José Luis Monroy: … qué fácil plantar una duda en un corazón desesperado

José Luis Monroy: … qué fácil plantar una duda en un corazón desesperado

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Hola que tal mi gente, pocas cosas sorprenden más que escuchar a alguien decir, con total seguridad, que todo aquello que sucede en la vida de cada persona es porque esa persona así lo ha llamado para que suceda. Ya sea para bien y, sobre todo, para mal, algunos se enorgullecen de decir, en voz pausada y relajada, que cada uno es responsable de todo lo que le ocurre, que eso será bueno para esa persona, y hablan de sanación, de purificación, de enmienda y de culpabilidad, con total confianza. Y así lo hacen, desde esa posición de poder que se han creído que tienen como expertos en vidas ajenas, en destinos, en karmas, en vidas pasadas y en estados de conciencia… resulta increíble cómo gusta a algunos sentirse que todo lo saben.

Expertos de poca monta que van por ahí haciéndole creer a los demás que lo han llamado todo a sus vidas. Y yo me pregunto, ¿si alguien en su sano juicio elige ser víctima, elige sufrir, elige el dolor o la enfermedad o la pérdida de un hijo… o de un ser querido o el fin de una realidad que amaba o el comienzo de una pesadilla? Yo me pregunto, ¿si alguien en su sano juicio elige para su vida la violencia, la injusticia, la privación, el mal, el fracaso, el vacío o la soledad?… Y yo me pregunto: ¡¿o es que nadie ha estado nunca en su sano juicio?!… No lo creo.





Pero los hay… que encabezan reuniones asegurando que conocen a profundidad la vida de aquellos que tienen enfrente y les juzgan y les señalan como los únicos responsables de todo lo que les sucede en su vida. Y así… sin dar más soluciones, les extienden la invitación a vivir sus procesos en soledad y a purgar sus culpas como responsables que son. Ellos, los especialistas, no se inmiscuyen, no se comprometen, su labor ha terminado ahí, en decirle al otro… simplemente: tú lo has llamado.

Como dice mi amiga Mexicana Paola Domínguez, qué fácil resulta la vida para quien no ha sabido procesar su propio dolor, para quien toma la conciencia como protectorado sin saber lo que significa; qué fácil resulta la frivolidad y la dureza para quien no ha tenido que padecer o, padeciendo, nunca ha tenido la sensibilidad de comprender que otros también viven sus dificultades. Qué fácil resulta hacer juicios para quien se ha asumido como juez… qué fácil plantar una duda en un corazón desesperado, en un ánimo decaído, en una mente confundida o en un espíritu lastimado. Qué fácil resulta hablar desde el otro lado y fuera de la realidad de quien la vive. Qué fácil interpretar la realidad de alguien y  sentenciarla… decir que el otro se ha equivocado, que ha fallado, que ha bajado la guardia de sí mismo… que ha permitido que le suceda todo lo que le sucede… qué fácil resulta para algunos ser atizadores y cómplices del dolor, de la desgracia y del sufrimiento…. Porque no cabe duda que todo aquel que permita lo impermisible, sin hacer nada al respecto, es cómplice… y ellos lo son.

En la vida somos responsables de lo que decidimos o no, de lo que elegimos o no, y somos responsables de cómo respondemos ante  lo que nos sucede, ante las circunstancias o  las diferentes realidades que se nos presentan, pero no somos responsables de que eso suceda. No siempre podemos elegir lo que nos toca vivir, pero sí cómo vivirlo. La culpa no nos ayudará y está comprobado que tampoco sana ni enmienda ni purifica. La culpa destruye, minimiza, empobrece y desmotiva.

Lo que sea que se esté viviendo, vívalo, y no creyendo que lo merezca o que haya hecho usted algo para que esto suceda, simplemente es la vida, por ejemplo no se sienta culpable de lo que ocurre en nuestro país, sencillamente esta pasando y saldremos de esto, entienda que los culpables son otros, mejor elija actuar y seguir adelante.

¡Como siempre, usted elige!

 

 

 

#ElLIDEReresTU

 

@joseluismonroy