La (ultra) partidización de la Fuerza Armada, por Luis Barragán

Luis Barragán  @LuisBarraganJ
Luis Barragán @LuisBarraganJ

(Desde la Tribuna de Oradores).- Señor Presidente, colegas Parlamentarios: Vicisitudes propias del Estado Cuartel, estamos viviendo en Venezuela  el deliberado propósito de destruir a la Fuerza Armada Nacional. Lo que está aconteciendo en la Venezuela de estos días, por instrucciones de La Habana, no apunta a otro objetivo, sino a la destrucción de la institución castrense.

El drama que vive en su interior la entidad armada, partidizada y ultrapartidizada, se hace expresión cotidiana con la detención arbitraria de oficiales de alto, mediano y bajo rango, superiores o subalternos, sin que presuntamente el país conozca sus nombres, sus rangos y los delitos o faltas que supuestamente se les imputan. Y digo que es una pretensión del régimen, porque todos esos nombres, los rangos y las circunstancias invocadas, son del conocimiento de la opinión pública que se resiste – siendo el caso venezolano – a aceptar que sean sacrificados sus oficiales a quienes nosotros debemos darle un testimonio cierto de solidaridad por el esfuerzo heroico que están haciendo para que sobreviva la entidad armada. Prisión y tortura, además, se suman a las degradaciones arbitrarias y expulsiones caprichosas que en una etapa como esta de la definición los ascensos, no solo sirve para la purga de la Institución armada a objeto de atender las instrucciones y los dictados de La Habana, sino también para competir deslealmente por esos rangos que están pendientes.

La solidaridad de la oposición coherente, seria, responsable, consecuente, es con la suerte de esos oficiales que están sufriendo las consecuencias de defender ante todo la palabra de la Constitución. Es un respaldo de la fuerza ciudadana, es un respaldo de la fuerza de la comunidad internacional, es un respaldo de la institución, que se está forjando para desplazar a este régimen que atenta, conculcándolas, contra las libertades públicas, e, incluso, el derecho a la alimentación.





Es la oposición genuina la que alza su voz de solidaridad con cada uno de estos soldados profesionales que están bajo torturas tras las rejas. La violación de la Constitución, de las leyes militares, el trastrocamiento de la Ley de disciplina militar, la conversión de faltas en delitos imaginarios, es otra de las consecuencias que sufrimos y que sufre la entidad armada porque el pueblo venezolano se identifica con esos oficiales al interior de nuestra corporación castrense, ante la destrucción de la institución.

Nuestra lucha está planteada a favor de la institución y de la institucionalidad, y cada quien debe asumir el rol civil o militar que le corresponde en defensa de la Constitución y de la constitucionalidad, en camino a la construcción del Estado Constitucional.

Hablaba de la vecindad de los ascensos militares, porque también hay aquí una práctica desleal de los aventajados que reciben igualmente las instrucciones del principal partido de Gobierno, partidizando la institución armada. En lugar de militarizar a la sociedad, nosotros somos partidarios de ciudadanizar a la Fuerza Armada Nacional. Por cierto, la Asamblea Nacional está en deuda con una legislación importante, de acuerdo con el artículo 331 de la vigente Constitución, porque si bien es cierto que los ascensos militares son competencia exclusiva de la Fuerza Armada, no es menos cierto que el propio artículo referido le ordena a la Asamblea Nacional legislar sobre la materia. Deseamos una Fuerza Armada Nacional profesional, especializada e institucional,  y este Parlamento tiene el deber de generar las condiciones necesarias para que reencuentre el camino la entidad castrense.

Por ello insistimos, en nombre de la fracción parlamentaria 16 de julio, en llenar la vacante ya no del presidente de la República, sino del Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, porque debemos reconocer que no existe Comandante en jefe de la entidad castrense venezolana.

Toda nuestra solidaridad, todo nuestro abrazo patriótico y venezolanista, vaya a quienes están sufriendo en estos momentos los rigores de la tortura. El deber que tenemos los venezolanos es el de abrazarnos e identificarnos en un sueño distinto: el desplazamiento de este socialismo de las demoliciones, para la necesaria reconstrucción del Estado Constitucional.

Ellos, los oficiales de la Fuerza Armada Nacional, no están solos, constituyen una fuerza institucional que se va a sumar a la fuerza de la ciudadanía y a la fuerza evidente de la comunidad internacional para que –superando las actuales condiciones– podamos decir que Venezuela, muy pronto, va a reconquistar plenamente sus libertades públicas contando con una entidad armada profesional, especializada e institucional.

Con esos sectores de las fuerzas armadas, la fracción parlamentaria 16 de julio se identifica plenamente.

Es todo, señor Presidente, colegas parlamentarios.

(*) Intervención en  la sesión plenaria de la Asamblea Nacional (Caracas, 29/11/2018), abierto el debate sobre la represión de civiles y militares.