Régimen ACORRALADO como nunca antes… por @CarmonaBorjas

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La crisis arropó al régimen. No tiene salida. La crisis económica es absoluta. El disparate monetario expresa el final de un período nefasto, el más nefasto, podríamos decir, de toda nuestra historia.

El petróleo ya no sirve, ni para pagar los Claps. Cada vez hay menos producción, menos transporte, más problemas sindicales, en fin, una crisis que deja a Venezuela, uno de los países más importantes productores de petróleo, en la calle.





Dentro, el desprestigio y el rechazo son monumentales. Solo menos del quince por ciento, contando los obligados y tarifados, apoyan la dictadura de Maduro. El poder militar se muestra dividido, confuso, perseguido. El régimen parece haber enloquecido ante la catástrofe que enfrenta y que ha provocado a los venezolanos.

En el exterior, ni hablar. El rechazo es absoluto. En Lima, el nuevo Presidente Martín Vizcarra, producto de la madurez política peruana, ha confirmado que Maduro no va, que no asistirá a la Cumbre, ni colándose en el avión de Evo Morales o de Ortega. No solo es en Lima el rechazo, es en todas partes y a todos los niveles.

Ayer la Unión Interparlamentaria Internacional negó el acceso de la fraudulenta ANC que había enviado una delegación oficial para asistir a la Conferencia que se celebra en Ginebra en estos momentos. Vergüenza mayor. Rechazaron su presencia en la sala y debieron conformarse con ir a la misión de Venezuela a proyectar una Conferencia, más bien un show, para justificar lo injustificable, cantando consignas que nos remontan a 1938, en Berlín.

Las instituciones internacionales la condenan. De nuevo, el régimen de Maduro en la mira, esta vez de la OIT, la que oyendo el llamado de los empleadores del mundo plantea una Queja en contra de Venezuela, en relación con lo cual el Consejo de Administración de la Organización anuncia el envío de una misión de encuesta, un procedimiento pocas veces aplicado, solo a los Estados forajidos, el último fue Zimbawe, antes Myanmar, una misión que probablemente el régimen no aceptará y le pondrá de nuevo en evidencia ante el mundo.

El régimen está acorralado. En Venezuela y fuera. Nada qué buscar y de allí la gran pregunta. ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué pasará? ¿La renuncia de Maduro, forzada o no, voluntaria o no, sería una solución sabia a esta crisis o catástrofe que ha ahorcado a los venezolanos y a las nuevas generaciones, por un tiempo?

Sin duda, la renuncia, como dije, es una salida. No hacerlo es un reto peligroso que los venezolanos, civiles y militares, deberemos asumir en el corto plazo. Facilitar una transición electoral, con Falcón adelante, en un juego extraño pero cada vez cobra más sentido en lo posible. ¿Podría ser otra vía? Sí, pero no lo suficientemente seria y solida como para resolver la enorme crisis, la catástrofe, que nos ahoga. Todo es posible en esa caricatura de país que es Venezuela, creada por el golpista Chávez y seguida por Maduro, bajo la dirección absoluta de Cuba, una vergüenza repugnante ante la cual deberán responder más temprano que tarde, ante la justicia.

Robert Carmona-Borjas