Ronald Portillo: Atrapados en el dogma

Ronald Portillo: Atrapados en el dogma

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La tenaz oposición de la camarilla de gobierno a toda ayuda humanitaria , la promulgación por la espurea ANC de la ley contra el odio y la masacre cometida contra el grupo de Oscar Perez, son solo algunas de las reiteradas ocasiones en que aparece de bulto un elemento comun, rasgo de la estructura que los identifica y que los mantiene atrapados en su estrechez ideológica : el dogma que los enceguece y que les impide “ce qu’il faut faire”, lo que conviene hacer,





La negativa a recibir la ayuda internacional, por supuestas razones de soberania, tiene su antecedente mas directo en la negativa de Chavez de aceptar apoyo del mundo para la reconstrucción del Estado Vargas, destrozado por la vaguada del noventa y nueve del siglo pasado. Evento natural que llevó al presidente socialista a reeditar la celebre frase de Bolivar frente a las ruinas del convento de San Jacinto en Caracas, en ocasion del terremoto de 1812 : “si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Casi veinte años despues de la vaguada, los destrozos que causó la naturaleza entonces siguen estando presentes pues no se aceptó la ayuda ofrecida. El dogma y la paranoia de “la no intervencion” pudieron mas que lo que hubiera procedido hacer.

La promulgación de una ley contra el odio, muestra la intención de conseguir por medio de un ordenamiento “juridico” erradicar de los afectos del venezolano el odio , una de las pasiones que junto con el amor y la ignorancia el psicoanalista Jacques Lacan presentaba como “pasiones del ser”. Igual tratamiento que ha recibido el odio es aplicado a la hiperinflación : se trata de prohibirlos por decreto. Comporta tal medida una neta expression del dogma : no puede existir ni odio ni hiperinflación en socialismo. En lugar de tomar las medidas que convienen tanto en un caso como en el otro se recurre al imperio del dogmatismo para zanjar el asunto.

La massacre cometida contra Oscar Perez y los que lo acompañaban mantiene la misma estructura : una suerte de elección obligada que consuetudinariamente asumen los jerarcas del poder socialista en Venezuela. El dogma al que se apegan con frenesí dictamina que hay que hay que destruir al adversario, volverlo “polvo cosmico” afirmaba el finado presidente.
Al adversario hay que acabarlo, sin importar el costo politico o humano que ello conlleve. La eliminación del adversario, tanto politica y en ocasiones fisica, no es susceptible de dialectica para el dogma castrista, al que se sigue a pie juntillas. La justificación para ello reside en la consideración de que solo siguiendo estos diictados ha podido sobrevivir la dictadura socialista cubana por sesenta años. Lo mas importante para el dogma cubano que orienta a Maduro y a sus adlateres es mantenerse en el poder a como de lugar, como se dicho muchas veces.

El dogma asumido persigue por tanto un objetivo muy preciso, para lograrlo no importa mucho las consecuencias que ello acarree a la población a la que dicen amar y procurarle bienestar. Las secuelas que ha venido dejando en el pais la prosecución del objetivo principal del dogma, en terminos de pobreza, desnutrición, enfermedades, sufrimiento y muerte los tiene absolutamente sin cuidado, no son mas que “saboteos y guarimbas de la derecha”, afirman con absoluto desparpajo.

Sin embargo alguna mella en la subjetividad de nuestro presidente debe dejar que la revista alemana “Der Spiegel” lo califique de “Carnicero”, termino precisamente reservado para ciertos criminales de guerra nazi, que procedieron de acuerdo al epiteto asignado en la segunda guerra mundial. Procedieron igualmente siguiendo un dogma, convirtiendose asi en “enemigos de la humanidad”. Tal allá como aqui.