¿Chavismo comprando conciencias hasta en la Corte Penal Internacional?, por @CarmonaBorjas

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La presencia en la Corte Penal Internacional, en La Haya, de Maikel Moreno, quien ejerce ilegal e ilegítimamente la presidencia del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, ha sorprendido al mundo. Ha causado una indignación enorme. La Fiscal, en cuyas manos reposan varias denuncias en su contra, bien fundamentadas, pero que no ha querido procesar para que se inicie el Examen preliminar y la investigación del caso, lo recibe con gran entusiasmo, lo que dice mucho de la necesaria imparcialidad e independencia que rigen el ejercicio de sus funciones.

En el show mediático que montaron en la Corte Penal Internacional, en el acto de inicio de sus actividades judiciales, compromete a la Presidente del Tribunal, Magistrada Silvia Fernández de Gurmendi, quien aparece, sin probablemente haberlo sido, como la anfitriona del grupo de farsantes encabezado por Moreno, otra magistrada de igual calibre y la representante de Venezuela ante los organismos internacionales en La Haya, entre ellos la CPI, la hermana del nefasto Tarek El Alssami.





Su visita oficial a La Haya coincide con la masacre de El Junquito que le ha hecho dar a Maduro, por los medios europeos, el apodo de “el carnicero” y con la adopción de las sanciones por la Unión Europea que incluye al mismo Moreno. Incomprensible, pero cierto. Una contradicción inexplicable y vergonzosa.

Será posible que también una institución que tanto significa en la lucha contra los crímenes internacionales y su erradicación, en la que la comunidad internacional tiene tantas expectativas, al igual que la sociedad venezolana, que espera que allí procesen a los incursos en crímenes en el país, esté contaminada en su interior y que lejos de actuar sus integrantes con independencia e imparcialidad, ajustado a las normas de ética que la rigen, proteja a los presuntos responsables de crímenes internacionales, como el señor Maikel Moreno quien desde su posición habría participado en grado de complicidad, en su realización.

En el mismo acto mediático, Moreno y su comitiva visitaron la Academia de Derecho Internacional de La Haya, probablemente porque no fue recibido por los jueces de la Corte Internacional de Justicia, ambas con sede en el Palacio de Justicia de la Haya. Una fotografía con un funcionario de segundo rango y unas declaraciones totalmente sin sentido, nada que ver con la Academia, una de las instituciones más prestigiosas de Derecho Internacional en el mundo, adornaron este segundo movimiento en la capital de la justicia internacional, la última que haga por un tiempo mientras sea objeto de las medidas unilaterales de sanción de la Unión Europea.

Es grave. No hay dudas. Le toca a la presidencia de la Corte, a su Fiscal y amiga del régimen, dar alguna explicación sobre esta visita abominable que les coloca en la mira de todos.
Robert Carmona-Borjas