Luis Izquiel: Secuestros en Caracas

Luis Izquiel: Secuestros en Caracas

En los últimos días los caraqueños han prendido las alarmas ante el auge de los secuestros en la capital. Varios videos, que circularon de forma viral en las redes sociales y en algunos medios de comunicación, mostraron a secuestradores capturando o intentando capturar a sus víctimas. La gente pudo verificar en imágenes situaciones que se repiten a diario en Caracas y también en el resto del país.

El secuestro es uno de los delitos que ha tenido mayor crecimiento en los últimos 18 años. La última Encuesta de Victimización que hizo el INE en 2009, reflejó que ya para ese tiempo se cometían más de 16.000 por año en el país. Bandas que anteriormente se dedicaban a robar bancos, camiones blindados u otros delitos similares, han visto en el secuestro una actividad muy lucrativa y de menor riesgo. Esto ha hecho que hoy Venezuela sea considerada como el quinto país con mayor número de secuestros extorsivos en el planeta.

El secuestro crece de manera impresionante, entre otras razones, porque es visto por los delincuentes como una vía para obtener divisas, ya que casi la totalidad de los rescates son exigidos en moneda extranjera. Esto ocurre así en un país con hiperinflación y donde el bolívar prácticamente no tiene valor. Se podría afirmar que el secuestro es hoy la única “industria” que funciona bien en Venezuela.

Los videos que crearon alarma muestran a los secuestradores actuando a plena luz del día, cosa que se ha vuelto cada vez más cotidiana. Aunque las capturas de las víctimas se producen regularmente en las noches, ya no hay horario en el que la gente pueda sentirse a salvo.

La modalidad más utilizada por los delincuentes en Venezuela es la del denominado secuestro exprés, es decir, aquel en el cual la víctima dura menos de 24 horas en manos de los captores. El secuestro de larga duración representa un porcentaje mínimo de los casos, ya que este tipo de delito necesita de una logística importante que la mayoría de las bandas no poseen.

Los secuestradores casi siempre se trasladan en camionetas o carros de alta gama (que generalmente han sido robados o hurtados previamente). Las áreas preferidas para “cazar” a sus víctimas son las urbanizaciones de clase media y las de alto poder adquisitivo. Últimamente los puntos más álgidos de capturas han sido las entradas y salidas de la autopista Francisco Fajardo y de la Cota Mil ubicadas al este de la ciudad.

La mayoría de las veces los integrantes de las bandas tienen distribuidas sus funciones. Unos actúan como los “pegadores”, es decir, aquellos que someten con las armas a las víctimas. Luego está el encargado de negociar con los familiares, los que se ocupan de buscar el rescate y los denominados “cuidadores”, que son aquellos que custodian en algún sitio a la persona secuestrada mientras se obtiene el pago por su liberación (en muchos casos los “cuidadores” no son necesarios ya que el monto del rescate se negocia con la víctima dentro de un vehículo dando vueltas por la ciudad).

Ante la inacción del gobierno nacional, las personas deben redoblar sus medidas preventivas. Lo más recomendable en estos tiempos es no ostentar ningún bien de fortuna. Si va a transitar en las noches en su vehículo, debe tratar de evitar los denominados “caminos verdes”, ya que son más solitarios y menos iluminados que las vías principales. Tampoco es buena idea hacer paradas nocturnas en los sitios de comida rápida ni hacer largas despedidas dentro de los vehículos. En general, hay que estar siempre atentos y con todos los sentidos activados.

En el mundo hay varios casos de países con grandes disminuciones en el secuestro. Nuestra vecina Colombia, quizás sea el caso más representativo. Venezuela debería comenzar a replicar lo mejor de estas experiencias, pero esto es casi imposible con un gobierno que ha demostrado que poco o nada le importa la seguridad de los ciudadanos.

@luisizquiel

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