En la filosofía hindú se habla mucho de los tipos de amor que llegan a nuestra vida y lo que cada uno tiene para aportarnos. A veces esperamos que una persona que solo llega hasta nosotros para enseñarnos una lección, se quede para siempre a nuestro lado, sin comprender que su misión en nuestra vida tiene un fin.
Por esto, el sufrimiento en el amor es tan común y a la vez, gracias a esa terquedad dejamos ir a las personas que verdaderamente están destinadas a estar a nuestro lado.
El fundamento principal para la felicidad es no tener apegos, es decir, comprender que la vida es un ciclo y que nada dura para siempre. De esta forma la pérdida no se vuelve dolorosa sino que te ayuda a crecer y desarrollarte.
Este es el ejemplo perfecto del amor kármico, ese que solo llega a nuestra vida para enseñarnos lecciones difíciles que aunque sean dolorosas, nos ayudarán a crecer como personas.
Según las filosofías antiguas, estos amores se arrastran de nuestras vidas pasadas, en las que dejamos asuntos sin resolver o pasamos por alto las enseñanzas que debían ayudarnos a crecer espiritualmente, por eso regresan siempre, hasta el día que logras mejorar.
El amor kármico se representa en aquello que no funciona, que aunque deseemos, simplemente no puede funcionar de manera armónica, es decir, es un conflicto constante.
Llega con esas personas que tienen un papel antagónico en nuestra vida, que nos hacen ver lo que no queremos o bien, que nos empuja hasta los límites de nuestra propia cordura para provocar un cambio positivo o negativo.
Estas son las relaciones destructivas, que entre más nos dañan más nos atrapan y lamentablemente pueden repetirse hasta que un día, limpias tu corazón de toda negatividad y odio, logrando salir adelante.
Por otro lado, dentro de la clasificación de almas afines (es decir esas que llegarán a tu vida por un propósito específico) también se encuentra el amor platónico o almas gemelas, que tienen una misión más importante en nuestra vida.
Una de las explicaciones del amor platónico, es el amor a primera vista que es un reconocimiento de almas del pasado.
Cuando nos sentimos atraídas o “enamoradas” por alguien desde la primera vez, sin saber exactamente por qué, se dice que se debe a que esa persona posee un alma que vidas pasadas compartió sentimientos contigo y que de alguna forma vuelven a reconocerse en esta vida.
En cambio las almas gemelas van más allá del amor platónico y el amor kármico, de hecho, se trata de la persona que está destinada a estar a tu lado y que representa armonía total al momento de la unión.
Cuando aparece esa persona que es espiritualmente compatible contigo, tu alma se llena de serenidad, tranquilidad, confianza y amor, por ello que no debes confundirlo con los amores pasionales que a diferencia del alma gemela nos llenan de desespero y fugaz frenesí.
Todas las personas podemos funcionar de manera perfecta por nuestra propia cuenta; no significa que si no estás a lado de alguien no puedas ser feliz o no puedas desarrollarte en todos los aspectos, sin duda no tiene nada que ver con el mundo material, sino con el espiritual.
Las almas gemelas se encuentran para ayudarse mutuamente y elevarse en todos los sentidos, a veces esa alma gemela llega en el momento que más la necesitas para tu propio crecimiento y luego se marcha, porque su misión se ha cumplido.
Por eso no debes desesperar, si no has encontrado a esa persona que te haga sentir lo que te acabo de describir, no vale la pena engañarte y estar con cualquiera solo porque la soledad te desespera.
Las cosas llegan a su tiempo o quizá, ya llegó y se marchó, por lo que debes apreciar ese tiempo juntos y dejar ir las ataduras del pasado.
Recuerda que el amor llega a nuestra vida para ayudarnos a ser mejores desde el alma, para que al final puedas seguir tu camino y lograr tu propia iluminación.
Nota tomada de Soy Carmín.