Gustavo Azócar Alcalá: 10 razones para no votar por Henri Falcón

Gustavo Azócar Alcalá: 10 razones para no votar por Henri Falcón

 

Gustavo Azócar Alcalá @gustavoazocara
Gustavo Azócar Alcalá @gustavoazocara

Hace algunas semanas atrás, escribimos un artículo en el que expresamos nuestras consideraciones acerca de la candidatura presidencial del ex gobernador del estado Lara, Henri Falcón. En esta oportunidad, y para que no quede ninguna duda de que mi postura no ha cambiado (ni cambiará) con relación a este personaje, he querido presentar a los lectores, una a una, las razones por las cuales, jamás votaría por la candidatura presidencial de este militar retirado.

Aunque algunos no lo crean, respeto a quienes apoyan a Falcón. Están en todo su derecho. Los verdaderos demócratas respetamos a quienes profesan ideas contrarias a las nuestras, o a quienes deciden montarse en un tren que va en dirección contraria. Asumo que hay mucha gente que apoya a Falcón de buena fe. Sin embargo, eso no me impide entender que también hay quienes lo apoyan por el chorro de dinero que hay en esa campaña. Tal parece que Falcón también tiene a su lado al infaltable “hombre del maletín”, ese oscuro personaje que suele aparecer en todas las campañas políticas.





Espero equivocarme, pero no sé por qué tengo la leve impresión de que esos apoyos políticos que ha venido recibiendo Falcón en las últimas semanas, incluyendo el de algunos diputados que decidieron saltar la talanquera, tienen su origen en poderosas razones económicas y financieras. A los políticos de viejo cuño, y a los diputados que decidieron plegarse al show de Falcón, les advierto que la historia será implacable con todo aquel que se preste para el macabro juego sucio de Nicolás Maduro. No sé si los venezolanos perdonarán a todos quienes a sabiendas de que participan en un sainete electoral, que sólo busca dar legitimidad a una dictadura, han decidido convalidar este fraude. Lo único que sí sé, es que, quien esto escribe, no olvidará sus nombres, ni sus rostros, ni su irresponsabilidad.

He aquí las razones por las cuales jamás votaré por Falcon:

1.- El 20 de mayo de 2018 no está planteada una elección. Lo que hay es una falsa coronación. Maduro quiere coronarse como el gran capo de Venezuela. Todo el proceso que comenzó con la orden que dio la fraudulenta e ilegal Asamblea Nacional Constituyente al Consejo Nacional Electoral, para que realizara elecciones presidenciales en el primer trimestre de 2018 es írrito e inconstitucional y, por lo tanto, todo el que participe en ese proceso, se convierte en un colaborador de la dictadura. No establezco ninguna diferencia entre quienes colaboraron con las atrocidades y monstruosidades de Adolfo Hitller y quienes en Venezuela, colaboran con la tiranía de Nicolás Maduro.

2.- El mundo no reconoce el circo del 20M. La comunidad internacional ha rechazado el circo montado por Maduro para el 20 de mayo. El grupo de Lima, los gobiernos de EEUU y Canadá, la Unión Europea y la Secretaría General de la OEA, han manifestado públicamente que no reconocerán el proceso electoral presidencial venezolano y mucho menos sus resultados. Pero Henri Falcón, quien con toda seguridad tiene un pacto secreto con Nicolás Maduro, que le ha producido y le sigue produciendo grandes beneficios económicos y políticos, parece decidido a convalidar este fraude. A Falcón la historia no lo absolverá.

3.- No hay confianza en el CNE. De acuerdo con algunas encuestas, 7 de cada 10 venezolanos no tienen la más mínima confianza en ese organismo. Y no es culpa de los venezolanos. No se puede creer en un organismo que hizo trampa el 30 de julio de 2017 con la supuesta elección de la Asamblea Nacional Constituyente. No se puede creer en un CNE que hizo trampa en las elecciones de gobernadores y de alcaldes. No se puede creer en un CNE que inventó 10 millones de firmas para que Maduro rechazara el decreto de Barack Obama. No se puede creer en un CNE que tiene 2 años sin hacer elecciones para escoger a los 4 diputados de Amazonas. En Amazonas no se han hecho elecciones parlamentarias para impedir que la Asamblea Nacional, controlada por fuerzas opositoras, recupere su mayoría absoluta. Y eso lo sabe Henri Falcón.

4.- El lobo disfrazado de Caperucita. En mi modesta opinión, Henri Falcón fue, es y siempre será chavista, madurista, revolucionario, socialista y anti imperialista. Falcón siempre ha creído y seguirá creyendo en el proceso político que inició Hugo Chávez en 1999 en Venezuela. Falcón nunca se ha desmarcado del chavismo. Falcón sigue siendo un chavista. Quienes quieran votar por Falcón, háganlo, pero sepan que están votando por un chavista/madurista que se ha declarado socialista y revolucionario. No estarán votando por un antichavista. Todo lo contrario, estarán votando por un fiel seguidor del principal causante de la tragedia humana que vive Venezuela.

