El fraude estaba cantado en Venezuela

Una mesa de votación permanece vacía durante las elecciones presidenciales en Caracas, Venezuela, el 20 de mayo de 2018. REUTERS / Marco Bello
Una mesa de votación permanece vacía durante las elecciones presidenciales en Caracas, Venezuela, el 20 de mayo de 2018. REUTERS / Marco Bello

 

Poco después de que el domingo en la noche la Presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, Tibisay Lucena, anunciara que Nicolás Maduro había sido reelegido, el opositor Henry Ramos Allup publicaba en Twitter que lo había anticipado hacía tres semanas, “El resultado estaba cantado”. Así lo reseña elmundo.es

Por Gina Montaner





El líder de Acción Democrática se refería al juego sucio del gobierno de convocar unas elecciones fraudulentas con el único propósito de que Maduro permanezca en el poder para perpetuar el fallido modelo político que impuso Hugo Chávez hace ya casi veinte años. Allup y otros dirigentes de la oposición que han conformado el Frente Amplio advirtieron de esta maniobra y llamaron a la abstención.

En cambio, el ex chavista, Henri Falcón, decidió presentarse encabezando el partido Avanzada Progresista, al igual que el candidato evangélico Javier Bertucci. Apartándose de un bloque opositor que, aunque debilitado, se unió en su repudio a lo que desde el principio calificó de “farsa electoral”, ambos apostaron por presentarse a unos comicios que prometían ser, cuando menos, irregulares.

Incluso antes de que el CNE declarara vencedor a Maduro en una jornada marcada por un abstencionismo sin precedentes, Falcón no tardó en declarar que desconocería los resultados del proceso electoral por carecer, dijo, de legitimidad. O sea, se habían cumplido los temores de la mayoría de los líderes históricos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) como María Corina Machado, Henrique Capriles, Leopoldo López o el propio Allup. El ex gobernador de Lara se había prestado a participar en una carrera que desde el inicio contaba con los amaños del oficialismo. Y tras el fiasco pedía nuevamente la convocatoria de comicios presidenciales en un país en el que ni siquiera las bases tradicionalmente chavistas han salido a votar, tal y como se pudo ver en barriadas populares con recintos electorales semivacíos.

A estas alturas, con la miseria azotando a un pueblo que no encuentra víveres ni medicinas y una crisis económica que no tiene fin, la desesperanza se ha apoderado de los venezolanos. Tanta es la fatiga nacional, que ni siquiera los chantajes de Maduro para coaccionar el voto han conseguido movilizar a una sociedad aquejada de desaliento colectivo.

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