José Antonio Gil Yepes: ¿Por qué tender puentes?

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En mi artículo, “Empresarios y Partidos” propuse que estos sectores están atados por el binomio empresa privada-democracia. Sin embargo, en la medida que fueron desapareciendo los grandes capitanes de empresas a partir de los 80, este binomio se desarticuló, simultáneamente con la atomización de los partidos y la caída del régimen democrático.





Esos capitanes de empresa tenían cierto acceso a la toma de decisiones en políticas económicas, aunque no lo suficiente como para haber evitado que el régimen anterior se autodestruyera por el 50% de pobreza generada por el ya excesivo intervencionismo. Esos capitanes también tenían cierta influencia en las candidaturas partidistas, cuando se ponían de acuerdo en financiar a un candidato.

Como el régimen actual es más agresivo contra el empresariado, la pobreza ha crecido hasta el 86% y, como los partidos de oposición siguen atomizados y tratando de llegar solos al poder, tampoco le dan beligerancia a los empresarios. Sólo los contactan para pedir financiamiento, pero ninguno divulga una propuesta pro empresa privada ni nos pinta un país bonito.

De allí que sugerí que el empresariado influyera sobre los partidos identificando candidatos democráticos salidores y canalizando sus aportes hacia ellos; a cambio de que adopten programas que les lleven a reconectarse con la población y a reivindicar a la empresa privada como actor valioso y legítimo; y, finalmente, propuse que, si identificaban un candidato chavista democrático, lo financiaran también.

Las primeras sugerencias cayeron bien, pero algunos rechazaron la propuesta de entendernos con los chavistas porque ninguno, según ellos, sería democrático. Mi propuesta se basa en que el chavismo no está muerto: Si Chávez tiene hoy el 55% de aprobación de gestión, el movimiento tiende a quedarse como el peronismo. Es preferible un Menem que un Kirchner y la opción democrática del chavismo puede consolidarse como diferente a la totalitaria porque representa el 80% de ese movimiento. Y, si somos tan demócratas y detestamos el odio resembrado por Chávez, es impráctico pagar con la misma moneda.

José Antonio Gil Yepes
Directivo Datanalisis
Analista
@joseagilyepes