5.- La oposición que necesita Maduro. Falcón no es un opositor. Es un “viva la pepa”, habilidoso, inteligente, audaz, que aprovechó todo lo que pudo del gobierno de Hugo Chávez, luego le sacó el jugo al gobierno de Nicolás Maduro y ahora se aprovecha de algunos “opositores” para camuflar su candidatura presidencial y presentarse ante el país y ante el mundo como un opositor, cuando realmente no lo es. Falcón es un camaleón. Fue candidato de Hugo Chávez. Luego fue candidato de Maduro. Y posteriormente fue candidato de la MUD. Como la MUD está muerta, ahora Falcón quiere convertirse en el nuevo líder de la “oposición” que necesita Maduro.

6.- Los dineros de la campaña. Henri Falcón debe explicar al país el origen de los recursos financieros con los cuales está pagando su campaña electoral. Todo el que ha hecho política en este país sabe lo costoso que resulta, sobre todo en la Venezuela actual, hacer campaña electoral. Máxime cuando no se tiene a disposición la chequera de Petróleos de Venezuela como la tiene Maduro. Una campaña presidencial como la que está realizando Falcón en todo el país, amerita, por lo menos, de unos 50 millones de dólares. Los venezolanos ya sabemos de dónde sale el dinero que gasta Maduro en su campaña (Pdvsa, Odebrecht, etc) pero necesitamos saber también de dónde sale el dinero que gasta Falcón. En Venezuela, donde la presencia de grupos narcotraficantes es el pan de cada día y dónde el lavado de dinero pulula por todas partes, se requiere ser muy transparente en el tema del financiamiento de las campañas presidenciales.

7.- Falcón no es el líder que necesita Venezuela. Este país se merece en la presidencia a alguien mil veces mejor que Maduro, es cierto, pero también merecemos alguien mil veces mejor que Falcón. La gestión de Falcón en la alcaldía de Barquisimeto fue mediocre. Y su desempeño como gobernador de Lara fue terrible. Y eso no lo digo yo, que jamás he vivido en tierras larenses, lo dicen los propios habitantes de esa región, la mayoría de los cuales por cierto, votó contra Falcón en las pasadas elecciones de gobernadores.

8.- Falcón es más populismo. El ex gobernador de Lara no ha realizado una sola propuesta coherente durante su campaña electoral. La gran propuesta de Henri Falcón, para tratar de ganarse unos votos, ha sido entregar “tarjetas en dólares a los adultos y los niños de Venezuela”. Falcón parece creer a pié juntillas, que la mayoría de los venezolanos son una parranda de imbéciles a los que se les puede convencer con un puñado de dólares, de la misma manera cómo los colonizadores que llegaron junto a Cristóbal Colón entregaban pedazos de vidrio a los indígenas. Falcón quizá no sabe que el populismo ha sido una de las grandes causas de la tragedia que afecta a Venezuela, y que lo que los habitantes de este país necesitan no es populismo, sino más bien trabajo, educación, salud y mayor seguridad.

9.- No más militares en el gobierno. Henri Falcón, como ya se sabe, es un militar retirado que incursionó en la política de la mano de Hugo Chávez. Falcón pertenece a esa pléyade de militares venezolanos que se han creído el cuento de que lo saben todo y que fueron paridos por Dios. La gran tragedia de Venezuela fue permitir que los militares llegaran al poder. Uno de los grandes errores que cometió Hugo Chávez fue creer que los militares están por encima del bien y del mal, y que los civiles son unos buenos para nada. Quien esto escribe, se declara (lo he hecho desde que tengo uso de razón) profundamente anti militarista y contrario a la presencia de militares en la política. El daño que los militares han hecho a Venezuela en los últimos años (especialmente desde 1992 hasta nuestros días) ha sido inconmensurable.  Jamás votaré por un militar para Presidente. Por el contrario, haré todo cuanto tenga que hacer hasta el día en que me muera, para sacar a los militares del gobierno, devolverlos a sus cuarteles (de dónde nunca han debido salir) y convertir a Venezuela en una república civilizada.

10.- Necesitamos un líder “antisistema”. Lo que realmente necesita Venezuela, en el momento histórico que estamos viviendo, es un liderazgo que enfrente el sistema político corrupto, militarista, narco complaciente y dictatorial de Nicolás Maduro. El problema de Venezuela no es Maduro. Maduro es una consecuencia, un accidente histórico que pronto será corregido y superado por el pueblo venezolano. El verdadero problema que tiene Venezuela, es el sistema político socialista, bolivariano, corrupto, anti imperialista y pseudo revolucionario que implantó Hugo Chávez en 1999 y que ha continuado con el ex chofer del Metro de Caracas. Lo que necesitamos, es un líder antisistema. El sistema político que impera en Venezuela, y que ha convertido a este país en una nación enferma, sumisa, destruida y miserable tiene que ser demolido. Falcón no es un candidato antisistema. Falcón es hijo del sistema. Por tanto, es más de lo mismo.

Quienes después de haber leído estas líneas sigan creyendo en Henri Falcón, que asuman su responsabilidad. Yo asumiré la mía. No votaré ni participaré en ninguna elección en Venezuela, mientras no tengamos un nuevo CNE que garantice condiciones de transparencia, neutralidad, imparcialidad y confiabilidad. Quienes quieran convalidar el megafraude del 20 de mayo de 2018, que no cuenten conmigo.

San Cristóbal, 24 de abril de 2018