El Nuevo Herald: Inversionistas dispuestos a perdonar el default de Maduro, por ahora

Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro
Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro

Los tenedores de bonos venezolanos que por años ignoraron alarmantes pronósticos que Venezuela se dirigía hacia un default podrían optar por enterrar la cabeza en la arena ahora que el temido día del juicio finalmente está aquí, y darle al régimen de Nicolás Maduro un tiempo indefinido para pagar sus gigantescas obligaciones vencidas.

Antonio María Delgado / El Nuevo Herald

Expertos consultados dijeron que los acreedores podrían apostar por la sinceridad de la declaración oficial de que el régimen pretende pagar sus obligaciones, y de esa manera evitar un largo proceso legal que podría tomar años en resolver.





Según los contratos de las emisiones de bonos, Venezuela ya está en default lo que abre la puerta para que los tenedores de bonos comiencen a reunirse entre ellos a fin de aprobar la introducción de un reclamo ante las personas que manejan los pagos y luego ante la justicia estadounidense.

“Pero los deudores no están reclamando el pago”, manifestó desde Nueva York, Fernando Freijedo, analista para América Latina de The Economist Intelligence Unit.

Aun cuando son miles de millones de dólares lo que están en juego, la falta de acción por parte de los tenedores de bonos tiene su propia lógica.

“¿Por qué harías un juicio larguísimo que va a demorar un montón de tiempo, que en base al comportamiento de Venezuela en los últimos años no va a ser fácil porque no se van a declarar culpable rápidamente sino que van a apelar y apelar, y apelar para alargarlo lo máximo posible, y al final cobrar solo un 20% o 30%, cuando puedes esperar, quizás solo algunas semanas más y por ahí te pagan el 100%?”, manifestó Freijedo.

“Eso, en este momento, parece ser el cálculo de los acreedores”, dijo.

Los expertos dijeron que eso podría ser una situación que se extienda por incluso meses siempre y cuando los tenedores de bonos continúen convencidos de que el régimen bolivariano va a pagar.

Bajo las cláusulas de la mayoría de bonos venezolanos, la decisión de ir a las cortes y disparar “la aceleración” de los pagos puede ser tomada por un 25% de los acreedores, explicó Russel Dallen, socio gerente de la firma Caracas Capital.

Pero por el momento, los tenedores de bonos parecen estar dispuestos a esperar a ver si el régimen de Caracas va a cumplir con su promesa de pagar, dijo.

La activación de la aceleración de pagos dentro de una emisión tiene el potencial de generar un devastador efecto sobre la economía venezolana, dado a la inclusión de cláusulas de “default cruzado”, que estipulan que si PDVSA o la República de Venezuela incumplen con los pagos de una emisión, entonces están incumpliendo con todas las emisiones.

Una situación como esa podría conducir a una ola masiva de reclamos y embargos que amenazarían con paralizar totalmente las exportaciones de petróleo del país.

Cumpliendo con viejas profecías que advertían su inevitabilidad, el régimen de Nicolás Maduro dio el martes los primeros pasos formales en el camino hacia el default, luego que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P) anunciara que el país petrolero incurrió en un incumplimiento “parcial” de sus obligaciones.

El incumplimiento con el pago por $200 millones podría eventualmente conducir hacia un default generalizado, en momentos en que el país enfrenta grandes dificultades para sostener el peso de una deuda externa estimada en al menos $150,000 millones.

Standard & Poor’s, la primera en declarar el default parcial de Venezuela, realizó el anuncio luego de que se cumplieran 30 días de gracia para pagar el cupón de bonos 2019 y 2024.

“Hemos bajado dos calificaciones a ‘D’ (default) y bajamos la calificación de la deuda soberana en moneda extranjera a largo plazo a ‘SD’ (default parcial)”, indicó S&P en un comunicado.

La agencia de calificación de riesgo tomó la decisión un día después de una reunión en Caracas entre el gobierno y los acreedores, donde las autoridades del régimen fracasaran en presentar —como se esperaba— un plan concreto para renegociar la deuda soberana y de la petrolera PDVSA.

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