El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha cancelado sorpresivamente su asistencia a la Cumbre de las Américas a desarrollarse en esta misma semana en la ciudad de Lima.
La ausencia de Trump se debería a la más reciente crisis suscitada en Siria donde el sábado hubo un supuesto ataque químico perpetrado por fuerzas del régimen de Bashar al-Asad contra la población civil del distrito de Duma y, según fuentes de la Casa Blanca, “supervisar el desarrollo de eventos en el mundo”. Claro está que Damasco y Moscú, su principal y hasta ahora incondicional aliado, lo han negado enfáticamente y en todos los idiomas.
Encontrándose esta brutal acometida aún en el campo de la especulación cuando existen también acusaciones contra Rusia por el envenenamiento contra uno de sus ex espías y su hija en Londres y las expulsiones simultáneas de delegaciones diplomáticas de varios países integrantes de la OTAN, y siendo la Cumbre de las Américas una buena oportunidad para Trump para recuperar su liderazgo en la Región, me inclino a creer que la hipótesis que su inesperada ausencia se deba más a razones de índole particular y política interna norteamericana que a una crisis de la zona de Levante.
En efecto, la crisis siria no sólo es una cuestión de adoptar una resolución unilateral sino también de la participación de otras fuerzas extranjeras donde se requeriría de varias consultas con los líderes de países aliados -que no han sido reportados-, y cuando la cancelación del viaje al Perú se da, coincidentemente, durante el allanamiento de las oficinas del abogado y consejero personal del presidente norteamericano, Michael Cohen, por parte de las autoridades federales en busca de distintos documentos relacionados con presuntos pagos, durante la campaña electoral, entre ellos, a una actriz porno para que mantuviera en silencio un presunto romance con el entonces candidato Trump.
La gravedad de encontrarse documentos que comprometan al presidente norteamericano no reside en la fidelidad o no a su esposa sobre este aparente amorío sino en la probable violación de las leyes de financiación electorales y fraude bancario, una trasgresión que puede llevar a los involucrados hasta 30 años de prisión.
Algo tan grave para él no podría desdeñarlo habida cuenta que, bajo ese supuesto, su sillón presidencial estaría en riesgo y, de ahí, que el allanamiento lo haya considerado como un “ataque al país”, como si tal hecho podría poner, por sí mismo, en riesgo la seguridad de los Estados Unidos.
Recordemos que a finales de los comicios electorales de 2016 estallaron varios escándalos sobre eventuales abusos sexuales por parte del aspirante a la presidencia y donde el abogado Cohen habría pagado a aquella actriz un importe de US $. 130,000.00 para que se mantuviera en silencio y no perjudicase la campaña de Trump.
En verdad que ya no debería estar llamándonos la atención de los abruptos de Trump, pero esta inesperada ausencia se debería más a sus andadas que sus coincidencias a las políticas generales de la Casa Blanca o la crisis en Siria.
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@GRomeroUmlauff