distribución y consumo. En tal sentido el chavismo se propone desarticular el proceso productivo y dividirlo en dos grades fases.

Primera fase: Separar el proceso de manufactura de mercancías de la distribución y consumo por parte del sector privado. Es decir, en una primera etapa, las empresas procesadoras de bienes de consumo masivo, comida, fármacos, vestidos, calzados, etc.  Se dedicaran exclusivamente a la producción y deben vender sus mercancías al gobierno, esto se realiza a través de un intervalo creciente que va desde el 50% de lo producido hasta una meta de comprarle  el 100% de la producción a precios de fábrica fijados por el régimen.

El proceso de distribución y consumo lo controla el gobierno. Por ejemplo a los grandes consorcios empresariales como la Polar, entre otros, el régimen le controla todo el proceso de distribución hacia los mayoristas, supermercados y minoristas, controlando y reconduciendo la salida de las mercancías a través las guías de despacho a nivel nacional. Es decir la enorme distorsión de los precios desde las fábricas al consumidor es responsabilidad del régimen. En el Estado Carabobo el propio gobernador Electo, destapó la caja de pandora, miles de cajas contentivas de productos  para los clap acaparados por el gobernador saliente. Es decir el bachaqueo, al mayor, lo controla el régimen y permite que el resto de la población enchufada  haga lo propio hasta llegar al consumidor a precios astronómicos.

Segunda Fase: Una vez que las empresas de producción social instauradas por el régimen, que han quebrado una y otra vez, estén en “plena Producción “sustituirán al sector privado productor de bienes de consumo masivo. Así culminaría la primera gran etapa del socialismo del siglo XXI, con el control absoluto del proceso de producción, distribución y consumo por parte del Estado Socialista.

 

En las diferentes fases para consolidar este adefesio económico, el régimen inicio un proceso de expropiación y confiscación de empresas, tierras, galpones, etc., para entregárselas a las comunas como representantes de las empresas de producción social. Fracasaron rotundamente y las empresas expropiadas quedaron arruinadas, transformadas en escombros, las tierras productivas confiscadas quedaron como peladero de chivos. Toda la inversión económica realizada en esta intentona socialistoide fue un rotundo fracaso.

Destruido más del 60% del aparato productivo productor nacional de bienes de consumo masivo y perecedero. Ahora, impulsan con más fuerza la importación de estos productos para llenar las bolsas clap. Estos productos ya empacados vienen desde México, Brasil, Chile, entre otros países. Y con ello la enorme corrupción propia de este proceso.

El carnet de la patria, es el otro elemento que juega un papel fundamental de control social en el proceso de esclavización del ciudadano de a pie. El carnet lo utilizan no solo para el control del estómago del pueblo, sino para el control electoral del régimen.

Mientras tanto la industria petrolera que financia toda esta locura sique palo abajo.

Para el año 1.999 la deuda  de PDVSA era de 19.306 millones de dólares, para el año 2107 la deuda de PDVSA es de 68.728 millones de dólares, es decir un incremento en 19 años de  49.422 millones de dólares. En ese periodo  el incremento promedio inter anual del precio del petróleo fue de 179,29 $/barril.  En el mismo lapso el incremento de la deuda promedio inter anual contraída por PDVSA fue de 2.601,16 millones de dólares/año. Ello quiere decir que por cada dólar de incremento en el precio inter anual de barril del petróleo, la deuda en dólares de PDVSA creció en 14,51 millones de dólares. La industria petrolera dejo de producir más de un millón de barriles diarios de petróleo en ese lapso.

La deuda total del Estado se estima en unos 180.000 millones de dólares y para los próximos años  el servicio de la deuda será, aproximadamente, de 10 mil millones de dólares anuales.

Bajo este esquema perverso de estrategia económica es imposible financiar la importación de las bolsas clap, ni pretender que las empresas de producción social sustituyan en el mediano plazo a la producción privada.

El país entrará inevitablemente en un proceso de default. La pretendida restructuración y refinanciamiento de la deuda propuesta por Maduro es inviable. No se puede reestructurar la deuda con un flujo de caja en dólares que no existe, pues las reservas internacionales están en su nivel más bajo históricamente, se aproximan a  10 mil millones de dólares, los Derechos Especiales de Giro que poseemos en el FMI, ya se los guisaron, gran parte del oro en reserva está pignorado, dejando perder el que teníamos en Alemania por impago.

La deuda con los rusos y chinos probablemente se refinancie pero a un costo inmenso que incluye la pérdida de soberanía, se habla de entregar las refinerías del Palito y Amuay, en comodato, que en conjunto pueden procesar un millón 100 barriles de petróleo diario, aunque en la actualidad solo procesan 300.000 barriles diarios.

Como señale en mi artículo anterior, el comunismo y el capitalismo son antagónicos pues sus premisas y fundamentos ideológicos son diametralmente opuestos. El socialismo, como etapa de transición, que es una especie de mondongo con morcilla, en donde se trata de mesclar dos sistemas sociales antagónicos, es inviable, y está demostrado históricamente. China para poder desarrollarse tuvo que permitir, dentro de su estructura, que el gran capital del mundo invirtiera en ese país para hacerlo competitivo dentro de la economía de mercado internacional y se rige por principios capitalistas.

En Venezuela la imposición de los clap, la destrucción del aparato productivo y la inmensa deuda contraída irresponsablemente, en conjunción con el desgobierno, la corrupción y el narcotráfico, han traído como consecuencia: híper inflación, hambre, huida masiva de jóvenes del país, desesperanza, etc. Aun con los triunfos electorales truculentos del régimen por la inoperancia de la oposición, el chavismo en Venezuela tiene los días contados. 

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso Miembro del Secretariado Nacional del Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.

Econ. Nelson A. Pérez V.
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