El Sr. Julio Borges anuncia la partida del equipo de la oposición hacia la República Dominicana (donde el presidente es un amigo del narco-régimen venezolano) a negociar con los bandidos chavistas. Dice que la oposición llevará tres pedidos, ver: http://www.noticierodigital.com/2017/11/julio-borges-la-negociacion-tiene-tres-objetivos-muy-claros/ :
Buscar: (1), alimentos y medicinas, (2), voto libre en 2018 y (3), una economía sana.
¿Como pueden ser estos objetivos los únicos que lleve la oposición a una mesa de negociación con el narco-régimen? ¿Cómo puede esta gente conformarse con pedir limosnas a una pandilla de delincuentes? ¿Con que dignidad puede un venezolano sentarse con estos ladrones y asesinos a implorarle concesiones para aliviar tragedias que son causadas por el mismo régimen, en violación de nuestros derechos humanos y legales?
Una negociación presupone intercambios de concesiones. ¿Que pide el narco-régimen a cambio de retornarle al pueblo lo que ya le había arrebatado? Es fácil suponerlo. Pide inmunidad para los principales cabecillas del narco-régimen y sus dineros mal habidos. Pide que la oposición le pida a USA que elimine sus sanciones.
En este macabro negociado, porque ni siquiera merece el nombre de negociación, no se mencionan la liberación de los presos políticos, el nombramiento de un Consejo Nacional Electoral imparcial, la eliminación del TSJ de asesinos y ladrones; la cancelación de la ridícula existencia e ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
Nada de eso. Esta oposición indigna va a mendigar pan y aspirinas, va a pedir a los criminales que les permitan ejercer el voto como una dádiva y a pedir que el régimen propicie una economía sana, algo que es imposible de lograr por parte de esa pandilla de ineptos narcotraficantes.
Ninguno de estos tres objetivos debería ser objeto de una negociación, ya que son parte integral de los derechos humanos de los venezolanos.
¡Qué desbandada! Por un lado los mediocres “negociadores”. Por otro lado Falcón y Rosales buscando ventajas políticas personales, Eduardo Fernández, Claudio Fermín y Enrique Mendoza saliendo de sus cuevas del Plioceno inferior.
Ya Rosales ha dicho que él irá a validarse ante la ANC de ladrones y adulantes. Ya Falcón asoma su candidatura presidencial, como si Venezuela debiera conformarse con candidatos presidenciales simiricuires. Una nueva oposición, liderada por Nicmer Evans, quien debe ser extraterrestre, dice que él si se arrodilla frente a la ANC. ¡Que colapso moral!
El país está hoy en el foso de la miseria física y espiritual. Por un lado lo asfixia el narco-régimen. Por otro lado lo engaña la falsa oposición enquistada en la MUD y emerge un chavismo que pretende restablecer lo que fue el desastre chavista, disfrazándolo de oposición al hijo de Chávez, Nicolás Maduro.
Tenemos un desastre en las manos. Es tiempo de rehacer el país. Para ellos serán necesarios los venezolanos que no se arrodillan frente al narco-régimen, que luchen por acelerar el regreso de la democracia y de la sociedad libre y que rechazan a los disfrazados de democratas. En estos momentos los entreguistas, los pseudo-demócratas, los oportunistas, los manipuladores políticos, son más peligrosos para el país que los chavistas, quienes ya han sido claramente identificados como corruptos (PDVSA, CVG, etc.), ineptos (empresas del estado y ministerios) y traidores (entrega a Cuba, Fuerza Armada). La verdad es que la sociedad venezolana es un caos aprovechado por los malos ciudadanos para disfrazarse de buenos.
Les daré un ejemplo. José Vicente Rangel ha comenzado a hablar mal del narco-régimen. ¿Qué significa esto? ¿Rangel es honesto? Noooooo. Significa que Rangel desea, a última hora, mimetizarse y confundirse entre quienes se opusieron por principios al narco-régimen. A su edad, todavía pretende ser permanecer como miembro de la nueva ola de saqueadores del pobre país que es Venezuela. Gentuza como Rangel cree ser inmortal. Mugabe, en Zimbabue, a sus 97 años se aferra al poder, a pesar de que tiene casi $2.000 millones en el exterior, pero quiere más.
En Venezuela no debe haber negociación con el narco-régimen. Quienes pretendan negociar se convertirán en más de lo mismo, profundizarán la tragedia moral de Venezuela. La única manera de redimirnos como pueblo es rebelándonos en contra de los saqueadores del país. No hay otra vía.