Domingo Alberto Rangel: Juramentación a la gran moda

Domingo Alberto Rangel: Juramentación a la gran moda

Domingo Alberto Rangel @DomingoAlbertoR

 

En su afán de parecer distintos los bolivarianos han terminado por innovar y no me refiero al hecho de ser únicos ejemplares de este mundo capaces de llevar a la quiebra un país petrolero sino más bien señalo cosas banales como que nuestros mandatarios han sido los primeros de todo el orbe en tener un programa de TV durante el ejercicio del poder.

Este hecho en la historia solo tuvo parangón cuando Nerón se hizo emperador de Roma y acostumbraba declamar en el foro. No había TV entonces.

Innovador ha sido el presidente Maduro cuando mandó a la porra los impresores de billetes que por razones de guerra económica o simplemente porque nuestros gobiernos son malos pagadores… se negaron a fiarnos la impresión de un simple y devaluado bolívar.

A raíz de la aparición del petro y aún cuando este instrumento ha tardado en llegar al gran público siendo hoy exclusivo tema de enchufados, no por ello se debe negar que Nicolás Maduro ha sido el primer gran innovador en materia monetaria desde que los atenienses inventaron las monedas y Benjamín Franklin los billetes.

Y si del carnet de la patria se trata se podría decir que ese instrumento innovó al eliminar los intermediarios rojitos, incapaces estos de frenar los malos instintos, quienes por servicios prestados acostumbraban rasparse más de la mitad de las transferencias presupuestarias ya fuesen en efectivo o en especies.

Merced a nuestro gobierno que inventó el carnet de la patria en Venezuela se puede crear inflación hasta límites insospechados sin la ayuda del comercio especulador, usando la cibernética. Y ese hecho es una innovación aunque el ministerio correspondiente no se haya dado cuenta.

Ahora bien, el afán innovador continua hasta en la conformación del nuevo gabinete: Lástima que un país adormecido por la hiperinflación y los resultados electorales no se percate que en la última modificación al Gabinete Ejecutivo, apartando los acostumbrados enroques, ante nuestras narices acaba de ocurrir un cambio que bien puede determinar el rumbo de este segundo período de Nicolás Maduro y que de todas maneras podría ser objeto de estudio en las escuelas de Politología.

El Presidente más allá de sus alardes de fuerza acaba de corroborar con estos nombramientos que sin ser el “pobre, poderoso y solitario” como se autocalificó una vez Jaime Lusinchi, en realidad su gobierno no se termina de estabilizar y los hechos lo llevan a mezclar el agua y el aceite… para mantenerse en el poder. Veamos.

Quien haya tenido suficiente control para observar los videos de la juramentación de los nuevos ministros se habrá sorprendido con lo variado en precios y calidades de las pintas que ostentaron los y las afortunadas.

Unas vistiendo trajes y calzados de costosísimas marcas europeas que contrastan con la pobreza del ciudadano. Alardeando con accesorios de gran lujo donde el oro fue material obligatorio para collares y relojes.

Pero también Maduro por la fuerza de los hechos juramentó otros ministros mucho más modestos… me refiero a los vestidos con suéteres ruñidos y las mujeres adornadas con bisutería.

Parecía que unos miraban a un lado y otros al techo como desmintiendo el mito de la unidad revolucionaria.

Este Gabinete en realidad recuerda la colcha de retazos y poca esperanza da salvo que a corto plazo milagrosamente se produzca un deslinde más allá de las pataletas del Presidente contra sus seguidores que ante la malísima situación por la que pasa el venezolano cometieron el pecado de sugerir mediante escrito cambios en la dirección del timón.

No quito que la esperanza puede aparecer una vez que los ministros de suéteres y trajes ruñidos se den cuenta de que es imposible cumplir con los electores que les han apoyado hasta ahora. Me refiero a los pobres que una vez embrujó Hugo Chávez y que serán cada vez más pobres merced por una parte a la falta de políticas pro mercado que son las únicas que pueden materializar los alimentos y productos que el socialismo del siglo XXI acabó en 20 años… y por otra a la corrupción que explica las lujosas pintas de unos ministros contra la ropa común de otros.

La juramentación fue un acto de titiritero que solo esa noche se podía ofrecer… en adelante los ministros y ministras que vistieron de gran tronío tendrán acceso a las pocas divisas… harán alarde de resolver problemas… digamos que llevarán unos turistas a Los Roques… pero traídos por compañías aéreas y de maletín… de enchufados… quienes a guisa de “turismo” y a pesar de las condiciones actuales harán un “negocio” mediocre pero lucrativo para “algunos”.

La continuada corrupción de los y las vestidas a la gran moda provocarán que los ministros de ropa corriente salgan del Gabinete… horrorizados ante tanta desvergüenza… será buen momento para concertar con esta gente decente.

Si lo revolucionarios desilusionados se unieran más tarde con amigos de las soluciones de mercado juntos podemos ser capaces de parar el empobrecimiento.

Para los libertarios estos izquierdistas decentes son mejores aliados que los opositores colaboracionistas… con esos nunca habrá cambio.

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