El 20 de mayo de 2018 se bajó, una vez más, el telón de la escena electoral, en otro capítulo del régimen en su desesperación por legitimar la dictadura con ropaje democrático.
El pueblo sin votar habló. 82% de abstención aunque el régimen diga lo contrario. El Rector del CNE Luis Emilio Rondón no avala el proceso y señala que Maduro no llegó a los tres millones de votos, de tal manera que evidencia, una vez más, un fraude electoral. El pueblo venezolano se cansó del régimen y sus mentiras que solo dejan hambre y miseria. El madurismo terminó de hundir al chavismo. El régimen se quedó sin pueblo.
Todo queda ahora al descubierto. El venezolano está más claro que nunca en cuanto al talante del régimen que se presenta, ahora, como un gigante de Roda pero moldeado en estiércol.
La fuerza armada, talón de Aquiles del régimen, gravemente heridas en su institucionalidad sin mando real. Soldados de la patria, hombres de origen humilde, que pasan hambre en los cuarteles, oficiales honestos puestos presos, torturados, aislados, sin asistencia familiar y jurídica. El presidente en un acto indigno de su magistratura señaló que la oficialidad castrense, hoy en presión, fue comprada con dólares por el gobierno colombiano, señalándolos como mercenarios. Abrase visto mayor humillación y desvergüenza para el componente militar, en las propias narices de un Alto Mando complaciente y acomodaticio. El pueblo demócrata de Venezuela que se abstuvo mayoritariamente respalda a la joven oficialidad de la FANB que no se deja poner al cuello la bota del G-2 cubano que usurpa nuestros cuartes.
Habla maduro de la condición anti colonialista y anti imperialista, que en sus genes, debe tener todo soldado que porte el uniforme militar venezolano. Pero a diario se le obliga a cuadrarse en saludo militar y obediencia al usurpador cubano.
La comunidad internacional cumple con su promesa de defender, dentro de sus competencias, la institucionalidad democrática rota. Las sanciones políticas y económicas hacia el régimen cada vez lo cercan más y aíslan del mundo.
El destrozo perpetrado por el régimen, con premeditación y alevosía, al aparato productivo público y privado hacen inmanejable la crisis económica y social que a todos nos asfixia.
Estos cinco escenarios: pueblo que habló electoralmente, crisis en la Institución castrense, invasión cubana, cerco internacional y crisis económica y social son el escenario en donde se subirá el telón en el próximo capítulo del escenario social venezolano.
El régimen pide dialogo y el pueblo les dice dialogo ¿para qué? El único dialogo posible es que entreguen el poder y el pueblo posteriormente escoja sus gobernantes en un acto electoral soberano y profundamente democrático. Ya tenemos experiencia de la huida hacia adelante con diálogos amañados y postergadores de la acción popular contra el bandolero que usurpa Miraflores.
Falta un actor en este nuevo capítulo social. Un liderazgo político consciente de su rol histórico en esta difícil coyuntura política que vivimos: sin egoísmos personales, desprendido de las miserias de la mala política, heroico, consustanciado con las angustias del pueblo, el país como primer actor, audaz y enraizado con la gente y su porvenir victorioso. Para ello debemos romper las cadenas de los presos que nos tienen preso. Me refiero a líderes políticos que cumplieron un rol importante en la lucha contra ésta tragedia comunista que vivimos, pero que inhabilitados, presos o exiliados siguen marcando la pauta en una MUD la cual debe transformarse en un movimiento político masivo y heroico.
Si actuamos con audacia, desprendimiento y coraje, este será el capítulo final de esta sátira llamada socialismo del siglo XXI.
Es necesario tomar de nuevo las calles como escenario de acción, solicitando la salida de Maduro del poder por ilegitimo pues eso decidió mayoritariamente el pueblo al abstenerse. Una gran manifestación en todo el país de respaldo a los soldados y oficiales de la gloriosa FANB que se oponen a la consolidación del castro comunismo en suelo patrio.
Solicitar de inmediato la implementación del canal humanitario cuya distribución debe dirigida por la iglesia venezolana. Señalar claramente al pueblo la ruta a la salida democrática, sin recovecos, acciones diarias inconsultas, atisbos agoreros, sin exponer a nuestros jóvenes a ser carne del cañón cubano. Grandes manifestaciones democráticas y pacificas de todo el pueblo venezolano en señal de rebeldía y rechazo al régimen. La juventud tiene la palabra. Ya basta.
Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso Miembro del Secretariado Nacional del Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.
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