El 10D frente a la civilidad democrática, por José Machillanda

El 10D frente a la civilidad democrática, por José Machillanda

José Machillanda  @JMachillandaP
José Machillanda @JMachillandaP

El 10D todos los ciudadanos demócratas cargados de civilidad y en defensa de la democracia estamos dispuestos a ir a votar, para dejar claro nuestro sentido de civilidad. No podrá el bestiario militarista paralizarnos el 10D. Votaremos teniendo en cuenta que el liderazgo falló, pero como una gran expresión de responsabilidad política haremos valer el valor del voto, que nos permitirá decidir quiénes serán los Alcaldes democráticos surgidos de un hecho sabio y virtuoso de autorregulación, como lo es la política de participación democrática. Participación democrática contendiente con la cual aes liderazgo político incompetente que ellos no son tan importantes como se lo creen.

 

El 10D la ciudadanía democrática formada por jóvenes, adultos y no tan jóvenes, en cuenta de la ineptitud de un liderazgo miope comprobará que la civilidad ciudadana es superior a la endeble y frágil clase política, que sin sentido de la historia a veces pareciera estar cercana al bestiario militarista. Un bestiario militarista que hambrea y pretende hociquear el voto ciudadano, mediante el terror y apostando a una abierta dictadura cercana al fascismo, nutrida de una teoría marxistoide que niega la civilidad. Pero la civilidad se crecerá ante el amago y la presencia del partido político en armas como gobierno, y triunfará la decisión libérrima por el voto de la ciudadanía.





 

La ciudadanía el 10D amarrada a la civilidad mostrará su necesidad de recuperar la democracia en el espacio más importante de gobierno: el gobierno del Municipio, para lo cual atenderá y asistirá el hecho electoral sin compañía de partidos, pero cubierto con el manto de la democracia y con sobrada ética política para demostrar su fe inquebrantable como demócrata, amante de la paz social. El voto del 10D es una decisión de autorregulación de la ciudadanía, que muestra su madurez política y aprecia la importancia de la civilidad en el quehacer político.

 

La decisión libérrima del 10D explica, y le explicará a muchos, que en donde haya existido democracia siempre es posible recuperarla. En nuestro caso servirá de enseñanza al hasta hoy falso liderazgo civil venezolano, que pareciera a veces ser una expresión de la prolongación de los cuarteles abominables de esta desgraciada situación militarista. Revolución supuesta que se define por su enorme ineptitud, descaro y persecución en contra de los ciudadanos que, echando manos el 10D, mostrará sin duda ni equívocos una férrea y definitiva voluntad democrática empleando el instrumento sagrado del voto.

 

La sociedad civil se atreverá a ir sola y votar. Votar en masa. Votar para defender la democracia del Municipio, pero además defender el voto. No necesitará esta vez, y nunca más, una clase política para expresar su amor y convicción por una forma decente de vida política. Se atreverá a ir sola para demostrar su rechazo a la inmoralidad de negociadores, sin escrúpulos, cercanos a mafias, que han estado dispuestos a ser agentes de sociedades en mengua en la cual se privilegian cuarteles pervertidos de una dictadura corrupta, gran vergüenza de la historia nacional.

 

El voto del 10D probará que la civilidad del venezolano está por encima de un liderazgo fatuo, expresará el compromiso ético de demócratas y le quedará claro al país que los líderes torcidos no son tan importantes como ellos se lo imaginan. Lo que sí es importante es una civilidad dispuesta a contener la barbarie y la violencia que se instaló en el sistema político venezolano desde el 4F y el 27N de 1992. El voto del 10D será el más claro mensaje para que quienes aspiren a ser clase política en Venezuela hoy reflexionen sobre su ética y, sobre todo, su compromiso humano frente a la civilidad democrática que sí está dispuesta a derrotar al bestiario militarista empeñado -sin poder- enterrar la democracia venezolana.

 

El voto de la ciudadanía y su civilidad el 10D será prueba definitiva para la autoconstrucción democrática del venezolano, ese hecho político se inscribe como un rechazo a la violencia y al terror que ha querido imponer este régimen para el próximo 10D. El voto democrático será una expresión sólida, innegable y virtuosa que, además, demostró que no requirió de ningún liderazgo, sino que nación de la propia y real interpretación del ciudadano civilista. Este voto del 10D como expresión de la sociedad civil dibuja en alto grado y preeminencia que la civilidad está por encima de una supuesta clase política, que se ha quedado corta en comprender la valía, empeño y empuje del demócrata venezolano.  

 

Es original,

Dr. José Machillanda

@JMachillandaP

Caracas, 5 de diciembre de 2017