El papa Francisco denuncia la explotación de las mujeres y su consideración como objeto - LaPatilla.com

El papa Francisco denuncia la explotación de las mujeres y su consideración como objeto

El Papa Francisco asiste a una reunión con fieles de la diócesis de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, Italia, el 14 de mayo de 2018. REUTERS / Tony Gentile / File Photo

 

El papa Francisco denunció hoy la explotación de la mujeres y su consideración en algunos ámbitos de la sociedad como meros objetos, en la homilía de su cotidiana misa matutina en la capilla de su residencia, la Casa Santa Marta.

EFE





Francisco dedicó hoy en la misa en Casa Santa Marta a todas “las mujeres descartadas, a las mujeres usadas, a las niñas que tienen que vender su dignidad por un trabajo”.

Y recordó que descartar a la mujer “es un pecado contra Dios Creador”, porque sin ellas, “los hombres no podemos ser imagen y semejanza de Dios”, se lee en la transcripción de la misa publicada en una pagina web de información del Vaticano.

Denunció que “en los programas de televisión, revistas, periódicos, vemos a las mujeres como un objeto de deseo, de uso; como en un supermercado“.

Y que para vender “una determinada cantidad de tomates”, es “humillada, a veces sin ropa, tirando así por tierra esa enseñanza de Jesús que la dignificó”

Pero también que esta “humillación y explotación” existe en “otra dimensión más oculta, la de las oficinas, de las empresas”, señaló Jorge Bergoglio.

Aseguró que existe “un ensañamiento contra la mujer, un ensañamiento feo“.

“¿Pero cuántas veces las chicas necesitan venderse como un objeto desechable para tener un puesto de trabajo? ¿Cuántas veces?”, se preguntó Francisco y explicó que esta situación se vive en todos los lugares del mundo.

“Aquí en Roma. No hay que ir tan lejos”, dijo, “bastaría hacer un peregrinaje nocturno por ciertas calles de la capital italiana para ver a muchas mujeres, tantas migrantes y tantas no migrantes explotadas como en un mercado”.

A estas mujeres, subrayó, “los hombres se les acercan, no para decirles buenas tardes sino para preguntarles: ¿cuánto cuestas?”.

“Nos hará bien, mirar a estas mujeres y pensar que, frente a nuestra libertad, ellas son esclavas del pensamiento del descarte”, concluyó Francisco.