María Corina: La barbarie nunca ha ganado definitivamente, ni hace 60 años, ni hoy

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El pasado lunes  22 de enero la dirigente del partido Vente Venezuela, María Corina Machado, manifestó en la plaza las tres Gracias de Caracas, donde se rindió un homenaje a los caídos en “la masacre de El Junquito”, que “gracias a los héroes las luchas continúan”

La dirigente se encontraba acompañada de un grupo de personas y atinó que en nombre de los que han dado su vida por la libertad “continuaremos este camino hasta volver a ver este país libre y próspero. Los militares: o están del lado de la tiranía o del pueblo, o reprimen muchedumbres hambrientas o se unen”.





Corina Machado, afirmó que “la libertad siempre ha sido frágil y costosa, pero la mayor amenaza está en lo que hagamos o dejemos de hacer”. Además agregó que la muerte de los venezolanos no había sido en vano “los 136 venezolanos asesinados, a los 7 venezolanos ajusticiados: su sacrificio no será en vano. Hoy los venezolanos decimos, que su sacrificio no fue en vano, vamos a liberar a Venezuela” aseguró la dirigente política.

A continuanción el discurso completo:

Hoy, hace una semana, el régimen de Maduro ajustició a seis hombres y una mujer venezolanos. Ellos soñaban con una Venezuela con futuro; para sus hijos, para todos. Ellos, son parte de una generación que ha sido sometida al hambre, a la violencia, a la ignorancia, a la persecución. Ellos son parte de una generación que se rebela a la ignominia, al silencio, a la esclavitud de la supervivencia.

A 60 años del 23 de enero, los venezolanos de hoy, rendimos tributo a nuestros héroes. A los héroes de ayer, a los héroes de hoy y a los héroes del futuro. Es el mismo heroísmo; es legado y es vivencia, en tiempo presente.

QUE LOS HÉROES NOS UNAN

Nuestros héroes de ayer enfrentaron una dictadura militarista y corrupta. Aquel dictador no cayó por elecciones. Fue producto de una rebelión cívico militar que se fue fraguando por años y que al final desnudó la debilidad del régimen.
Este no fue un logro gratuito. Muchos venezolanos fueron exiliados, otros fueron asesinados y miles de ciudadanos sufrieron todo tipo de vejámenes. Pero Venezuela nunca se rindió.

La libertad siempre ha sido frágil y costosa. Siempre está acechada por el populismo, la mentira y la corrupción de los que aspiran al poder con criterios absolutos.

Pero, sobre todo, la libertad es víctima de lo que hacemos y dejamos de hacer los ciudadanos.
Muchas veces los héroes lucen solitarios e incomprendidos. A veces el coraje cívico parece extremo e irreflexivo. A veces olvidamos que los héroes son los que hacen la diferencia entre seguir viviendo aplastados o encontrar razones para volver a enarbolar las banderas de la lucha.

La barbarie nunca ha ganado definitivamente; nunca. Ni hace 60 años, ni hoy.

¿Qué viene ahora? ¿Cuál es la alternativa a dejar que el régimen gane tiempo, mientras asesinan al pueblo venezolano, con balas y con hambre? La respuesta está en cada uno de nosotros; porque depende de nosotros.
Escúchenme bien: No hay soluciones fáciles, ni mágicas. No las hay. La única opción es la lucha constante, la organización creciente, el compromiso firme, el coraje inteligente, y el no prestarse nunca a la cooperación silenciosa con este oprobio que todos vivimos.

La respuesta al qué hacer se encuentra en nosotros mismos: cada uno debe hacer lo que mejor sabe hacer para combatir el mal.

Cada uno debe gritar y hacer valer su indignación. Cada uno debe mantenerse alerta y dispuesto a encarar el desafío cotidiano de invalidar este régimen que asesina y violenta nuestras esperanzas. Cada uno debe aprovechar todos los espacios, la calle, las redes sociales, el contacto con los otros en abastos, mercados, escuelas, iglesias, parques, sitios donde trabajan, convencidos de que nunca es demasiada insistencia el repetir que este régimen tramposo y ventajista, tiene que irse.

