Análisis: Renovación y continuismo, los complejos equilibrios del relevo en Cuba

Análisis: Renovación y continuismo, los complejos equilibrios del relevo en Cuba

El presidente de Cuba, Raúl Castro, y su primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, llegan a una sesión de la Asamblea Nacional en La Habana. 18 de abril de 2018.  Irene Pérez/Courtesía de Cubadebate/vía Reuters. ATENCIÓN EDITORES - ESTA IMAGEN HA SIDO ENTREGADA POR UN TERCERO.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, y su primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, llegan a una sesión de la Asamblea Nacional en La Habana. 18 de abril de 2018. Irene Pérez/Courtesía de Cubadebate/vía Reuters. ATENCIÓN EDITORES – ESTA IMAGEN HA SIDO ENTREGADA POR UN TERCERO.

Con la salida de Raúl Castro de la Presidencia del país, la Cuba revolucionaria abrirá nueva etapa regida por un gobierno que refleja los complejos equilibrios del poder en la isla, donde se mezclan renovación y continuismo y donde la vieja guardia no perderá de vista a los nuevos dirigentes. EFE

El recambio generacional tantas veces mencionado por Raúl Castro en sus dos mandatos se saldará con el sucesor esperado, Miguel Díaz-Canel, al frente de un Consejo de Estado que, de ser ratificado mañana, supondrá una renovación sólo parcial de sus miembros con trece caras nuevas frente a 18 que permanecen y un 77,8% de sus integrantes nacidos después del triunfo de la Revolución.

El máximo órgano de Gobierno en Cuba se rejuvenece ligeramente respecto al anterior: la media de edad de la candidatura única sometida a votación es de 54 años, tres menos que el designado en el año 2013.





Pero más allá de porcentajes, lo que llama la atención es la supervivencia de algunos “históricos” y representantes de la considerada “vieja guardia” que se mantienen a pesar de que el general Castro sí ha cumplido su promesa de dar un paso al lado, llevándose consigo a su correligionario de lucha José Ramón Machado Ventura, que sale del Consejo de Estado.

Pero ni Castro ni Machado se van del todo: ambos seguirán siendo el primer y segundo secretario del Partido Comunista de Cuba hasta 2021, año en que está previsto el siguiente congreso de la formación.

Esa circunstancia sugiere la idea de que la primera fase del poscastrismo estará pilotada por Díaz-Canel al frente del gobierno pero tutelada desde la dirección del partido único, la “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado” tal y como lo define la Constitución cubana.

Aunque Cuba es un sistema socialista de partido único, el poder no es absolutamente monolítico y existen diferentes sensibilidades o sectores, tal y como refleja el Consejo de Estado que se elegirá mañana.

En él estarán presentes la vieja guardia, las Fuerzas Armadas, la nueva dirigencia emergente durante el raulismo, la juventud, el sindicalismo, la cultura, la sanidad, la educación y hasta la ciencia y el deporte.

El sector de los “históricos” sigue en el Gobierno con presencia minoritaria pero muy simbólica con las figuras de los comandantes Ramiro Valdés, de 85 años y uno de los cinco vicepresidentes del Consejo de Estado, y el también comandante Guillermo García Frías que, a sus 90 años, se mantiene como miembro del organismo.

Otro veterano, el ministro de las Fuerzas Armadas y general de cuerpo de ejército, Leopoldo Cintra Frías (76 años) conserva su puesto en el Consejo como representante de uno de los grupos de poder más influyentes en un país donde los militares controlan los sectores clave de la economía.

Junto a ellos, perviven caras más recientes que han ganado peso político en los últimos años como el canciller Bruno Rodríguez, otro de los leales pupilos de Raúl Castro; el ministro de Salud, Roberto Morales, elevado a una de las vicepresidencias; Ulises Guilarte, el principal líder sindical del país o Suselys Morfa, líder de la juventud comunista cubana.

De esas “promesas” del raulismo, el que se ha quedado fuera (no se sabe si para bien o para mal) es Marino Murillo, considerado el “zar” de las reformas económicas impulsadas por el menor de los hermanos Castro.

Quien representa una incógnita en este encaje de equilibrios es el futuro número dos del Gobierno, Salvador Valdés, que sin ser histórico puede considerarse un leal dirigente de la vieja guardia y de perfil un tanto gris, a pesar de haber sido ministro de Trabajo de Fidel Castro hasta 1999 y posteriormente líder de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Especial atención habrá que prestar a las nuevas caras del Consejo de Estado como Yoerky Sánchez, el director de “Juventud Rebelde” (segundo periódico del país); Jorge Amador Berlanga, creador del famoso medicamento Heberprot para curar el pie diabético; la atleta Yipsi Moreno o el líder estudiantil Raúl Alejandro Palmero, entre otros.

El relevo presidencial en Cuba culminará mañana jueves, jornada en la que la Asamblea Nacional de la isla dará a conocer el resultado de la votación de la candidatura encabezada por Miguel Díaz-Canel, quien se convertirá en el primer presidente del poscastrismo. EFE/Soledad Álvarez