Robert Alvarado: El destierro de @VillcaFDEZ

Robert Alvarado: El destierro de @VillcaFDEZ

“Necesitamos líderes que no estén enamorados del dinero, sino de la justicia, que no estén enamorados de la publicidad sino de la humanidad” Martin Luther King

El destierro del valeroso joven merideño Villca Fernández (https://www.youtube.com/watch?v=164V-7bQeT8) ha desatado la proliferación de un sinfín de lugares comunes y muy pocos planteamientos de fondo que conduzcan a la consideración de ese hecho con carácter prospectivo, todo lo dicho sobre lo acontecido a este preso político tiene mucho de queja lastimera y muy poco de embrión de las acciones requeridas para poner fin a prácticas con las cuales se viene pisoteando a la Constitución y las leyes desde hace mucho tiempo ya, que no hayamos admitido esa realidad hasta ahora dice mucho de la indolencia, apatía o temor inducidos por el régimen, inoculados por hechos como el que vivimos todos en la persona del joven estudiante recibido como un héroe en Perú hasta por Amnistía Internacional.





Esa mezcla de intereses encontrados que tiene como resultado la más absoluta inacción ante atropellos que se han hecho cotidianos en una situación de país crítica, pero a la vez asumida con toda normalidad, es peor que el destierro, que ocurre cuando te echan prácticamente a patadas de tu país porque supuestamente eres un delincuente, y digo que es peor por haber sido causa sólo de eruditas elucubraciones, técnicas disquisiciones políticas, sociales, jurídicas o jurisprudenciales, que en el fondo sólo demuestran estar descubriendo el agua tibia, eso demuestra que efectivamente estamos mal como país, convertidos en espectadores de atrocidades como en 3D sin vinculación alguna con una realidad transformadora.

Si lo antes dicho no es peor que el destierro, dificulto que hayamos tocado fondo como personas y como pueblo, seguimos a la espera de un Mesías que incluso podría ser el mismo Villca Fernández y que tal vez por eso fue echado del país sin más equipaje que unas bolsas como las que usábamos cuando nos dábamos el lujo de ir a los mercados públicos a comprar los que nos viniera en gana. Lo mismo le pasó al Libertador, a Simón Bolívar, y luego de él a quien convalidó su expatriación, a José Antonio Páez, viéndolo así y si creemos en teoría sociales que conciben a la historia en ciclos, algo también muy arraigado en la astrología, eso nos lleva a concluir en modo coloquial que a cada cochino gordo le llega su día, algo así como que la historia se encarga de emparejar a las cargas por encima de la apatía de la gente o de las limitaciones que les hayan podido imponer.

Como verán los destierros políticos no son nada nuevo, se vivieron en el siglo XIX, en el próximo pasado XX, marcadamente con las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, y disimuladamente en las transiciones democráticas como en la era que se inició con el Pacto de Punto Fijo, muchos negarán que en la cuarta hubo destierros cuando en realidad son la causa del reconcomio y la tirria de muchos y muchas de los que formaron o forman parte del mentado Socialismo del Siglo XXI, ejemplos sobran y quien no lo admita simplemente tienen amnesia política o no conoce la historia patria.

En nuestros días quienes secuestraron al país, tendencia que a algunos le vendría de familia, se dejaron de tonterías y sin atender a la Constitución ni a las leyes, cosa que nunca han hecho, aplicaron en la persona de este joven con total desparpajo algo que no es nuevo, lo realmente nuevo es que nos rasguemos las vestiduras frente a un hecho consumado y continuado, haciendo gala de métodos nada creativos más bien burdos en su ejecución demostrativos de un talante despótico que se exacerbó al igual que la corrupción administrativa que sabemos ha existido siempre en todo gobierno, alcanzando tanto el destierro como la corrupción nuevas dimensiones, ya hicieron la prueba inicial, el país está en aparente calma, un indicio que en cualquier momento cualquiera pudiese ser desterrado bajo la misma modalidad.

Vamos a estar claros, el de Villca fue un destierro público, (https://www.youtube.com/watch?v=900u56MAvJU) notorio y comunicacional, pero no olvidemos que a diario miles de venezolanos, (https://www.youtube.com/watch?v=D_nUfdnRAM4) que suman millones en el exterior, son víctimas de un destierro involuntario, como toda expulsión de la patria, y que al igual que Villca dejan el país forzados por una realidad ajena a “un Estado Democrático y social de Derecho y de Justicia”, de no ser así Villca no hubiese tenido que vivir la pesadilla que vivió, prolongada con su destierro, a causa de un Twitt, motivado a ello se vio despojado de todos sus derechos, al igual que los innumerables venezolanos que como él hoy se encuentran fuera del país contra su voluntad y que como Andrés Eloy Blanco sueñan con volver a la patria.