Rebelarnos ante el atropello diario: cuando paralizan un país; nos quitan el efectivo, nos roban las medicinas. Rebeldía que se note en cada cosa que hagamos, en cada palabra que digamos, comprometiéndonos todos en este juramento: Resistir a pesar de todo, rebelarnos a pesar de todo y mantenernos fieles a nuestros principios, con la pureza con la que asumieron su vida nuestros héroes.

Son héroes los jóvenes que dentro de las paredes de la UCV, y de todas las universidades del país, gritan sus verdades ante la duda o el miedo

Son héroes los que tras las rejas o en mazmorras de la dictadura, no han cedido, no se han quebrado ante la tentación, el chantaje, la violación de sus derechos humanos y la indignidad.

Son héroes los que expulsados de su país, y con el corazón en Venezuela, luchan a miles de kilómetros de distancia por su libertad y obligan al mundo a poner su atención y presión en Venezuela

Son héroes los sacerdotes, quienes desde sus púlpitos predican la verdad, incluso acechados y amenazados por la tiranía
Son héroes las madres que ven crecer a sus hijos entre la miseria y la tristeza, de una otrora nación próspera hoy saqueada y que, aún así, no se rinden.

Son héroes las familias de las víctimas, con sus hijos y hermanos muertos, presos o perseguidos, han decidido honrar su sacrificio; y han hecho suyas su lucha

Son héroes los que con franela o con escudos, salen a las calles a desafiar a los esbirros de una tiranía agonizante que creyó poder dominar al bravo pueblo.

Son héroes los periodistas que no han dejado de transmitir a los venezolanos y al mundo, el horror que aquí vivimos.
Son héroes los fiscales, defensores, alguaciles y jueces que se han rebelado a la corrupción y a la injusticia.

Son héroes los que en las policías y en la Fuerza Armada Nacional se han negado a cumplir órdenes que violan los derechos humanos; a disparar contra el pueblo, su pueblo.

Ustedes, queridos venezolanos, son héroes, porque no se callan, porque no se cansan, porque estamos decididos a liberar a Venezuela.

Nuestros héroes de hace 60 años hoy están aquí presentes también; y ellos también hacen su tributo a nuestros héroes de hoy. A los jóvenes asesinados en las calles de Venezuela en las protestas de 2014, 2015 y 2016. A los 136 venezolanos asesinados en la rebelión popular de 2017. A los 7 jovenes, policías rebeldes asesinados el 15 de enero: Lisbeth Ramirez, Daniel Soto, Abraham Agostini, Jairo Lugo, Abraham Lugo, José Alejandro Díaz Pimentel y Óscar Pérez.

Nuestro tributo, nuestro mejor tributo, es luchar. Luchar sin descanso. Luchar cada día. Luchar en cada espacio. Es la rebeldía cotidiana; la rebeldía ciudadana, que crece, que se contagia, que no pueden detener.

Nuestro tributo a los héroes caídos será derrotar esta tiranía, en su memoria y como legado a los venezolanos del futuro.

Ciudadanos militares; aquí hay dos únicas opciones: O están con la dictadura, o están con el pueblo venezolano; o reprimen a los que luchan, o se unen a ellos; o claudican y asumen que su vida será reprimir no sólo a jóvenes estudiantes, sino a muchedumbres hambrientas en las calle, o cumplen su mandato y respetan la Constitución. Cada uno de ustedes debe decidir qué respuesta le dará a su conciencia y a sus hijos, como lo decidió Óscar Pérez.

Este lugar, esta plaza, y este día, serán recordados por generaciones de venezolanos; venezolanos que crecerán en una nación buena, llena de luz, de alegría; una nación justa, porque la verdadera historia la escribimos nosotros y la escriben los héroes.

Esos que han dado la vida como signo imbatible de que por la libertad vale la pena arriesgarlo todo, para que los que vengan después de nosotros, cuenten con nuevos héroes valientes, que les dejarán como herencia democracia, prosperidad y libertad, en Venezuela.

María Corina Machado
Vente Venezuela