Dámaso Jiménez: El socialismo de Maduro remató a Venezuela en Wall Street durante el 2017

Dámaso Jiménez: El socialismo de Maduro remató a Venezuela en Wall Street durante el 2017

 

En una semana los bonos de Pdvsa en poder del BCV desde el 2014, pasaron de ser una opción poco atractiva para los inversionistas globales a bandera de protesta y manifestaciones frente a las oficinas centrales de Goldman Sachs en Wall Street, por su colaboración con la situación de miseria y hambre a la que condenaron a 30 millones de venezolanos por prestarse a esta transacción.

El Grupo Goldman Sachs compró aproximadamente 2.800 millones de dólares de bonos de la única transnacional petrolera de ese país, PDVSA, en poder del Banco Central de Venezuela BCV, por los que pagó 865 millones de dólares, 31 céntimos por dólar por la adquisición de los títulos emitidos en 2014 pero con vencimiento en 2022, lo que representa un descuento de 69% del valor real de los títulos.

Representantes del emporio de inversiones manifestaron haber realizado la transacción porque apuestan a un cambio de gobierno en las próximas semanas que pueda incidir en el valor especulativo que podría alcanzar la ficha en el mercado.

Gustavo Machado, profesor de economía de la segunda más importante universidad venezolana y director de investigaciones del Instituto de Estrategia Económica del Zulia, IIGEZ, señaló que la transacción lesiona severamente el patrimonio de la economía venezolana, debido a que el gobierno tomó un patrimonio financiero en poder del Banco Central cuyo título fue dilapidado en cuestión de horas con un descuento de casi el 70%, una vaga señal de que el gobierno de Maduro está decidido a pagar una elevada tasa de interés por dinero fresco.

El asunto es que este tipo de transacciones con un descuento tan alto terminaron hipotecando la economía a futuro de los venezolanos y en realidad no permiten al gobierno resolver las necesidades apremiantes de la población ante su carencia casi inhumana de alimentos y medicinas.

“Esto es apenas una gota para el océano de problemas que tenemos en Venezuela”, refiere Machado, quien señala que Venezuela requiere unos 70 mil millones de dólares y con las transacciones efectuadas apenas no logramos ni el 1% para lograr encender una economía atrofiada en un año signado por las malas inversiones, casi 150 muertes en una protesta que no ha podido ser superada y la implementación de una ANC que desdibuja por completo las reglas de juego para la inversión en Venezuela.

Para Goldmas Sachs la transacción lograda a través de terceros venezolanos a mediados del 2017, con una hasta ahora desconocida firma de brokers, Grupo Dinosaur, llegó a ser considerado por analistas cercanos al gobierno como un gran negocio, ya que obtuvieron un 19 % de interés anual, 756 millones de dólares, por unos bonos por los que solo pagó 865 millones de dólares.

“Practicamente Maduro le dió un mensaje al mundo financiero durante estos últimos meses y es que está decidido a rematar los recursos del país en transacciones que hundirán en una peor miseria a Venezuela”, acota el economista venezolano.

La estatal petrolera venezolana se verá obligada a cancelar 2.8 mil millones de dólares en 2.022 cuando los bonos “irónicamente” maduren. La carta por la que apuesta el gobierno venezolano es que los precios del crudo para entonces suban a fin de pagar los papeles de la deuda, pero los últimos 4 años no ha sido así condenando al país a la peor de las miserias.

El exministro de planificación y profesor de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann los llamó los “bonos del hambre”, porque se trata de una transacción con un gobierno ilegítimo que poco le importa que su población pase por las peores miserias con tal de capitalizar divisas para su propósito de atornillarse en el poder y esclavizar a la población a través de una constituyente.

El dinero en efectivo ayudó al presidente Maduro a sobrevivir en el corto plazo para permanecer en el poder y obtener recursos suficientes para gacer una campaña a su favor y avanzar con dos elecciones para designar gobernadores y alcaldes.

Probablemente como la máxima de Maquiavelo “el fin justifique los medios” y Maduro haya logrado ganar el tiempo suficiente para pagar a Goldman Sachs en 2022. Sin embargo algunos aseguran que el gobierno de Maduro para entonces será solo un mal recuerdo de la peor crisis vivida en el país petrolero en casi 200 años de historia. En todo caso a ningún gobierno en el poder en 2022 le convendría dejar de honrar la deuda para no entorpecer su futura gestión en el poder.

El riesgo país más alto del mundo

Según Ricardo Hausman estos bonos despertarán en una pesadilla a los venezolanos en el 2022 cuando el país tenga que devolver los 2 mil 800 millones de dólares por los 800 millones que recibió Maduro para su caja chica constituyente. ¿De dónde sacará Venezuela para cancelar los “bonos de hambre?

“Pensar que el precio del petróleo vuelva a 100 o más dólares por barril es una delirante ilusión”, replica Haufmann.

Pero no son los únicos bonos. Venezuela tiene colocados 28 emisiones en los mercados internacionales con vencimientos programados hasta el año 2038, 11 correspondientes a Pdvsa que representan el 33.967 millones de dólares a valor nominal y 17 pertenecientes a Venezuela como país soberano que alcanzan los 33.594 millones de dólares; lo que totaliza 67.551 millones de dólares adeudados, de los cuales el 27% debe ser cancelado en los próximos 5 años.

El gobierno anunció que ha cancelado compromisos por mil millones de euros correspondiente a cupones y pago de vencimiento a los tenedores de los Bonos Soberanos de la República de Venezuela 2015.

Venezuela entró en default parcial tras el impago de 200 millones de dólares en sus bonos globales, según la calificación de la agencia Standard & Poors, lo que amenaza con desencadenar el incumplimiento de su abultada deuda externa.

La agencia S&P fue la primera en declarar el default parcial de Venezuela, luego de que se cumplieran los 30 días de gracia otorgados para pagar el cupón de los bonos 2019 y 2024.

“Hemos bajado dos calificaciones a D (default) y bajamos la calificación de la deuda soberana en moneda extranjera a largo plazo a SD (default parcial)”, indicó S&P en un comunicado.

Ahogada por la crisis económica, Venezuela posee el riesgo país más alto del planeta.

Dámaso Jiménez

Exit mobile version