Vicepresidente destituido por Mugabe regresa a Zimbabue

Vicepresidente destituido por Mugabe regresa a Zimbabue

(FILES) This file photo taken on January 7, 2017 shows Zimbabwe's then acting President Emmerson Mnangagwa speaking during a funeral ceremony in Harare.  Zimbabwe is under the control of the military on November 15, 2017, two days after its army chief warned Zimbabwe's President against purging the ruling party's senior ranks. Analysts say it appears to be the climax of a power struggle between liberation-era figures loyal to ousted vice president Emmerson Mnangagwa and forces faithful to First Lady Grace Mugabe, who is seen as vying to succeed her 93-year-old husband.  / AFP PHOTO / Jekesai NJIKIZANA
Emmerson Mnangagwa, vicepresidente destituido por presidente de Zimbabue, Robert Mugabe //
/ AFP PHOTO / Jekesai NJIKIZANA

 

El ex vicepresidente de Zimbabue Emmerson Mnangagwa, cuya destitución provocó un golpe militar, volvió al país, donde siguen las negociaciones sobre el futuro del presidente Robert Mugabe, decidido a aferrarse al poder.

Mnangagwa, considerado hasta hace poco como sucesor de Mugabe –que a sus 93 años es el jefe de Estado en ejercicio más anciano del planeta— huyó de Zimbabue tras su cese el 6 de noviembre por “deslealtad” hacia presidente.

En el exilio, Mnangagwa criticó duramente a Mugabe y a su esposa Grace, acusándolos de creerse “semidioses”, y prometió volver al país para dirigir el Zanu-PF, el partido en el poder.

El jueves cumplió su promesa y regresó a Harare, la capital, confirmó a la AFP uno de sus allegados, pocas horas después de que ejército saliera a la calle y pusiera a Mugabe, en el poder desde hace 37 años, en arresto domiciliario.

El nombre de Mnangagwa es uno de los que más suenan para dirigir una transición que ponga fin al reino de Mugabe.

“La mejor manera [para el ejército] de aparentar legalidad sería que Mugabe reconociera a Mnangagwa como vicepresidente y que luego se retirara”, explica el analista Derek Matyszak, del Instituto de Estudios para la Seguridad (ISS) de Pretoria.

Según la Constitución de Zimbabue, en caso de dimisión, fallecimiento o impedimento del presidente para ejercer sus funciones su sucesor es el vicepresidente hasta que haya nuevas elecciones.

Sin embargo Mugabe rechazó el jueves de plano dimitir durante una reunión con el jefe del Estado Mayor del ejército, el general Constantino Chiwenga, en la que también participaron dos enviados especiales sudafricanos.

“Rechazó dimitir, creo que intenta ganar tiempo”, indicó a la AFP una fuente militar.

Mugabe apareció este viernes por primera vez en público desde el golpe militar, un nuevo signo de su intención de mantenerse en el poder. Vestido con una toga y un gorro de universitario, el presidente participó en una ceremonia de entrega de diplomas en la universidad de Harare.

El jueves ya apareció sonriente y relajado frente a una chimenea en una imagen de su entrevista con el general Chiwenga.

El ejército anunció en un comunicado que sigue negociando con Mugabe “sobre la próxima etapa”.

Golpe militar sin víctimas

El miércoles de madrugada el ejército de Zimbabue tomó el control de Harare, en operación sin víctimas, para apoyar a Mnangagwa, convertido en el principal enemigo de Grace Mugabe, la mujer del presidente.

Fue la ambiciosa primera dama la que hizo caer a Mnangagwa a principios de este mes, una estrategia para dejarle la vía libre para convertirse ella misma en sucesora de su marido. Algo inaceptable para el ejército, que decidió levantarse en armas.

Los militares, que tuvieron un papel clave en la independencia de Zimbabue en 1980, anunciaron el viernes sin dar nombres el arresto de varios allegados al presidente, en una operación contra el Zanu-PF y en particular contra la facción que apoya a Grace Mugabe.

El ejército pidió el viernes al país “ser paciente y pacífico” mientras termina su “operación”.

El Zanu-PF, en el poder desde la independencia del país en 1980, está dividido en dos facciones, el “G40” (una referencia a una generación de líderes de unos 40 años), que apoyan a Grace Mugabe, y la llamada facción Lacoste, fiel a Mnangagwa, apodado el “Cocodrilo”.

En Harare, la vida sigue a pesar del golpe militar. La circulación era normal este viernes y las tiendas estaban abiertas, indicó un periodista de AFP, aunque el ejército sigue bloqueando los accesos al parlamento y al tribunal supremo.

Los electores también seguían registrándose para votar en las elecciones presidenciales y legislativas de 2018, en las que en teoría Mugabe aspira a otro mandato de cinco años.

 

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