¿La gran mentira de Walt Disney? Un libro afirma que no inventó a Mickey Mouse

 REUTERS/Benoit Tessier

 

Mickey Mouse es uno de los personajes de dibujos animados más conocidos del mundo. Este pequeño ratón, con casi un siglo de vida, es admirado en cualquier punto del planeta y, por supuesto, encarna el gran icono de Disney, la compañía de animación que ha conquistado corazones de pequeños y no tan pequeños con sus ‘clásicos’ durante décadas. Pero no es oro todo lo que reluce: ¿y si el amado ratón no fuera lo que parece? Un nuevo libro asegura que Walt Disney no fue su creador, reseñó El Confidencial. 

‘A mouse divided’ (‘Un ratón dividido’) es el último ensayo de Jeff Ryan, en el que afirma que el famoso personaje no solo no es creación de Walt Disney, sino que desencadenó una pelea entre las dos grandes figuras de la compañía que acabó con su amistad. Y no solo eso, sino que la revelación que se lleva a cabo en el libro haría que la gran leyenda de cómo nació el famoso ratón nada tuviera que ver con aquel que se puso las medallas y sí con Ub Iwerks, el dibujante que habría cambiado la historia.





Todo comenzó en 1919, en Kansas City, donde Walt Disney y Ub Iwerks se conocieron trabajando en el mismo estudio artístico, donde pronto trabaron una importante amistad. Después de varios años dibujando codo con codo, decidieron llevar a cabo un proyecto conjunto: crear su propia compañía. Su primer gran éxito fue ‘Oswald, el Conejo Afortunado’ que pronto les llevó éxito y fama… pero efímero: una disputa con la distribuidora les hizo perder los derechos.

Los dos amigos se vieron en la tesitura de buscar un nuevo personaje que pudiera triunfar: una vaca, un caballo, una rana y un perro fueron los bocetos realizados por Iwerks, pero ninguno de ellos convencía a Disney. Fue entonces cuando ocurrió: el experto dibujante llevaría a cabo la recreación de un ratón que, en poco menos de una hora, tenía dibujado sobre el papel. Se trataba de un simple boceto, pero ambos coincidían en algo: podría ser realmente exitoso. No se equivocaban.

“Ub se puso a trabajar y pronto llenó una hoja de papel, dividida en seis paneles, con varias versiones. Una parecía más una rata, con un hocico largo y delgado. Otros estaba vestidos con camisa y corbata. Otra era una ratona, con unas enormes pestañas y una falda. La elección definitiva, que Ub marcó con un círculo en lápiz azul, muestra una versión básica de Mickey con silueta familiar y sus pantalones con dos botones”, afirma Ryan en su libro.

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Pero el éxito de Mickey Mouse tardó en llegar: los dos primeros cortos en los que apareció, ‘Crazy Plane’ y ‘The Gallopin’ Gaucho’, no convencieron lo más mínimo y no sería hasta ‘Willy y el barco de vapor’ cuando llegó su gran explosión mediática. Fue a partir de aquí cuando el pequeño ratón se convirtió en un fenómeno de masas, que iba creciendo con cada nuevo corto en el que aparecía. Pero mientras aumentaba su fama, la relación entre ambos amigos se iba resquebrajando.

Todo estalló durante una comida. Disney e Iwerks ya gozaban de cierto prestigio, momento en el que un fan pidió un pequeño dibujo de Mickey Mouse. Disney le pidió a su amigo que lo bosquejara pero que, antes de entregárselo al admirador, se lo diera para que se lo firmara: “Dibuja tú a tu maldito Mickey”, le espetó. Poco después, Iwerks rompía con Disney y dejaba la compañía, vendiendo el 30% de las acciones que poseía: fue ahí donde se creó la ‘otra leyenda’ de Mickey Mouse.

Y es que, desde entonces, Walt Disney empezó a divulgar una historia bien diferente de cómo nació Mickey Mouse: “La idea me surgió de golpe, durante un viaje en tren. Los negocios con mi hermano Roy no marchaban bien y se me apareció en la cabeza de manera inesperada”. Ub Iwerks, quien había sido su amigo y, según Ryan, el verdadero creador del personaje que cambió la historia de la compañía, había desaparecido de la ecuación y, por ende, de la historia.

Tras su salida de Disney, Iwerks montó su propio estudio, pero nunca llegó a alcanzar el éxito que Mickey le había dado. Tras varios proyectos infructuosos, Iwerks terminaría por cerrar su estudio y, con el rabo entre las piernas, regresaría a Disney como empleado raso. Su relación con Walt Disney, sin embargo, estaba rota por completo y nunca volvieron a cruzar una sola palabra: en 1971 moría Ub Iwerks y, con ello, su historia. Ahora, Jeff Ryan la rescata en su último libro.