Rua das Flores, la calle más floreciente de Lisboa

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Más de cinco años lleva la Taberna da Rua das Flores atrayendo al público lisboeta y foráneo hasta el número 103 de esta pequeña calle del barrio de Chiado con su cocina de calidad basada en las recetas tradicionales portuguesas (por eso está incluida en nuestra Guía definitiva de los tesoros gastronómicos de Lisboa). Sencillez culinaria que el comensal recibe con cariño –y esmerada presentación– en un espacio diminuto en el que no siempre hay sitio. traveler.es





Entonces, ¿qué hacer si llegas hasta la puerta y su larga cola te hace intuir que no serás uno de esos escasos privilegiados que probarán el salmón biológico con ensalada de raíz de apio y batata, la caldeirada o la meia-desfeita de bacalhau? Puede que esto antes fuera un problema, sin embargo, ahora, la calle cuenta con atractivos establecimientos de esos que invitan a recorrerla de norte a sur (mejor en dirección al Tajo, al contrario sería cuesta arriba), y hasta a quedarnos a dormir en ella.

Martinhal Chiado, un hotel familiar que parece salido de la revista AD.

MARTINHAL CHIADO FAMILY SUITES

Únicamente los inversores más visionarios detectaron hace años el potencial de Portugal como destino turístico mundial. Este es el caso del matrimonio formado por Roman y Chitra Stern, quienes se enamoraron a primera vista de la costa portuguesa (obvio), pero además supieron capitalizar este amor en una idea de negocio exitosa apodada ‘family chic’ y que ya cuenta con cuatro establecimientos hoteleros repartidos por la geografía portuguesa.

A sus tres resorts familiares de lujo Martinhal en Cascais, Sagres y Quinta do Lago (Algarve), ahora hay que sumarle un hotel familiar para escapadas en el que los apartamentos parecen sacados de una revista de decoración. De hecho en Martinhal Chiado (desde 200€) hay obras de arte de artistas portugueses, como Jorge Santos, Angela Ferreira o Ana Araga?o, repartidas por los espacios.

Algunas de las facilidades que ofrecen son ‘Baby concierge’, para cualquier utensilio de cuidado infantil que necesites, un club llamado Raposinhos para niños desde 6 meses y un ‘Pyjama club’ para que duerman supervisados mientras tú sales a disfrutar de la noche lisboeta. Y aunque todos sus apartamentos están equipados con cocinas de diseño, en su M Bar sirven platos ligeros tanto a la hora de la comida como de la cena.

M Bar, un bar familiar, en un hotel familiar.

CASINHA DAS FLORES

Si en cambio viajas solo, en pareja o en grupo (pero no infantil), mejor escoge la guest house Casinha das Flores (desde 97€). Aquí el lujo son las vistas al río. De hecho, su propietario, Tiago Pereira, recomienda reservar la habitación número 10 (de un total de 12), porque es la que ofrece mejor perspectiva sobre el Tajo.

Respecto a la decoración, tanto en las habitaciones como en las zonas comunes los objetos vintage se entremezclan con acabados contemporáneos y los azulejos recuperados visten con color y encanto las paredes. En el desayuno todo es tradicional, desde la tosca pero entrañable vajilla de barro hasta los quesos, tartas, bizcochos y otros dulces portugueses. Es como revivir el pasado lisboeta en primera persona.

Pregunta en conserjería por las diferentes actividades que ofrecen al visitante: un tour vintage por Lisboa en un Ford de 1931, una ruta a pie por los lugares históricos de la ciudad junto al Marques de Pombal, Vasco de Gama o Luis de Camões (en ocasiones estos actores también aparecen a la hora del desayuno) y sesiones de cena y fado.

Hasta que Casinha das Flores no llenó de macetas sus terrazas, tampoco es que hubiese demasiadas flores en la calle.

BY THE WINE – JOSE MARIA LA FONSECA

Sería difícil calcular el número de botellas de vino que hay en este tumultuoso winebar al que la gente acude a compartir platos de charcutería y tablas de queso en sus mesas laterales o en su mostrador central. Primero porque tienen a la venta el portfolio completo de vinos del Alentejo de esta bodega portuguesa y, segundo, porque su techo abovedado está recubierto de botellas verdes de cristal vacías.

A la primera flaship de Jose Maria la Fonseca en Lisboa hay que ir a comprar ‘souvenirs’, pero de los de verdad, de los que uno paga y se lleva con gusto a casa, como su vino José de Sousa 2015 o su Avis Rara 2016. Otros es mejor que los disfrutes in situ, en los números 41-43 de Rua das Flores, y te lleves contigo tan solo el recuerdo para luego revivirlo y sufrir con su añoranza (la melancolía es una de las características más celebradas del país vecino). Los platos por los que echarás la lagrimilla son el carpaccio de pulpo, el pulpo a la brasa, la ensalada de bacalao con garbanzos o los nuevos patacones de atún.

Cúpula de botellas de vino en By the Wine, Lisboa.

FABRICA COFFEE SHOP

En el número 63 de la Rua das Flores existe un nuevo lugar de culto barista en Lisboa. Hablar sobre café en Portugal son palabras mayores, así que no, no es que nos hayamos dejado cautivar por su estética vintage, a base de madera reciclada y muebles recuperados, y por sus corazones de espuma y nos hayamos olvidado de lo importante, del sabor genuino de los granos. Lo que ocurre es que Fabrica Coffee Shop aúna ambas cosas, un interiorismo adaptado a los gustos actuales y blends para filtro o expresso cultivados en Brasil, Etiopía o Guatemala.

Prueba uno o dos tipos de café (desde menos de 2€) y después compra el que más te guste en la zona de tienda (desde 6,50€), donde te explicarán la procedencia y la historia de la finca productora de cada paquete. Eso sí, olvídate del wifi, aquí se viene a compartir una buena taza de café no en las redes sociales, así que tendrás que utilizar tus propios datos cuando quieras subir a Instagram las fotos de sus coloridos murales africanos.

El café más deseado de Lisboa se toma en la Rua das Flores.

LANDEAU CHOCOLATE

Este local dedicado al chocolate es el paraíso de los golosos, pero también de los indecisos: tan sólo venden un tipo de tarta de chocolate. Para nada un inconveniente si tenemos en cuenta que es tan genuina y deliciosa que ya hay quien la compara en fama y textura con la tarta Sacher austriaca.

Sofia Landeau, la propietaria y quien da nombre a este ‘bolo de chocolate’ (3,70€ la porción), se animó a inaugurar un espacio dedicado al chocolate en LX Factory después de ganar un concurso de tartas organizado por Time Out  Lisboa. Luego todo fue rodado –y chocolateado–. Ahora, en el nuevo local de estilo industrial ubicado en el número 70 de la Rua das Flores continúa forjando su leyenda a base de cacao y una producción artesanal de momento no superada por la alta y golosa demanda.

Un último consejo, una vez hayas recorrido la calle entera y descubierto todos estos novedosos negocios, da la vuelta y ‘desanda’ cuesta arriba todos tus pasos hasta llegar de nuevo a la Taberna da Rua das Flores (donde esperemos no se te haya olvidado apuntarte en la lista). Total somos españoles y nuestros horarios de comida difieren bastante de los del resto de mortales, así que no nos importa ser los rezagados de la parrilla gastronómica… Mucho menos si lo que nos espera al otro lado de la meta/mesa es un pescado recién salido de la ‘lonja’ y preparado con maestría por el chef André Magalhães.

¿Serás uno de los privilegiados que ocupen una de las mesas de Taberna da Rua das Flores?