Hoteles con mayordomo de Instagram… ¿Sabes qué es?

Hoteles con mayordomo de Instagram… ¿Sabes qué es?

Conrad Maldives Rangali Island

Tiempo de lectura 6 minutos

Cuando hace poco más de un mes concedieron a Kazuo Ishiguro el Nobel de Literaturacorrimos a la estantería a releer Lo que queda del día. O, si tuvimos el día impaciente, ver la versión cinematográfica dirigida por James Ivory.





En los dos casos revivimos la historia de un mayordomo entregado al oficio de contribuir a un mundo perfecto. Volvimos a llorar al final del libro y de la película.

Todos somos mayordomos. Esta frase la pronunció Ishiguro en 2015 en una entrevista promocional. Lo explicó con la misma sencillez con la que escribe:

“Todos realizamos un trabajo del que a menudo desconocemos el contexto. Hacemos un esfuerzo por hacerlo bien y tratamos de encontrar dignidad y orgullo en lo que hacemos. Y a veces somos invisibles para nuestros jefes o para las empresas para las que trabajamos”.

Atardecer en Conrad Maldives Rangali Island

Así era Anthony Hopkins o así era Carson, el mayordomo de Downton Abbey, ambos perfectos y en quienes siempre pensamos cuando oímos la palabra.

Todos somos mayordomos, pero algunos lo llevan impreso en su tarjeta de visita. Los tiempos han cambiado y hoy trabajan más para hoteles que para mansiones. Quizás, el imperturbable Stevens se habría escandalizado (con discreción siempre) por cómo se ha banalizado el término.

Tendríamos que explicarle que hoy se usa la palabra mayordomo con una acepción nueva; con ella nos referimos a personas que, en un hotel, ayudan a otras a sentirse mejor prestándoles un servicio personalizado y, en algunos casos, extravagante; son expertos en algo que contribuyen a esa vida perfecta que proponen algunos hoteles.

Las suites de los mejores hoteles incluyen mayordomo, una persona al servicio del huésped, pendiente de si necesita una batería extra para el móvil o un té digestivo o cualquier cosa que no sea ilegal.

Restaurante submarino Conrad Maldives Rangali Island

Existen mayordomos muy específicos, como los dedicados a, siéntese Stevens, cuidar el bronceado de sus huéspedes. Estas personas proporcionan crema bronceadora, la aplican e indican cómo tomar el sol.

El Ritz-Carlton de Miami tiene un Tanning Butler en nómina. El Golf Butler del Rosewood Cordevalle de California se encarga de ayudar en las tareas técnicas y logísticas a los golfistas; el Graffiti Butler del Indigo de Nueva York guía a los huéspedes por el street art del Lower East Side para enseñarlos a entenderlo.

Quizás es más encantadoramente snob de todos es el Tartan Butler de Balmoral, en Escocia.Si tebemos antecesores escoceses nos será útil porque nos ayuda a trazar el mapa familiar y a encontrar el tartán que nos corresponde; no se nos vaya a ocurrir comprar cualquiera por la calle. A todo esto le llamaremos postservicio.

Complejo hotelero de Conrad Maldives Rangali Island

Pensamos que ya habíamos visto todo en el postservicio hotelero cuando leímos que en el Conrad Maldives Rangali Island existía la figura del Instagram Butlerel mayordomo de Instagram. Existen.

La historia comenzó cuando este resort de Maldivas vio que los huéspedes pedían al personal del hotel que les tomaran fotos; por tanto, decidieron convertir esto en un servicio.

Ahora, el Instabutler es una amenitie más, como la Nespresso o las toiletries de Jo Malone; no tiene coste y cualquiera que se aloje allí puede acceder a sus servicios. Dura de 45 minutos a una hora; poco nos parece. Este servicio es una excusa para recorrer la isla e intercambiar información con gente de la zona, algo que no siempre es fácil cuando se viaja a Maldivas.

El personal del hotel está contento con la acogida y no descarta extenderla a otros hoteles; declara que los huéspedes están satisfechos porque es una manera estupenda de conocer la isla a través de los ojos de quien mejor la conoce: el equipo del hotel.

Conrad Maldives Rangali Island

Quince personas forman este grupo de mayordomos digitales; ellos no toman las fotos por los huéspedes ni manejan sus cuentas de Instagram, solo los guían y asesoran por el que llaman Instagram Trail.

Tampoco Stevens bebería el té de su señor. El Instabutler no viste frac, sino traje de baño. No trabaja en la mansión de piedra de un noble inglés, sino en un hotel de una isla. La forma cambia y el fondo… también.

Subyace el mismo espíritu: lograr que el jefe, en este caso el cliente, se sienta contento. Quién no lo estaría si el Instagram Butler te informa de que, justo al oeste de la Ari Lounge Reception está esta palmera que te garantiza una foto así.

 

Si hace un siglo era la mesa puesta al milímetro, la chimenea encendida y el Oporto bien servido hoy el servicio pasa por indicar desde dónde se toma la mejor foto de del desayuno del hotel.

Conrad Maldivas lo tiene claro: “el resort tiene que ser una musa”, afirman en su comunicación de este servicio. Con esta exigencia se requiere alguien que ayude a que las fotos que se compartan en redes sociales sean lo más inspiradoras posibles.