Fadess: Venezuela ¿Desahuciada ambientalmente?

Fadess: Venezuela ¿Desahuciada ambientalmente?

Foto Prensa
Foto Prensa

Durante la década de 1960 se inició uno de los programas de plantaciones forestales más ambiciosos a nivel internacional, coloquialmente conocido como los “pinos de Uverito”, en el oriente venezolano, destinado a dotar de materia prima a la, para entonces, futura industria papelera nacional, alcanzando en la actualidad cientos de miles de hectáreas y millones de árboles plantados.

Hoy, se difunde la lamentable noticia de que decenas de miles de hectáreas del mismo son pasto de las llamas, inexplicable en un proyecto que se edificó siguiendo rigurosos programas de seguridad y prevención.

Las ciudades y pueblos de Venezuela sucumben ahogados en basura. Muchas cuencas abastecedoras de agua a las poblaciones son objeto de desarrollos agrícolas, urbanísticos, turísticos e industriales que merman considerablemente sus condiciones hídricas, como la del Mucujún, que debe satisfacer la demanda del 80% de los pobladores de la ciudad de Mérida, y durante el último lustro, ha sido “urbanizada” en más de 300 hectáreas, contrariando el Reglamento de la Zona Protectora creada para garantizar este suministro, comprometiéndose el mismo sin que se estén evaluando, siquiera, fuentes alternativas.





En cualquier circunstancia, dado el estado actual del conocimiento, la economía de los países debería apuntar a fundarse menos en la “explotación tradicional” de los recursos naturales y a la promoción de “tecnologías limpias”.

En Venezuela, dada la quiebra de la industria petrolera, ubre que amamantó al Estado desde principios del S XX, al gobierno dilapidador del erario público sólo se le ocurre explotar el Arco Minero del Orinoco, sin mayor planificación ni garantías de cumplimiento de la legislación ambiental vigente.

La Unidad Experimental de la Reserva Forestal de Caparo, único relicto de los bosques que poblaron los llanos del piedemonte occidental venezolano, administrado por la Universidad de Los Andes como estación experimental desde 1982, con fines de investigación, docencia y extensión sobre unas 7.000 hectáreas, ha sido nuevamente invadido, esta vez por los autodenominados Embajadores de Cristo 777; hay una orden judicial de desalojo y las autoridades competentes para ejecutarla deshojan la margarita en vez de hacerla cumplir.

Entre 2011 y 2017 la gestión de conservación del Sistema de Parques Nacionales de Venezuela, que resguarda el patrimonio natural de la nación, fue puesta en manos del Frente Francisco de Miranda, organización político partidista sin conocimiento profesional ni sentido de pertenencia institucional, que dejó a INPARQUES sumido en la ruina de sus finanzas, instalaciones y equipamientos y la desmoralización de sus trabajadores.

El Día Mundial del Ambiente 2018 encontrará a Venezuela en medio de una crisis en todos los ámbitos de la vida pública, de los que no escapa la gestión ambiental la cual, en el contexto de las políticas públicas que rigen la acción gubernamental, ha ocupado una casi insignificante jerarquía en las dos últimas décadas. Ante lo que parece un panorama desahuciante para la gestión ambiental, El Frente Autónomo para la Defensa del Empleo el Salario y el Sindicato FADESS de la mano de uno de sus sindicatos de base SUNEP-INPARQUES y de los trabajadores injustamente despedidos cuando eliminaron el Ministerio del Ambiente, hacemos un llamado a la denuncia responsable y consistente y, ante la inoperancia de las instituciones públicas, a la organización de los ciudadanos para la defensa del derecho a un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado como manda la Constitución en su artículo 127.

Nuestro territorio posee valores naturales y culturales excepcionales para sustentar un proceso de desarrollo planificado y sostenible. En tiempos que le imponen al ciudadano una desesperada sobrevivencia personal, es pertinente llamar a la toma de conciencia respecto a la necesidad de proteger estos valores como base para la construcción de una nueva realidad nacional en la que la calidad de vida, el bien común, la solidaridad y el respeto al derecho ajeno sean propósitos y guías para la acción mancomunada de las comunidades organizadas, las instituciones privadas y los organismos públicos.

 

Nota de Prensa