Pedro Segundo Blanco: Deserción y Migración

Pedro Segundo Blanco: Deserción y Migración

Foto ABP
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Lo que ha venido ocurriendo en todos los ámbitos de la vida nacional es sencillamente catastrófico, el país comienza a colapsar en todos los sectores y actividades, la economía es un caos total donde la simbiosis escasez/precios azotan a la población inmisericordemente, mientras la devaluación del Bolívar toca niveles que superan todas las experiencias similares vividas por países de América y el resto del mundo; el tema de los servicios públicos se agrava de manera sistemática y paulatina, al punto que ya no se trata sólo de apagones, carencia de agua o proliferación de basura, sino del fin del sistema de transporte público, que ya no se debate en el tema de los costos del pasaje propiamente dicho, sino en el cierre técnico y operativo del mismo, por la ausencia y paralización de un altísimo porcentaje de unidades de transporte en toda la geografía nacional, al punto que los camiones de estaca, mejor conocidos como perreras, se exhiben en toda Venezuela como la parte final de lo que fue un servicio medianamente operativo, en una nación que sólo cuenta con el Metro como medio de transporte masivo en sólo tres ciudades importantes y que también están a punto de colapsar, producto de la dejadez, el populismo y la ineficacia en la forma de operarlo y administrarlo en estas dos décadas de revolución bolivariana.

En esos alarmantes términos, podemos referirnos a todas las áreas del funcionamiento de la sociedad venezolana en tiempos de revolución chavista, pero uno de los sectores más álgido, delicado y preocupante que debe llamar la atención de todos, por la significación que tiene para el futuro de la nación, es el relativo a la educación pública y privada, primaria, secundaria y universitaria, que gracias al deterioro sistemático y progresivo de los sectores a los que hemos hecho referencia, se debate entre la deserción y la migración de alumnos, maestros y profesores, que en un altísimo porcentaje han abandonado los salones de clases, los primeros porque los padres ya no cuentan con los alimentos indispensables para enviarlos a los colegios o por no disponer del efectivo para el pago del escaso transporte que los traslade a los centros educativos y los educadores de todos los niveles, asfixiados por la crisis económica y mermados por los salarios de hambre que perciben que no les alcanza ni para subsistir, optan por abandonar las aulas de clases, para irse a buscar nuevos horizontes a otros países, sorteando todo tipo de obstáculos, pensando que desde afuera, pueden ayudar a sobrevivir a sus familiares que deben soportar la tragedia dentro del país.

Esta delicada realidad, que amenaza con amputar el futuro de la nación, es otra poderosa razón para que el pueblo venezolano se levante contra el régimen opresor y destructor, es un hermoso motivo para que resurja la UNIÓN real y superior de los venezolanos en torno al rescate del país, para que coloquemos en la agenda y solicitemos al unísono como prioridad insoslayable la INTERVENCIÓN HUMANITARIA urgente de la comunidad internacional y que con ella vengan los alimentos, las medicinas y los útiles escolares, antes que la tiranía termine matando la educación de nuestros hijos, que son los hijos de la agonizante república bolivariana de Venezuela.





“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”
Por. Lic. Pedro Segundo Blanco ex parlamentario del estado Sucre

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