Carta de un padre venezolano a sus hijos, por Alejandro J. Parra Marcano

Carta de un padre venezolano a sus hijos, por Alejandro J. Parra Marcano

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En algunas lecturas que uno realiza a lo largo de su vida se encuentra con historias que merecen ser compartidas. Se dice que un gran rey de Persia llevaba siempre consigo en sus viajes, un tesoro, para premiar las acciones o hechos relevantes que él considerase pertinente hacer. En uno de sus tantos viajes pregunto a un anciano que estaba debajo de un árbol ¿Qué hacéis buen hombre? A lo cual el anciano respondió: Planto nogales ¡oh rey de reyes! A lo cual el rey manifestó; ¿y para que plantas nogales si ese fruto no alcanzaras a comer? El hombre sabio respondió al rey: para pagar deuda con aquellos que plantaron los frutos que yo de joven deguste. Impactado por la respuesta el rey lo premia.

La vida está delante de ti. Estas apenas pisando su umbral. Siempre frente a ti estarán todas las posibilidades de triunfo y éxito. Hay en tu vida energías sin límites y tus pies reclaman impaciente el camino correcto. Pero antes de emprenderlo detente un instante, solo lo indispensable para considerar cuál es tu objetivo de vida y sigue adelante, Dios está contigo.

Reconoce lo bueno de la vida siempre, durante nuestro transitar miles de personas han sufrido y luchado para conquistar sueños y victorias, creando las ventajas que hoy disfrutamos, no debemos borrar los nombres de quienes hicieron posible una Venezuela democrática y de oportunidades para nuestros abuelos, padres e hijos y cientos de extranjeros que lograron en este suelo bendito establecerse, levantar vuelo y formar una familia. Esos son los hijos de la patria también. Cuando goces de las ventajas materiales que por ser tan comunes suelen pasar desapercibidas, recuerda a los miles de héroes anónimos que trabajaron y lucharon para que nosotros gozáramos de un país mejor. En cada batalla, en cada paso hacia la libertad está inmerso el deseo ferviente de un libertario en busca de mejoras colectivas que formen parte de la herencia humana de los pueblos libres, así será de nuevo Venezuela tierra libre.

Hijos míos, estamos en deuda con el país no ha sido suficiente lo que hemos hecho hasta hoy, debemos procurar ahora en esta etapa, que la actitud de un compatriota fuera de su país, sea la de un ciudadano brillante, destacado, con valores de honestidad, responsabilidad, trabajo leal y solidario en busca de un futuro para sí, y para brindar a su tierra lejana que es una obligación desde el nacimiento hasta nuestros últimos días luchar por un país mejor para todos, estés donde estés, es posible hacerlo.

El arte de la vida siempre será hacer de ella una obra de arte de las mejores de las extraordinarias con aplausos incesantes que generen satisfacción individual con sonora repercusión colectiva. Hijos míos en estos tiempos difíciles adquieran fortalezas para que puedan sostenerse en los momentos duros que sin duda les tocaran afrontar. Tres cosas serán indispensables para ello: Una inteligencia vigilante que les permita aflorar ideas concretas y claras. En segundo lugar una imaginación generosa y mucho corazón para que puedan poseer sueños inimaginables pero alcanzables. Y el otro elemento indispensable firme e irrenunciable aferrarse al Dios todopoderoso para que les ayude en la difícil lucha de la vida. Nadie motiva a nadie hijos míos, el verdadero líder se motiva solo.

El trabajo y el esfuerzo son indispensables para lograr el éxito, aprovechen todos los instantes de la vida. No confíen en el día de mañana, lo que puedan hacer háganlo hoy. Mañana traerá sus dificultades, sus afanes y preocupaciones. Cumplan diariamente sus deberes, luchar cada día como si fuera el último de su existencia. Si así obras desde tu juventud estarás echando las bases solidas de la felicidad en tu vejez. La mayoría de los seres humanos empleamos la primera parte de nuestras vidas en hacer miserable el resto de ella. Cuídense de ese mal saben cómo hacerlo. Cuando escuchen la canción yo nací en esta ribera del Arauca vibrador, soy hermano de la espuma, de las garzas y las rosas, soy hermano de la espuma, de las garzas y las rosas y del sol y del sol… siéntanse orgulloso de gritar a los cuatro vientos yo soy Venezolano vengo de un país hermoso de donde salimos por razones de fuerza mayor porque un cenáculo nos robo el presente y pretende hipotecarnos el futuro. Esa estadía en este lugar del mundo que les abrió las puertas merece su eterno agradecimiento ayúdenles a hacer patria.

El valiente es aquel que puede afrontar todas las alternativas que la vida presenta sin alterar su espíritu, sin que merme su fe, sin que decline la intensidad de su lucha. Es valiente el que no vacila, el rectificador de una opinión equivocada, el que cuando se critica al ausente es capaz de levantar su voz para defenderle. Es valiente aquel que no teme descender hasta ayudar a quien ha caído para levantarlo y apoyarle. Es valiente quien es capaz de pedir perdón cuando ha ofendido y quien sabe otorgarlo generosamente cuando se lo piden. Esta es la valentía del espíritu que implica muchísimo más que simple temeridad.

Esos valientes son mis hijos Venezolanos regados por el mundo en busca de lo que en su patria la clase política imperante le niega. Hijos míos hay que seguir plantando en su tierra arbustos porque estamos seguros que el regreso a su terruño será un aprendizaje para todos y comienza de la cosecha buena de esa nueva mayoría que se levanta.

No es tiempo de llorar, es tiempo de bendecirles. ¡Venezuela cuenta contigo! Paz y bien.

Por: Alejandro J. Parra Marcano – Presidente Fundación Venezuela Cuenta Contigo

Twitter e Instagram: @alejoparrato

 

 

 

 

 

 

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