Félix Francisco Bertomolde: Ódiame, por piedad, yo te lo pido…

Félix Francisco Bertomolde: Ódiame, por piedad, yo te lo pido…

Felix Francisco Bertomolde

 

 





Comenzamos como Julio Jaramillo a propósito de la Ley del Odio o Ley contra el Odio, que no es una Ley, es una sentencia orbitando sobre la ciudadanía, sobre todos y cada uno de nosotros. Curiosa manera de luchar por la paz, la convivencia pacífica y la tolerancia. Va a ser como la extinta Ley de vagos y maleantes, aplicable discrecionalmente a todos y a todas, pero recargada con todos los juguetes. En qué cabeza cabe llamar una Ley así, cuando odio significa: “Sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia” y como evitan el odio si este obedece a una provocación y es un sentimiento. No es una ley contra el odio, es que han hecho del odio su ley.

La Ley contra el odio es la típica ley de regímenes odiosos y odiados. Este criminal régimen con esa ley odiosamente se consolida, porque con esta gente difícilmente del odio nazca el amor. Lo de la Ley del odio no es ni juego ni chiste. Una revisión importante de Viviana Padelin nos da luces al respecto en su artículo “La ilegalidad del odio”. ¿Y qué será eso de odio nacional del que habla la recién aprobada ley? Nula por cierto, como todas las acciones de esa asamblea espuria, ilegítima y no representativa del pueblo de Venezuela.

Será interesante que cada nueva expresión pública, es decir, ante la opinión pública, deba compararse con mensajes precedentes del líder fundamental de la revolución bonita, por ejemplo: “váyanse al carajo, yankis de mierda”. Si digo, por ejemplo, sin gritos ni destemplanzas, al carajo Nicolás Maduro, ¿me cae la Ley del Odio? No me cae, puesto que él mismito nos ha mandado a todos nosotros para ese sitio, una y mil veces. En ese sentido, si la justicia fuera igual para todos, los primeros en caer presos fueran Diosdado, Iris, Cara de Mango, Delcy, su hermanito, Reverol y pare usted de contar. Ahora bien, si le surge ese sentimiento, sujeto en estos tiempos a un instrumento legal, en contra de Maduro es odio agravado, en contra de Jaua es odio circunstancial, en contra de Jorge Rodríguez es odio de locura, en contra de Delcy o Diosdado es odio justificado. Definitivamente, los rojos desteñidos Promulgan la Ley del Odio porque nos odian, como muy bien dijo Elías Pino Iturrieta.

Cuando un abuelo logra sacar y reunir 150.000 Bs. para comprar un losartan ya vale 200.000 Bs. Lo están matando pero el pobre tiene que quedarse callado, si refunfuña le cae la fulana ley esa, no así a los 10 funcionarios venezolanos recién sancionados por Estados Unidos, por la censura y la violación de libertades que aplicaría el Estado venezolano, ellos tienen la prerrogativa de darle rienda suelta al “odio maldito y visceral” que sienten por el imperio. Por cierto, parece que la Fosforito no está contenta con la Ley del odio, pero se desconoce el motivo. Y dicen que en el tal diálogo ese, que están retomando los mismos de siempre, nohablarán de la Ley del odio porque ya ellos se aman.

Con la aprobación por la A.N.C. de la Ley del Odio VTV se verá obligada a suspender LA HOJILLA y CON EL MAZO DANDO. Ya veremos, se pondrán más odiosos. Pero es cierto, el primer programa en salir del aire al ser aplicada esa ley debe ser Con el mazo dando. ¿Cuantos años darían ustedes como pena para su conductor? De no ser así, la ley del odio debe decir algo sobre regular eso de salir por televisión ofreciéndole a la gente darle con un mazo. Y si el régimen apela a la desesperación de amenazar con esa ley a la ciudadanía es porque la libertad de las redes sociales expone su miseria y su debilidad. Nos amenazan a todos porque las redes son nuestro único medio “libre” de comunicación. De tal manera que se disminuye la libertad de expresión, derechos políticos también, valiéndose de un concepto jurídico indeterminado para sancionar y privar de libertad. Además, como ya dije antes, la dicta una figura incompetente que para rematar nació inconstitucionalmente.

Pase hambre, muera por falta de medicamentos, no tenga agua, luz, internet, sea robado en la calle, y matraqueado por la policía, pero no odie, porque va preso. Cualquier información o comentario que deje al descubierto las contradicciones del chavismo, como este artículo, pudiese ser objeto de la aplicación de las penas previstas en la Ley contra el Odio, por eso no exageran quienes dicen que con esa Ley del odio “Venezuela será un Estado absolutamente totalitario”, mientras los más chistosos se les ocurrió que el nuevo himno del PSUV será la canción de Bienvenido Granda “TE ODIO Y TE QUIERO”.

Félix Francisco Bertomolde
@memientanchico