Los detalles de la “reunión perdida” entre el Gobierno y los tenedores

Los detalles de la “reunión perdida” entre el Gobierno y los tenedores

Foto AVN
El ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, y el vicepresidente, Tareck El Aissami -ambos sancionados por Estados Unidos- participaron del encuentro (Foto AVN)

 

La primera reunión entre el Gobierno de Venezuela y sus acreedores para discutir una reestructuración de la deuda externa del país y de su petrolera estatal concluyó el lunes sin propuestas concretas, dijeron a Reuters varios participantes del encuentro.

Los inversores salieron de la reunión cargados de bolsas de finos chocolates y café, pero sin un panorama claro sobre cómo proseguirán las conversaciones que apuntan a renegociar los términos de unos 60.000 millones de dólares de deuda soberana y de Petróleos de Venezuela (PDVSA).

“No salió nada de allí, fue una oportunidad perdida”, dijo uno de los inversionistas que había viajado especialmente a Caracas para la reunión.

Casi un centenar de inversores -o sus representantes- acudieron a la sede administrativa del palacio presidencial en el centro de Caracas para asistir al encuentro promovido por el mandatario Nicolás Maduro, dijeron dos testigos.

La reunión, que duró unos 15 minutos, se consideraba clave para comprender la estrategia del Gobierno que, aunque ha esperado hasta el último día para realizar pagos clave, ha seguido cumpliendo con sus obligaciones.

“No hubo oferta, ni términos”, dijo otro de los participantes a la salida.

El ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, y el vicepresidente, Tareck El Aissami -ambos sancionados por Estados Unidos- participaron del encuentro, lo que forzó a algunos acreedores a quedarse en una sala anexa para evitar encontrarse con ellos.

Los ciudadanos y empresas de Estados Unidos tienen prohibido reunirse con estos funcionarios, los principales delegados gubernamentales, por estar en la lista negra de Washington.

Otros inversionistas se habían negado a viajar a Caracas, una de las capitales más violentas del mundo, argumentando que El Aissami y Zerpa serían un obstáculo en la negociación.

El vicepresidente leyó un comunicado a los asistentes donde criticó al sistema financiero global por poner trabas para que el país petrolero haga sus pagos a tiempo a raíz de las sanciones, culpando al Gobierno estadounidense de la situación.

“La OFAC (un brazo del Departamento del Tesoro de Estados Unidos) pretende sin juicio alguno disminuir nuestra capacidad de relacionamiento con el mundo”, dijo el vicepresidente, en un discurso que transmitió parcialmente la televisora estatal.

“Hoy Venezuela se encuentra limitada para buscar financiamiento (…) encontrándonos frente a la necesidad de plantear nuevas fórmulas para salir de esta complejidad”, agregó El Aissami, sin dar detalles.

Los asistentes también contaron que el representante del Gobierno pidió ayuda de los acreedores para buscar vías de manera conjunta que permitan sortear las sanciones, mientras enfatizó la voluntad del país de seguir honrando sus pagos.

“Quieren establecer mesas de negociación de aquí en adelante, pero no precisaron nada, sólo que cuentan con la mejor asesoría legal”, agregó un inversionista local.

Más tarde, el Gobierno calificó la reunión como “altamente positiva y muy auspiciosa”.

“Sirva este inicio del refinanciamiento de nuestra deuda para ratificar nuestra plena intención de proceder a cumplir, como siempre hemos hecho, con todos nuestros compromisos”, dijo el Gobierno en un comunicado que emitió la noche del lunes.

Pagos clave

Entre tanto, la incertidumbre sobre la capacidad de pago de Venezuela va en aumento desde que el equipo financiero de Maduro comenzó a retrasar en octubre el abono de cupones de bonos por unos 750 millones de dólares.

El breve encuentro se realizó en un día clave en el calendario de deuda venezolana, porque el país tiene hasta el lunes para cancelar casi 300 millones de dólares en intereses demorados que ya no tienen período de gracia.

El pago no había llegado aún a las cuentas de al menos tres inversionistas consultados el lunes en la tarde.

Dos inversionistas dijeron que El Aissami les informó también que el banco alemán Deutsche Bank suspendió algunos servicios al Gobierno, siguiendo el paso de otros como Citibank.

Deutsche Bank no contestó de inmediato a una solicitud de información.

La semana pasada, PDVSA dilató, por primera vez, la amortización de unos 1.100 millones de dólares de capital por un título vencido durante más de tres días, postergando el abono de los intereses para los próximos 30 días.

Un comité de la asociación del mercado de derivados ISDA dijo el lunes que postergó para el martes la discusión donde evaluarán un posible incumplimiento de la estatal ante la demora en el pago del bono vencido.

La decisión del comité podría activar el cobro de los seguros contra incumplimiento de crédito (CDS) de PDVSA.

Por su parte, el Gobierno de Brasil dijo que Venezuela dejó de pagar una deuda por 262,5 millones de dólares y anunció que presentará el tema al Club de París, confirmaron a Reuters funcionarios de Brasilia.

El inusual comportamiento de un gobierno que hasta ahora no había demorado este tipo de pagos pese a la crisis, provocó el desplome de los bonos venezolanos por varios días, pero el lunes se recuperaban impulsados por la voluntad que mostraron las autoridades de seguir cumpliendo los compromisos.

“Mi expectativa es que los pagos del cupón también lleguen. Sabemos que estas demoras existen y por qué existen. No estoy demasiado preocupado por eso”, dijo Jan Dehn, un ejecutivo de la firma Ashmore Investment Management que prefirió no asistir a la cita en Caracas.

Las actuales medidas impuestas por el Gobierno de Donald Trump impiden a quienes operan en ese país aceptar nueva deuda venezolana como resultado de alguna renegociación que proponga el Gobierno de Maduro, a menos que haya un aval del Departamento del Tesoro.

Venezuela no tiene más vencimientos en el 2017, pero el año entrante el país enfrenta pagos de deuda por unos 9.000 millones de dólares, que recortarían aún más sus menguadas importaciones, vitales para la población.

Por Corina Pons y Deisy Buitrago/Reuters

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