Observadores internacionales, por Domingo Alberto Rangel

Domingo Alberto Rangel  @DomingoAlbertoR
Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

Es tarea difícil pero vale la pena el esfuerzo de encontrar puntos comunes entre los venezolanos por encima de polarizaciones y otras estupideces.

Un común denominador de nuestra sociedad que pocos han señalado, es la insuperable tendencia nuestra a pronunciar ciertas frases con la seguridad del monje tibetano recitando sus mantras en la madrugada.

Una de estas frases, escogida porque está de moda, es “Observación Internacional”.





Todos en algún momento si no la hemos escuchado, quizá la hemos proferido para enrostrarla en medio de una disputa a quienes consideramos “enemigos”… esperando que una vez pronunciado el mantra… el adversario huya cual vampiro frente a la ristra de ajos… y deje el campo libre.

Otros, entre quienes me cuento, no solemos amenazar a nadie con la bendita frase… pero con paciencia franciscana hemos tenido que soportar discursos donde se apoya o se niega la factibilidad de que unos señores venidos del extranjero… vengan a pocos días de un evento electoral tan complicado como suelen ser los nuestros… y que esos señores desconocedores de historia o geografía patria… a punto de regresar a sus países… genialmente aclaren a la ciudadanía vernácula lo ocurrido mediante una astuta declaración englobante de lo que “han visto”.

Para los hinchas de la polarización extrema recuerdo que es vieja la costumbre de pensar en nuestra Venezuela, que pronunciando en medio de una discusión o atravesándola en un artículo de prensa, alguna frase poco usual en el lenguaje cotidiano… el repetidor y declarante se libra de tener que razonar la propuesta… porque suponen que nadie discutirá una hipótesis encaramada sobre tanta sapiencia!!!

La maña porque eso de piratear el razonamiento no es solo costumbre, es vieja… no viene “del chavismo”… y tampoco del Puntofijismo que gobernaba antes… ya que hay trazas del dislate en el siglo XIX y quien sabe si lo mejor es culpar al Tirano Aguirre para evitar que salga un biznieto a protestar.

Pero volviendo a los fulanos observadores internacionales de elecciones, en nómina de la ONU, a quienes invita nuestro Presidente pero como si venir fuese una obligación y enviando la tarjeta mediática de notificación con modales de guapetón, esperando don Nicolás Maduro que maese Antonio Guterres, noveno Secretario General, haga caso a la orden cual perrito amaestrado… no es malo recordar también que hasta hace poco era la Mud quien insistía en qué esa invitación se llevara a cabo.

De manera que se puede decir que en nuestra sociedad es universal la creencia religiosa en los fulanos Observadores Internacionales… seguro… pero… ¿es qué tan cierta es esa hipótesis?

Joder: ¿Alguien en su sano juicio puede pensar que, número uno, a los observadores extranjeros les duele más que a nosotros lo que aquí pueda ocurrir a raíz de un evento electoral donde no son sus familiares candidatos? ¿Alguien de verdad piensa que los venezolanos, para ver la situación desde otro plano… sufrimos por lo que ocurre en Norcorea?

Y número dos: ¿Hay una sola persona seria capaz de creer que los visitantes son capaces de ver las trampas y abusos… que los ingenuos opositores criollos no ven… o que se mantienen invisibles a los ojos de la injerencia extranjera… que la hay desde todos los planos?

No me respondo esta pregunta obviamente retórica… todos saben la repuesta.

Pero hay más porque la jauría mediática seguirá con la estupidez: ¿Qué harían los polarizados si se llega a dar una hipótesis en la cual la ONU envía observadores pero a la carta según el gusto de uno de los enfrentados?

Digamos… ¿qué diría el envalentonado Nicolás Maduro si maese Guterres envía una delegación conformada por Henry kissinger, Menachen Beguin, Oscar Arias, todos ganadores del Nobel de la Paz, don Vicente Fox, y, para culminar los adornos… el ciudadano Almagro, por la OEA?

La palabrota se escucharía hasta en la Patagonia para solaz de los opositores que ahora protestan la observación de la ONU y que hace poco la exigían.

Pero igual sucedería si Guterres nombrara como sus observadores personales a don Evo Morales, a don Daniel Ortega y al comandante Raúl Castro?

¡Solo que las menciones a la madre del Secretario General de la ONU vendrían del campo de Henri Falcón mientras que seguramente se escucharían risitas provenientes del frente estrecho cuyo objetivo es que Falcón pierda o se retire.

Son exageraciones extremistas pero sirven para aclarar el panorama como aclarado estaría si la gente tuviese presente que los fulanos observadores internacionales generalmente son momias descartadas por sus sistemas políticos que encuentran reposo con buenas remuneraciones en dólares… “observando” los dramas de otros.

Un observador internacional equis llega al país, lo recibe el gobierno de turno que es quien por lo general paga el lujoso alojamiento… apenas desempacadas las maletas lo llevan al Palacio de Gobierno, luego al ente electoral, luego una reunión con los opositores, todo a la carrera, al regresar al hotel de 5 estrellas encuentra en la cama un obsequio del Presidente y no me refiero a damas de compañía contratadas, que a veces las hay… declara en los medios, elabora una enigmática proclama que ya traía casi lista… habla nuevamente con la prensa… y se marcha al exterior para “observar” otro drama.

A mí lo que haga la ONU con su presupuesto no me incumbe… pero si me causa molestia que engañen al público ofreciendo a la observación como “solución”… cuando cada delegación es pactada previamente con el gobierno interesado y lo que más observan los observadores quizás sea el menú de los restaurantes exclusivos donde los invitan.

Para mí esta y otras elecciones serán apuestas ciegas mientras el electorado siga siendo embobado con estos “temas” idiotas de discusión… como son los observadores… En tal sentido habría preferido que Maduro honestamente ofreciera socialismo extremo… igualador… incluso sin ladrones… y la oposición… otra… no la de Falcón… capitalismo enriquecedor… aún cuando también se produzcan diferencias.