No es la primera vez que un país es destruido por el comunismo. Ahora nos tocó a los venezolanos.
Ejemplos hay muchos que después de sufrir un colapso social masivo, producto de una invasión extranjera, como la que Cuba y su tiranía ejercen sobre nuestro país, se han logrado recuperar y alcanzar altos niveles de vida.
La periodista Virginia Collera, del diario “El País” de España, nos explica en un reciente reportaje, como Estonia, de colonia Soviética, se convirtió – gracias a la lucha estoica de su pueblo – en la sociedad digital más avanzada del planeta.
Nos cuenta la periodista, como funcionan digitalmente los hospitales, que atienden sus pacientes en tiempo real y bajo un eficaz método informático.
Los ciudadanos son propietarios de sus datos y toda la infraestructura roja- rojita, ha sido sustituida por un ecosistema eficiente, transparente y seguro. El PIB se nutre casi totalmente del sector servicios y han logrado salir de la pobreza y resistido ataques a sus redes, mejorando sus procedimientos para hacerlos invulnerables a los hacker vivientes de la hoz y el martillo, que insisten en su violencia y ven con nostalgia el progreso de países que arruinaron con sus doctrinas de trasnocho igualitario.
Han estructurado un novedoso sistema educativo, preparando su futuro y los profesionales que manejaran su prestigiosa web. Ahora trabajan para interrelacionarse con expertos virtuales de todo el mundo libre, creando una gran comunidad cosmopolita.
De allí que Estonia de ser un país gris y triste, pisoteado por el intervencionismo comunista, se lanzó a buscar su libertad y su autonomía como país, consiguiéndola con mucho esfuerzo, pero lograron desterrar tan maléfico sistema.
En algún momento ellos se preguntaron: ¿Por dónde empezamos? Allí se resume la búsqueda para un proceso de transición.
Los Venezolanos tenemos inmensas riquezas naturales y una población altamente capacitada para acometer la gran transformación que viene. El monstruo Castrista será sustituido y vendrá un nuevo camino que logre:
– Transformar las instituciones bajo los parámetros de la libertad y la democracia.
– Un sistema productivo que impulse el aprovechamiento de las riquezas, proyecte el emprendimiento colaborativo y reconstruya la propiedad privada a gran escala.
– Un sistema educativo bajo las premisas tecnológicas contemporáneas.
– Incorporarnos al libre comercio global para desarrollar una fuerte capacidad exportadora.
En fin, liberarnos es lo primero, después nos sobran reservas humanas para llevar adelante un plan inno