Julio Castellanos: Exclusión del Clap en Barrio Bueno

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La Constitución vigente es muy clara. El artículo 21 reza “Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia; no se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona (…)”. Pues bien, parece que los dirigentes del CLAP en Tocuyito tienen otra constitución.





A mis manos ha llegado una copia de las denuncias efectuados por más de 120 vecinos de Barrio Bueno al gobernador Rafael Lacava por la conducta irregular de los organizadores de la repartición de las “bolsas del CLAP” quienes se han dado a la tarea de excluir a quienes les da la realísima gana al derecho de comprar alimentos.

Las víctimas de esta actitud, a quienes se les ha considerado ciudadanos de segunda, procedieron a efectuar sus reclamos a la Sala Situacional de la Alcaldía y allí la sorpresiva respuesta fue: “yo di esa orden y aquí quien manda soy yo”. La pregunta que se hace el pueblo de Barrio Bueno es muy pertinente: ¿Quién manda? ¿Mandan los funcionarios electos por el pueblo o mandan los funcionarios no electos escondidos detrás de un escritorio o disfrazados de militares?

Adicionalmente, esta situación revela un aspecto ético más preocupante: ¿Qué poder creen tener algunos para que puedan decir quién come y quién no? ¿De verdad hay gente, funcionarios públicos, militantes de las UBCH y miembros del CLAP, que sienten que hacen “bien” su trabajo cuando le dicen a un padre o madre de familia “a ti no te toca comer, porque yo digo”? ¿Qué es más importante, la cédula o el “carnet de la patria”? ¿Somos o no somos iguales ante la ley? ¿Algunos tienen sangre azul y otros la tenemos roja?. Todas estas preguntas se las hago públicamente, en nombre de los vecinos de Barrio Bueno, a Rafael Lacava y a Juan Perozo, porque no pueden ser autoridades de adorno ante el sufrimiento de la gente. Y si quieren me meten preso, pero la verdad debe decirse. Por la verdad ni ofendo, ni temo.

¿Quieren que los programas de asistencia alimentaria funcionen bien? No los politicen. Entreguen los alimentos sin mezquindades, sin discriminación y sin chantajes. El respeto a la dignidad humana comienza con reconocer, en toda persona, un ser con derechos y garantías. Léase bien, “toda persona”, no se puede reconocer derechos solo a los que le rinden culto a los gobernantes de turno y el resto que se coma un cable.

Ojalá, en este y otros casos, se escuche el sentir popular de Tocuyito. Hay quienes se disfrazan detrás de una retórica “revolucionaria”, “antimperialista” y “socialista” para ejercer el robo, la explotación y la discriminación. Lo ancho para ellos y lo angosto para los demás… a ellos les digo, la justicia tarda, pero tiene un largo brazo y finalmente llega. #HablemosClaro

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica